Mientras algunos participaban de la romería hacia el Cementerio General este domingo 10 de septiembre, a la que incluso se sumó el Presidente Gabriel Boric, de forma paralela se registraron graves incidentes en el centro de Santiago en el marco de las conmemoraciones por los 50 años del golpe de Estado. Incluso causando daños en el mismo Palacio de Gobierno.
Ese es el clima que se vivió en la previa al «once». Un ambiente «eléctrico» -como afirmó el Mandatario- o «tóxico» -como lo describió la ex Presidenta Bachelet- que ha acentuado la polarización en el país, un tema que se repite entre destacados líderes de opinión.
El Líbero seleccionó 50 columnas de opinión publicadas en los medios de comunicación durante los últimos 50 días (entre el 23 de julio y el 10 de septiembre) para encontrar los temas que han marcado esta conmemoración número 50 del 11 de septiembre.
Uno de los patrones repetidos es la fuerte polarización, que ha hecho imposible la firma acuerdos transversales en el marco de este aniversario. «Hoy estamos más divididos que ayer», dice Max Colodro.
Daniel Mansuy afirma que «el clima ‘eléctrico’ de esta conmemoración no tiene nada de casual: es el fruto de largos años de esfuerzo de un grupo de dirigentes». Como él, hay otros columnistas que apuntan al Gobierno como uno de los responsables de la crispación aún más profunda del ambiente en estos días.
Lucía Santa Cruz sostiene que los sentimientos que han caracterizado esta conmemoración, «instigados explícita o implícitamente por el propio gobierno y sus partidarios» son una explosión de prejuicios, odio, rencor y deseos de venganza«. Un «enfoque sectario», en palabras de Jorge Schaulsohn, que ha sido el obstáculo «para que converjan las fuerzas políticas y sociales a un acuerdo amplio por la defensa de la democracia».
Otro de los temas que está presente entre los columnistas es la crítica al manejo del Presidente Gabriel Boric para conmemorar uno de los hitos más importantes de su administración. “No resultó como imaginaron Boric y el PC», «ha obtenido todo lo que no quería», «avanzamos hacia atrás» y «no hay mirada de futuro», son algunas de las agudas frases que escriben.
También hay quienes se enfocan en la figura del ex Presidente Salvador Allende y sus similitudes con el actual Mandatario, así como otras plumas que se remontan a los años 70 para analizar cómo se desencadenaron los hechos.
Aquí 50 columnas de opinión destacadas de los últimos 50 días:
Un 11-S marcado por la polarización
Daniel Mansuy: Entre el pasado y el futuro (El Mercurio, 10 de septiembre)
«Desde el 2011 hicieron todo lo posible por tensar al máximo el sistema. Lo menos que puede decirse es que lo lograron con creces. En ese sentido, el clima “eléctrico” de esta conmemoración no tiene nada de casual: es el fruto de largos años de esfuerzo de un grupo de dirigentes por crear precisamente ese clima”.
Álvaro Ortúzar: La historia que nos duele (La Tercera, 24 de agosto)
“Le entregamos a nuestros mejores líderes, a los más respetados, que reconstruyeran lo esencial de nuestras aspiraciones, las más sustanciales de todas, como eran retornar a la paz, al orden, al desarrollo y a la hermandad. De aquello han pasado 33 años. Se empezó a gobernar para todos. El líder actual, Gabriel Boric, no responde a este encargo. Él ve, en la conmemoración del Golpe de Estado de 1973, la oportunidad de venerar a quienes muchos consideraron como los responsables originales de la crisis de la democracia«.
Lucía Santa Cruz: Sin odio ni rencor (El Mercurio, 8 de septiembre)
“Tal vez esos recuerdos sean un factor que explique mi incapacidad intelectual y emocional para sobrellevar con tranquilidad la explosión de prejuicios, odio, rencor y deseos de venganza que han caracterizado la conmemoración de los 50 años, sentimientos, desgraciadamente, instigados explícita o implícitamente por el propio gobierno y sus partidarios«.
Max Colodro: La repetición (La Tercera, 10 de septiembre)
“Dos claves nos permiten entender por qué hoy estamos más divididos que ayer: al margen de cualquier retórica, la violencia volvió a validarse en su legitimidad y eficacia en el escenario político actual; junto con ello, el Chile de los últimos treinta años desapareció para siempre, y en su lugar hay ahora uno más parecido al de aquel 11 de septiembre, donde los mínimos comunes son cada día más difíciles”.
Isabel Plá: Reivindicación del proyecto de la Unidad Popular (El Mercurio, 10 de septiembre
“La Moneda optó, sin embargo, por otro camino. Ha querido reivindicar el proyecto político de la Unidad Popular, resaltar la figura de Salvador Allende, y profundizar, de todas las maneras posibles, la división entre dos bandos. Es una decisión legítima, por cierto. Pero incompatible con un momento de unidad nacional”.
Gonzalo Cordero: Homenajes partisanos (La Tercera, 6 de agosto)
“La mirada que el Presidente Boric ha mostrado de los cincuenta años del 11 de septiembre, también son propios de un dirigente político, de aquel que está en la lucha por imponer su visión del conflicto, de ganar unos puntos en la disputa partisana y cultural de las facciones».
Ascanio Cavallo: Desde el cité (La Tercera, 6 de agosto)
“Boric admira aquel período de medio siglo atrás y, desde luego, a Salvador Allende, pero parece que por las razones equivocadas. Refuerza la similitud, por supuesto, la obstinación en conmemorar el 11 de septiembre de 1973 como un parteaguas de la historia, también por las razones equivocadas».
Sergio Muñoz Riveros: Boric y la Unidad Popular (El Mercurio, 22 de agosto)
“El Mandatario se encamina a conmemorar los 50 años del golpe de Estado en clave militante, alejado de cualquier preocupación por la posibilidad de reeditar las divisiones del pasado. Se trata, a todas luces, de la opción de “cerrar filas” en horas difíciles para el Frente Amplio, como consecuencia de los latrocinios que investiga el Ministerio Público. El problema es que convertir los 50 años en un momento de reafirmación político/ideológica del oficialismo sólo contribuye a reforzar la desconfianza hacia sus motivaciones”.
Jorge Schaulsohn: El negacionismo del PC y la instrumentalización de Boric de los 50 años del golpe (Ex-Ante, 22 de agosto)
“Por desgracia, Boric, de la mano del negacionismo del PC, optó por instrumentalizar la conmemoración para insuflar mística y sentido de propósito a sus desmoralizadas huestes, que se sienten herederos legítimos y continuadores del proyecto de la Unidad Popular. Este enfoque sectario impulsado por el PC, se ha transformado en un obstáculo para que converjan las fuerzas políticas y sociales a un acuerdo amplio por la defensa de la democracia y condena total a las violaciones de los derechos humanos, durante la dictadura”.
María José Naudón: Que nadie se sorprenda el 12 de septiembre (La Tercera, 1 de septiembre)
“A menos de dos semanas del 11 de septiembre, esta tesis ha caído por su propio peso. Boric no ha perdido oportunidad para enmarañar los aires y dificultar los encuentros (…) El problema no es de conducción, ni de liderazgo. Es de convicciones. Esas que voltereta tras voltereta, y sin justificación ninguna, trataron de vender como pragmatismo y moderación”.
Ernesto Ottone: Cincuenta años (La Tercera, 5 de agosto)
“Tenemos un gobierno que cuenta en esta fase con un apoyo restringido y que comete errores con demasiada frecuencia y una oposición que tiende a endurecer su papel al sentirse reforzada. El tono de la política se vuelve cada vez más áspero y todo ello bloquea los acuerdos para que el país avance».
Agustín Squella: Un debate inacabable (El Mercurio, 17 de agosto)
“Transcurrido ya medio siglo desde el golpe, vamos a continuar distanciados en intereses, preferencias e interpretaciones, y lo único exigible es que no descalifiquemos como “verdad oficial”, o sea, interesada y de un solo sector político, a aquella que se encuentra suficientemente acreditada por inobjetables comisiones y fallos judiciales ampliamente validados«.
Conmemoración sin mirada de futuro
Ascanio Cavallo: ¿Qué clase de día es este, padre? (La Tercera, 10 de septiembre)
«El gobierno ha obtenido todo lo que no quería con la conmemoración de los 50 años del Golpe: indiferencia, enojo, polarización, culpabilización (¡en contra del Presidente Allende, nada menos!) y, sobre todo, hastío, un inmenso hastío, acaso porque no hay nada que hastíe más que recordar el odio, propio o ajeno».
José Joaquín Brunner: 50 años: un trance histórico (El Líbero, 6 de septiembre)
“En vez del espectáculo que tiende a la banalización, quizá los 50 años debieron haber sido un momento para guardar silencio y honrar la memoria de aquellos caídos y engullidos por el abismo».
Max Colodro: Medio siglo (La Tercera, 2 de septiembre)
“En rigor, hoy el tiempo va en reversa: a medida que nos alejamos de la efeméride, tenemos menos posibilidades de dialogar sobre nuestra historia, nos odiamos más y estamos menos dispuestos a escuchar los argumentos de quienes estuvieron, y están, en la otra vereda. Quizás debamos resignarnos, asumir que, si medio siglo no fue suficiente, nada lo será; que las deudas y dolores nunca estarán saldados, y que siempre habrá cuentas pendientes”.
Francisco Covarrubias: Avanzar hacia atrás (El Mercurio, 26 de agosto)
“La derecha chilena, tardía y tímidamente, una vez recuperada la democracia, se fue alejando del pinochetismo. Una parte importante de la izquierda chilena, tempranamente en los 70, tuvo una visión muy crítica de lo ocurrido en la UP. Transcurridos 50 años del golpe, avanzamos hacia atrás. La izquierda mitifica más a la Unidad Popular y la derecha defiende más a Pinochet”
Leonidas Montes: Entre recuerdos y olvido (El Mercurio, 31 de agosto)
«Lo interesante del actual debate es que el foco no ha estado en el Golpe ni en la memoria, sino en la Unidad Popular (UP). La memoria no es estática, sino dinámica. Y la UP, como dijo Sol Serrano, dejó de ser “intocada por intocable(…) Aunque ayer partió el programa oficial de conmemoraciones, las señales presidenciales no son auspiciosas. No hay una mirada de futuro«.
Jorge Correa Sutil: ¿Y después del 11, Presidente? (El Mercurio, 2 de septiembre)
«Difícil entender los afanes del Presidente de instalar un clima crispado con ocasión de la conmemoración de los 50 años(…) El problema de hoy, a diferencia del de hace 50 años, es que el desencuentro, la falta de entendimiento y negociación traba las reformas que son necesarias para enfrentar los problemas que aquejan a la ciudadanía».
Rafael Gumucio: Gabriel Boric y los 50 años: Chicha con limonada (Ex-Ante, 30 agosto)
“Todavía faltan semanas para el 11 de septiembre, pero es fácil vaticinar que la conmemoración de los 50 años del golpe va a ser un desastre al menos parcial. Un desastre total, diría sin dudarlo, si la política nacional de búsqueda no temperara mi juicio. Una decepción para los que sufrimos en distintos grados el dolor que empezó ese día y siguió muchos días más. Una derrota para los que sin participar de ese dolor quisieran comprender donde nació, y cómo lograr que no vuelva. Un desperdicio, finalmente, para la sociedad chilena entera, dividida como hace muchas décadas que no lo estaba».
Sergio Muñoz Riveros: 50 años del golpe: La erosión del mito de Allende (Ex-Ante, 3 septiembre)
“La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado no resultó como imaginaron Boric y el PC. Querían que fuera un momento de alto valor simbólico, que estableciera un vínculo esencial entre la izquierda del 73 y la que está hoy en La Moneda. Así, los ideales compartidos iban a adquirir nueva irradiación, y el programa revolucionario de ayer se conectaría con el programa del presente. Boric iba a ser, definitivamente, el heredero de Allende que al parecer siempre anheló”.
Retrospectiva al 1973: Cómo se desencadenaron los hechos
Alejandro San Francisco: La discordia y el odio político (El Líbero, 27 de agosto)
“Entre 1970 y 1973, particularmente desde el Paro de Octubre de 1972 en adelante, se instaló la guerra civil como tema relevante en la discusión pública y como una amenaza terrible en el horizonte político”.
Heraldo Muñoz: Memorias del nexo externo del Golpe (El Mercurio, 2 de septiembre)
“No es posible entender el golpe de Estado en Chile (…) sin abordar las circunstancias internacionales, y específicamente la intervención de EE.UU. El Presidente Richard Nixon y el secretario de Estado Henry Kissinger estaban obsesionados con Chile. Este último creía que la elección de un Presidente socialista, en plena Guerra Fría, era un reto insoportable a los intereses estadounidenses”.
Álvaro Góngora: Democracia hacia 1973 (El Mercurio, 7 de agosto)
“Hacia los años 60 del siglo pasado, varias autoridades —incluyendo presidentes— y gran parte de chilenos se ufanaban de contar con una democracia ejemplar, teniendo en cuenta el sistema electoral que nos regía…Nuestra democracia era formalmente sólida, pero vulnerable. Sus condiciones sociales de base eran débiles”.
Carlos Peña: Lecciones de agosto del 73 (El Mercurio, 25 de agosto)
“La lección que cabe sacar es que las reglas constitucionales no pueden resolver ni contener las discordias absolutas entre las fuerzas políticas, como la que se verificó en 1973(…) Y es que una Constitución no es la base de la concordia, sino que es el resultado o el fruto de ella. En 1973 había reglas constitucionales, pero no se concordaba en ellas. El resultado, visto a la distancia, es que no había Constitución”.
Mario Waissbluth: El origen principal del golpe militar (El Mostrador, 25 de julio)
«La historia se escribe en paletas de grises, no en blanco y negro como prefieren algunos. Con el correr de los años, terminé apreciando algunas de las políticas públicas de Pinochet en materia económica. Ciertamente no todas, pues su gobierno terminó en 1989 con cerca de 50% de personas bajo la línea de pobreza».
Oscar Guillermo Garretón: Una conmemoración (La Tercera, 3 de septiembre)
“Discutir la UP y no solo lo que comenzó después de ella es un gran aporte de esta conmemoración de medio siglo. ¿Se creó una consciencia masiva? No lo creo”.
Eugenio Tironi: La derecha eligió a Allende (El Mercurio, 4 de septiembre)
“Si se mira con distancia, lo que se concluye es que Salvador Allende llegó a la presidencia de la República gracias a la derecha. Por partida doble: ganó en las urnas por su porfía de presentar un candidato propio, quebrando su alianza con el centro; y ganó luego en el Congreso porque, en su desesperación por volver atrás, la derecha llegó a plantear fórmulas indecorosas o derechamente golpistas, lo que precipitó el pacto DC-UP para elegir a Allende”.
Iris Boeninger: El hilo de la historia no se puede ni debe cortar (La Tercera, 29 de agosto)
“Esta conmemoración no se trata de una competencia, de quién tiene la razón ante un hecho histórico; se trata de entender los dolores y fisuras que sufrieron muchos. Cada uno tiene sus “nunca más”, pero sin dudarlo hay tres que prevalecen».
Alfredo Jocelyn Holt: “¡Presente ahora y siempre!” (La Tercera, 1 de septiembre)
“Hablando en serio, estos 50 años han servido para no hacerse cargo de lo que sucedió el 73, blanquear responsabilidades, y negar una historia harto más complicada”.
Cesar Barros: Los adolescentes (La Tercera, 25 de agosto)
“No sería raro que en 50 años rememoremos los 100 años del Golpe, discutiendo nuevas líneas rojas o lamentándonos de por qué Chile no ha logrado ser desarrollado, a diferencia de los países europeos que sufrieron dolores incomparablemente más duros que los nuestros, pero no se lo pasan mirando al pasado”.
Comparación entre las figuras de Boric y Allende
Orlando Sáenz: Parecidos pero distintos (El Líbero, 30 de agosto)
“En primerísimo lugar, está la diferencia de envergadura y de experiencia entre ambos mandatarios. Salvador Allende era un experimentado y maduro político, con gran trayectoria parlamentaria. Estaba acostumbrado a negociar acuerdos y tenía la presteza y el don de convicción que se requiere para ello. Tenía clara conciencia de la majestad y del peso específico del cargo que ocupaba y jamás habría hecho algo que mancillara esas cualidades. Poseía a raudales ese misterioso don de liderazgo para embelesar multitudes y se le podría haber acusado de muchas cosas pero no de prolongadas indecisiones. Creo que basta esa semblanza para contrastarla con lo que todos vemos en Gabriel Boric”.
David Gallagher: Los duros ecos del pasado (El Mercurio, 3 de agosto)
“Desde luego hubo mucho más extremismo en la UP que ahora. Apruebo Dignidad es una versión light. Pero por eso mismo la gente se pregunta por qué se identifican tanto con la UP, lo que convierte a los 50 años en un boomerang para el Gobierno. Le iría mejor, creo yo, si apuntara a una conmemoración menos partisana, con un “nunca más” amplio y transversal”.
Roberto Ampuero: La segunda muerte de Salvador Allende (El Líbero, 10 de agosto)
“Boric se esmera en proyectar una suerte de continuidad en la imagen, el estilo y el mensaje de Allende(…) En medio de un respaldo ciudadano minoritario, un gobierno dividido, una crisis de seguridad agobiante y el terremoto ético que remece a su administración, en septiembre no será Boric quien impulse y bruña la imagen de Allende -que en su mandato tuvo más apoyo que Boric hoy-, sino más bien Allende quien puede convertirse en el salvavidas del actual Presidente y brindar algún lustre a su imagen”.
Álvaro Briones: En el reino de la ambigüedad (El Líbero, 23 de julio)
“Boric se ha mostrado, hasta hoy, incapaz de resolver su dilema. Como Allende, parece entregado a “la posibilidad de ajustar su acción y su discurso a las diversas presiones y coyunturas”. Un ejercicio que a Allende, con mucha más experiencia y estatura que Boric, no lo llevó a buen puerto y que es probable que tampoco a Boric le dé un buen resultado”.
Roberto Ampuero: Daniel Mansuy es la clave para descifrar al Presidente Boric (El Líbero, 24 de agosto)
“Al leer el libro de Mansuy se observa con nitidez por qué tanto el Presidente como el PC se aferran a Allende, al mito, y la conmemoración de los 50 años del 11, un ejercicio que desata ráfagas de discordia que muchos creíamos sepultadas, todo lo cual ha contagiado al país y el debate nacional y ha emponzoñado al Congreso».
Pilar Molina: La táctica de polarizar (El Líbero, 19 de agosto)
“Boric no tiene futuro, no aprobará su programa, y por eso está obsesionado con mirar el pasado, los 50 años del golpe, para lo cual le sirve escindir al país. Lo mismo que antes hizo antes Salvador Allende. Esto no ocurrió ni para los 30 ni los 40 años desde 1973, ocasiones en que prevaleció un espíritu unitario. Está preparando una cocción para que estalle el mismo 11 de septiembre, con él convertido en otro Allende-víctima, esquivando que antes que víctima, su líder fue protagonista de la destrucción de la democracia”.
Condena a la violencia transversalmente
Jorge Correa Sutil: El nunca más de Paulina Vodanovic (El Mercurio, 5 de agosto)
“No hay paralelo que hacer entre la violencia del 11 de septiembre del 73 y la del 18 de octubre del 2019; no hay comparación posible entre las asonadas callejeras recientes y el bombardeo de La Moneda de entonces. Con todo, a partir de estas declaraciones, resultará muy difícil afirmar que nunca debe interrumpirse el proceso democrático y no sostener, a la vez, que debió condenarse tajantemente la violencia del 18-0, como ahora afirma Vodanovic y también condenar los esfuerzos desestabilizadores al gobierno en que incurrieron no pocos dirigentes y parlamentarios de izquierda”.
Patricio Navia: ¿Condena al golpe o a la violencia política? (El Líbero, 8 de septiembre)
“Entender las complicaciones que tuvo el gobierno del Presidente Gabriel Boric para liderar una declaración de todos los partidos políticos del país de condena al golpe de Estado de 1973 y de compromiso con la democracia como la única solución a los conflictos políticos es menos relevante que analizar la poca voluntad que existe en un amplio sector de la izquierda para condenar la violencia política».
Carlos Peña: Para verdades, el once (El Mercurio, 10 de septiembre)
“La democracia, la de entonces y la de ahora, solo funciona cuando todas las fuerzas políticas proclaman como principio incondicional la exclusión de la violencia y cuando los órganos a quienes se entrega el monopolio de la fuerza se ciñen con escrúpulo a las reglas (…) ¿Es equiparable el Golpe y lo que siguió con lo de octubre del año 2019? Obviamente, no; las diferencias son flagrantes”.
Cristián Warnken: Quedarse callado (El Mercurio, 2 de agosto)
“Los líderes de la centroizquierda callaron y se hicieron cómplices con ese silencio de pulsiones totalitarias que estuvieron a punto de triunfar, sembrando una anomia en el país, que todavía no cesa”. “Le costará mucho a ese “Socialismo Democrático” recuperar la credibilidad y la autoridad moral para hablar de violencia, democracia, orden y Estado de Derecho”.
Crisis económica de la UP
Sebastián Edwards: Para entender la Unidad Popular (La Tercera, 19 de agosto)
“Si Almeyda tenía razón –y yo creo que la tenía– la pregunta inmediata es qué factores explican, entonces, la crisis económica de la Unidad Popular: la inflación desatada (de acuerdo con ciertas métricas, más del 1.500% anualizado), el desabastecimiento, las colas eternas, el mercado negro, el desplome de la producción, la desaparición de las divisas, y el colapso de los salarios reales. La principal explicación es que, tanto en lo económico como en lo político, la Unidad Popular fue extraordinariamente ingenua«.
Cecilia Cifuentes: El desastre económico de la Unidad Popular (El Líbero, 26 de julio)
“Era totalmente imposible, sin cambios muy drásticos a la política micro y macroeconómica, que el país pudiera pensar en resolver esa profunda crisis económica, que indudablemente se constituyó finalmente en una causa adicional del quiebre democrático, y también en un motivo de apoyo en ese entonces al golpe militar”.
Rolf Lüders: Para recordar (La Tercera, 18 de agosto)
“Chile llevaba en 1973 unos 60 años de un crecimiento menor al promedio mundial, en base a un modelo de desarrollo hacia adentro y de intervenciones discrecionales del Estado en la economía. La grave crisis socioeconómica de la Unidad Popular (UP) dejó pues en evidencia que hacer más de lo mismo no sería la solución a nuestros problemas de desarrollo y abrió así el camino a un cambio institucional mayor en materia socioeconómica”.
Claudio Hohmann: La inviabilidad del proyecto de la Unidad Popular (El Líbero, 31 de agosto)
“Si la falta de un acuerdo estratégico fue un defecto casi insalvable para la continuidad de la Unidad Popular, la desastrosa gestión de la economía fue a todas luces el factor decisivo(…) El proyecto de la Unidad Popular tenía en su política económica, ahora lo sabemos bien, el germen de la inviabilidad, lo que quedó de manifiesto con inusitada rapidez”.
El “once” sobre otras urgencias nacionales
Max Colodro: 22 de agosto (La Tercera, 28 de agosto)
“En estos días, mucha gente ha visto sus casas arrasadas por el diluvio, sus tierras y fuentes de trabajo destruidos, sus animales muertos y sus caminos cortados. Igual que tantos niños que periódicamente ven arder sus escuelas, y fieles que también son testigos de sus iglesias y templos consumidos por las llamas. Pero todo eso pasa casi inadvertido, porque ningún dolor o angustia del presente estará jamás a la altura de lo que se vivió en Chile hace 50 años. Las generaciones actuales tienen entonces que ser empáticas y comprensivas”.
Pablo Ortúzar: Reconstrucción (La Tercera, 27 de agosto)
“La insistencia del gobierno en monopolizar y capitalizar el relato sobre los 50 años del Golpe de Estado de 1973 ha arrastrado a nuestra élite política hacia una total dislocación respecto de la realidad del país, justamente mientras lluvias torrenciales han dañado el sustento vital de miles de compatriotas”.
Patricio Navia: A la gente le interesa más el presente que el 50 aniversario del golpe (El Líbero, 25 de agosto)
“La lista de prioridades es demasiado larga como para que la clase política se dedique a jugar a ser malos historiadores y pierda el tiempo caricaturizando las distintas lecturas sobre el quiebre de la democracia en 1973. Los chilenos están más preocupados de los problemas que los aquejan hoy que de debatir las causas del quiebre de la democracia hace 50 años. Es hora de que la clase política se ponga en sintonía con esas preocupaciones urgentes”.
Proceso constitucional y el Rechazo
José Antonio Viera-Gallo: Consideraciones sobre los 50 años (El Líbero, 21 de agosto)
“Muchos nos preguntamos con preocupación si hemos sacado las lecciones adecuadas de lo ocurrido hace 50 años. La transición pacífica a la democracia, por gradual y larga que haya sido, nos da una primera respuesta positiva. Pero nos asalta la duda si seremos capaces de plasmar una nueva Constitución acorde con los principios democráticos y abierta al futuro«.
Jorge Jaraquemada: 11 de septiembre (El Líbero, 2 de septiembre)
“A ratos pareciera que la novel izquierda que gobierna vio en el 18 de octubre de 2019 la reivindicación del gobierno de la Unidad Popular y de su afán revolucionario, y que se percibieron a sí mismos como la encarnación de las últimas palabras de Allende. Pasan por alto que esta ampulosa pretensión fue aplastada por el resultado del plebiscito del 4 de septiembre de 2022”.
Alejandro San Francisco: El 4 de septiembre (El Líbero, 3 de septiembre)
“Si la elección de 1970, a la larga, permitió la llegada de la izquierda al gobierno, bajo el liderazgo del socialista Salvador Allende, en 2022 el resultado fue al revés, y representó la derrota más lapidaria que haya sufrido la izquierda desde hace muchas décadas”.