Para empezar, esta semana, mis queridos y resilientes lectores, vengo con un nuevo reclamo al FA.  Acompáñenme en esta reflexión; dado que sus militantes son todos iguales, uno cierra los ojitos y no es capaz de distinguirlos, el look es más o menos uniforme en cuanto a barbitas revolucionarias, todos y cada uno han dado muestras de la misma incompetencia, frivolidad, displicencia y esas encantadoras tendencias al matonaje y la tiranía. Bueno, dado lo anterior, me pregunto yo en mi inocencia, ¿les costaba mucho elegir al alcalde Maipú como candidato a Presidente? Yo sé, se escapa un poco de vuestro canon estético, pero, en serio y con altura de miras, ¿qué les costaba, oh? Otseah, estaríamos igual de mal, pero al menos uno alentaría los paseítos en bici, sin polera…just saying.

Bueno, perdónenme el instante de frivolidad, sólo soy humana y me distraje con la temporada de piscinas y la verdad sea dicha, encuentro agobiante este gobierno. Onda, lo que dicen y no hacen de verdad que en este fin de año y ya de frente casi al 17 de diciembre, me resulta agobiante. Añoro un Chile que se podía permitir cierta ligereza y no estar salvando la patria a cada rato.

Pero bueno, vamos a lo que vinimos y es una vez más el tema que más nos agota, el constitucional, que lamentablemente está indisolublemente ligado a este gobierno. Lo hemos dicho antes, este es un gobierno octubrista, de métodos octubristas que llegó al poder montado en el lomo de esa bestia que hoy se esfuerzan por revivir. Y es ahí justamente donde creo que está el quid del asunto; ¿estamos realmente votando una nueva Constitución? Yo creo que no. Primero, habría que decir que Chile, pese a nuestras ilusiones y buenos deseos, no logró escapar de esa maldición latinoamericana que es que las constituciones sean cancha. Si me preguntan a mí, no debieran serlo, alta envidia siento por EE.UU. Esta cosa de solucionar las crisis cada cierto tiempo con alguien (en distintas épocas, con distintas ropas) gritando “¡ya sé, cambiemos la Constitución!” es una diferencia cultural e idiosincrática fundamental. Tanto como andar de turistas; ¿cómo salen ustedes; escondiendo todo, sabiendo que los pueden carterear? ¿Cómo salen mis amigos gringos? Exacto, hasta a mí me dan ganas de cogotearlos. No somos iguales, es triste, pero es así. Entonces tendríamos que partir por asumir que nuestra Constitución está pedía desde el 2019. En rigor, antes, pero, y esto es importante, nunca esas fuerzas contitucionicidas tuvieron tanto apoyo popular. Y esto es crítico, porque hoy, todos ariscan la nariz, pero hijitos, todas sus buenas intenciones, candidonas, tontonas, y sin sospechas, los hacen cómplices, por un lado, y a mi entender, también, hoy que Chile despertó de verdad, los hace responsables de no seguir inflando esas velas. Porque les tengo otra mala noticia, quienes desean ver a Chile arder y consolidar esa refundación de manera constitucional, siguen queriendo exactamente lo mismo y mientras tengan un apoyo que los haga parecer más grandes que un 30% van a seguir insistiendo.

Probablemente, salvamos Chile el 4-S, es cierto. Pero este es un gobierno construido sobre símbolos, relatos, mitos. Es un gobierno de ilusionistas, de minorías histriónicas y ruidosas y frente a eso, sólo nos queda derrotarlos con la realidad y nada es más real que un voto, es efectivamente irremontable. Pero puchas, ¿cuántas veces? Las que sean necesarias y no hay pelea chica.

Los hemos visto mentir descaradamente en la franja, recurrir a su mami Bachelet, como hacen siempre y lo que más me molesta, sacar a pasear a mujeres y fetos como peones. Siempre igual, un señor arquetípico, con un traje que le queda mal, medio seboso uno intuye que víctima de la halitosis, enrostrándonos cómo es de impresentable que NOSOTRAS COMO MUJERES estemos a favor de este texto reaccionario, que pasado mañana nos va a tener usando burkas, mintiendo con el consabido desparpajo. O el otro arquetipo de la feminista rabiosa (sospecho que con su propia femineidad) haciendo de manera un poco más peyorativa la misma acusación.

Detengámonos un segundito aquí pa’ que les quede claro, pero para siempre, particularmente a este feminismo neomarxista hegemónico; me paro sobre los hombros de mujeres chúcaras, bravas, valientes que han amado a sus padres, hermanos, hijos, maridos, familias y a su país, sin lloriquear, sin yeguadas, sin performances y sin exhibir sus dolores para lucrar de ellos. Dueñas de sí y de una dignidad que les queda tan lejos. Por respeto a mis chilenas, no les permito que vengan a decirme que no soy la mujer correcta por pensar como pienso y decidir como decido y tampoco les permito usarme en ese saco de “las mujeres”. A mí, no me cuenten ahí. Por lo demás, sabemos que sólo les interesan las mujeres y víctimas correctas que además deben tener los victimarios correctos, ¿o que ha hecho este gobierno feminista con las mujeres que esperan atención por cáncer y que sólo se acumulan? ¿Qué han hecho con el aumento de violaciones? Enseñar a dibujar clítoris. 

Si bajamos a la realidad de este gobierno octubrista, tenemos problemas na’ de chicos en salud, donde es evidente que van a dejar morir las isapres; en educación donde las PISA nos demolieron; en economía; en seguridad… estamos muy mal y vamos a estar peor. Ahora acompáñenme a imaginar: el gobierno gana el 17 de diciembre ¿No creen ustedes que van a reclamar para sí ese triunfo, que van a agarrar un viento de cola para seguir embolinándonos la perdiz con que hacen como que hacen sin hacer nada? ¿No van a quedar en mejor pie para elegir muchos alcaldes? ¿No va a quedar la oposición como hilacha?

Sí, estoy molesta porque no debiéramos estar en esta situación, apostando un hermoso 62%, frente a un gobierno seco pa’ los símbolos y los relatos. Pero el problema mis amigos es que el voto es dicotómico, no viene con un “justifique su respuesta”, si gana el En contra a nadie le va a importar que usted sea muy de derecha, lo van a poner en la fila del octubrismo y ya sabemos cómo nos han jodido… ¡uy, perdón! Verdad que lloran.

Hace un tiempo, creo que fue en Grey’s Anatomy, hablaron de esta figura de los huevos con tocino. En que, por razones obvias, la gallina está involucrada, pero el chancho está totalmente comprometido. Como que me gusta, aunque algunos citadinos hallen poco feliz la comparación con esos animalitos. Qué les puedo decir, los chanchitos son muy inteligentes. Ese no es el punto, el punto es que frente a nosotros se presenta una oportunidad, de seguir pegándole al octubrismo en la cabeza (y spoiler alert, tendremos que seguir haciéndolo). No podemos darles un solo triunfo, porque sabemos lo que han sido capaces de hacer con muy poco.

Esta pitonisa espera de todo corazón que frente a esta nueva decisión, Chile entienda que más incluso que un problema jurídico, el que se nos presenta es un problema político, en que debemos mandar una señal, porque esto es de largo aliento, es una prueba de fondo, no de velocidad; ¿estamos involucrados con Chile, o estamos comprometidos?

Oink Chile, oink.

K-Sandra

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