el libertino: SÁTIRA POLÍTICA
Jet lag
Como buen sub 40 pateado, S.E. se nos puso fit, o sea, agarró la bici a horas de la madrugada tan impresionantes como las 11 am. Realmente el nivel de compromiso con el absurdo comunicacional de este gobierno es encomiable, eso hay que reconocerlo.

Yo no sé mañana
Dado que lo que está en juego es político y se trata ni más ni menos que de darle aire al octubrismo o salvar los triunfos del 4-S y el 7-M, me inclino por el a favor, aunque como en la canción, yo no sé mañana.
Sin miedo al éxito
Esta pitonisa espera que Argentina logre despertar de la pesadilla en la que vive y que, no sólo ellos, todas las derechas de occidente entiendan el momento histórico que vivimos y de una vez por todas se lancen a la conquista de las mentes, unidos y sin miedo al éxito.
Para no verte más
Todos debieran reconocer su parte en dejarnos como estamos; más pobres, más feos, más tontos, más enfermos, más desiguales, más asustados y sin el respeto internacional que una vez tuvimos. Y lo peor, sin ver la orilla.
+ SÁTIRA
Tú, la misma de ayer
Aunque cambien el pelo, los zapatos y la ropa, estas ideas, remasterizadas y con Instagram, que hoy intentan sin éxito gobernarnos, no son más que las mismas que siempre han fracasado.
El guatón dueño de la pelota
No se engañen, desde el 7M que la izquierda condenó este proceso y son ellos los que han tratado de boicotearlo, no Republicanos.
Los nuevos estandartes
Para mi sorpresa y, debo confesar, dicha, esta vez los exegetas del Presidente no corrieron a decirnos lo maduro, cambiado y socialdemócrata que está, siempre con la candidez de un tata chocho con el nieto que protege por sobre todas las cosas.
La Consentida
Igualito que en una película de terror, el octubrismo vuelve a sacar sus reliquias en procesión, con sus exactos métodos y entonces yo me pregunto ¿hasta cuándo se le aguanta a esta izquierda consentida que consiga todo con su porfía?
Nunca nunca más
Una de las cosas que me pudre del wokeismo es esta suerte de presentismo, en que los hechos del pasado se juzgan con la moral del presente, en la comodidad absoluta de indignarse en las redes sociales con un chai latte venti en la manito