En abril de 2021, en medio de las profundidades de la pandemia de COVID, el consultor en planificación de escenarios Woody Wade, con sede en Suiza, se puso en contacto con Antonio Manterola, director de Koncept Ltda., una firma de consultoría de gestión en Santiago, para explorar la posibilidad de trabajar juntos ayudando a las empresas chilenas a visualizar cómo podrían darse sus «panoramas de negocios» con posterioridad al COVID.
A mediados de ese mismo año, los tomadores de decisiones de todo el mundo se dieron cuenta de que las cosas no volverían a ser como en el pasado. Las técnicas estructuradas de
planificación de escenarios podían aportar un enfoque valioso para anticipar cómo esta “nueva normalidad” requeriría que las empresas hicieran nuevas estrategias, que las llevaran a hacer una mejor planificación para enfrentar un mundo post-COVID.
Como resultado de esta colaboración inicial entre Koncept y Wade, se realizaron dos
exitosos webinars, a los que asistieron más de 300 empresarios, ejecutivos y gerentes de todo el país.
Ideando los escenarios
La planificación de escenarios se basa en el sencillo concepto de que hoy enfrentamos grandes incertidumbres y, dependiendo de cómo éstas se resuelvan, se pueden dar resultados bastante diferentes entre sí. Dicho de otra manera, podrían materializarse diferentes futuros con características muy distintas en todos los planos.
En sus primeros meses trabajando juntos, Manterola y Wade reconocieron que Chile se encontraba precisamente en una situación de alta incertidumbre: atravesando fuertes cambios políticos y sociales, así como importantes perturbaciones en la economía mundial (para nombrar solo algunas áreas de cambio): en el país se percibían grandes dudas sobre cómo resultaría el futuro. Podían esperarse resultados muy diferentes para Chile y, por lo tanto, futuros bastante diferentes para todos los actores del país, lo que afectaría su sociedad, su economía y sus relaciones internacionales, así
como los sistemas educativos, de salud y de pensiones de toda la población.
Decidieron convocar a un pequeño “grupo de expertos” para aplicar el proceso de planificación de escenarios a nivel del país. Este trabajo pretendía generar una cartera de futuros alternativos para Chile en el año 2032, un horizonte de tiempo suficientemente largo como para que los cambios de corto plazo hubieran ya generado sus efectos indirectos de más largo plazo en la nación.
El grupo
Para ello, formaron a un grupo de creación de escenarios al cual invitaron a algunas personas bien informadas, que tuvieran un conocimiento amplio y profundo del país y de sus desafíos, que tuvieran una sólida experiencia empresarial y de liderazgo y que pudieran aportar diversas perspectivas y puntos de vista al proceso. Este grupo incluyó a Paola Assael, economista, socia fundadora de Black & White; José Miguel Barros, ingeniero comercial, ligado a Larraín Vial; Sally Bendersky, ingeniera química, ex embajadora de Chile en Israel, directora de empresas, presidenta de Empresa Portuaria de San Antonio; Eduardo Cordero, empresario; Macarena Letelier, abogado, directora ejecutiva de Centro de Arbitraje y Mediación, CAM-CSS; Fernando Matthei, ingeniero eléctrico, ex director de Spencer Stuart Chile; Christian Paccot, emprendedor y fundador de varias compañías tecnológicas; Mariano Pola, emprendedor, fundador de Micrológica S.A.; Oswald Schaerer, consultor y director de empresas; Fernanda Soza, abogada, ligada a Chile-Mass.

Objetivos
El objetivo principal del ejercicio fue construir una cartera de escenarios diferentes pero realistas en los que Chile podría encontrarse en el año 2032, descritos con suficiente detalle como para comprender el “look and feel” de esos futuros y sus implicaciones.
Cada escenario se ilustró con una breve reseña ficticia, que cuenta la historia de una persona particular que vive en Chile, a la cual le toca estar y desempeñarse en ese escenario. Estas viñetas resaltan algunos de las dificultades, desafíos y oportunidades que la gente común podría enfrentar si ese escenario llegara a materializarse.
Adicionalmente se consideró importante alcanzar algunos objetivos secundarios:
• Ayudar al país a verse a sí mismo de manera realista
• Mostrar cómo las decisiones de corto plazo pueden tener consecuencias a largo plazo
• Reforzar la importancia del pensamiento a largo plazo para los tomadores de decisiones en los sectores público y privado
• Poner en valor esta forma de pensar y poner la metodología a disposición del país
Metodología / proceso
La planificación de escenarios es un proceso estructurado. Comienza con una exploración de las «fuerzas impulsoras» que potencialmente pueden tener un impacto en el éxito futuro de una organización. Dado que generalmente hay docenas de fuerzas impulsoras que pueden afectarla, el proceso requiere seleccionar las “incertidumbres más críticas”, enfatizando los factores que (a) están fuera de su control, (b) que tienen el mayor potencial para cambiar el futuro «panorama general», y que al mismo tiempo (c) son muy inciertos en cuanto a su resultado final.
Luego, estas incertidumbres críticas se utilizan para construir una matriz de cuatro cuadrantes, los cuales representan formas opuestas en que las incertidumbres podrían resolverse. Es decir, definen cuatro futuros muy diferentes que, sin embargo, podrían surgir de manera plausible en función de cómo evolucionen los factores de incertidumbre.
En esta etapa, los cuatro escenarios se definen apoyándose únicamente en parámetros muy básicos: ¿cómo podrían resultar las incertidumbres críticas? Luego, para “ponerle más carne al hueso”, es necesario visualizarlos con más detalle, mostrando sus efectos probables en aspectos tales como la salud de la economía, el comportamiento del consumidor e incluso, las actitudes y los valores sociales. En esta parte del proceso, la creatividad y la imaginación juegan un papel preponderante.
Asimismo, se identifican algunas “señales camineras” para cada futuro, consistentes en tendencias o eventos observables que pueden proporcionar indicaciones importantes sobre cuáles futuros se están volviendo más probables. Por último, como se mencionó anteriormente, se escribe una reseña ficticia sobre cada escenario, que revela el futuro a través de los ojos de un individuo en particular que vive y trabaja en ese entorno.
Nuestro grupo se dedicó durante nueve meses a aplicar esta metodología para desarrollar los escenarios y escribir cuatro viñetas para Chile 2032.
Resultados
Las deliberaciones del grupo terminaron centrándose en dos incertidumbres críticas para el país, las que asociamos al tema náutico de un barco navegando en el océano…
- La primera incertidumbre se relaciona con el entorno económico y geopolítico mundial que los líderes chilenos deberán enfrentar (y que están fuera de su ámbito de control). ¿La próxima década será de “un mar en calma” o de “un mar muy tormentoso”?
- ¿El “barco”, que representa a las instituciones del país, presentará buenas características marineras y tendrá un adecuado desempeño náutico? ¿Y el “capitán y la tripulación”, que representan a los líderes del gobierno, tendrán las competencias necesarias para maniobrar el barco de Chile en estas aguas?

Normalmente, estos factores se encuentran fuera del control de una persona o de una organización en particular, pero podrían tener grandes consecuencias en nuestras vidas y en nuestro bienestar. Y las personas, las empresas y las instituciones pueden beneficiarse enormemente al visualizar escenarios alternativos para ellas mismas y preparar anticipadamente sus posibles respuestas ante estos futuros altamente inciertos.
Escenario 1: «Mejor imposible…»
El primero de los escenarios se plantea como un mar en calma. Navegamos en un barco muy marinero, con un capitán y una tripulación altamente competentes.
El mundo ha salido relativamente incólume de los dolores y desafíos de principios de la década de 2020 y está experimentando paz y prosperidad. Chile ha sido especialmente afortunado. Está en buenas manos, sus líderes que están tomando decisiones visionarias, centrando la atención del gobierno en mejorar cosas importantes, como la educación, salud pública, agricultura, relaciones indígenas, seguridad hídrica .
En este escenario, Andreas, el jefe de una empresa de inversión en agronegocios en los Países Bajos, realiza una última visita a sus contactos en el país para validar su decisión invertir en un innovador proyecto agrícola. Se convence de que Chile se ha transformado por completo en los últimos diez años.
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Escenario 2: “Navegando sobre aguas bravas”
En este escenario se ven mares tormentosos, pero navegamos en un barco muy marinero, a cargo de un capitán y de una tripulación competentes…
Las cosas no han ido bien en el mundo desde 2020. Primero, el COVID obligó a los países a bloquear sus economías, luego, un conflicto regional en Europa del Este interrumpió la recuperación de la pandemia, y las confrontaciones militares y políticas se extendieron por todo el mundo. A pesar de las grandes preocupaciones a nivel global, a Chile le está yendo relativamente bien.
A principios de la década de 2020, los líderes del país tomaron decisiones a largo plazo para convertir al país en una potencia tecnológica y científica. Su constitución, nueva y moderna, que tardó algún tiempo en corregirse, también ha ayudado a Chile a superar estos tiempos difíciles.
Carolina, médico venezolana, emigró con su familia a Puerto Varas hace varios años y no se
arrepiente de su decisión, viviendo en un Chile 2032 que es motivo de asombro y admiración. Todavía hay cosas que necesitan atención, pero ella cree que gracias a las decisiones inteligentes del nuevo liderazgo del país, Chile está de vuelta en el camino correcto…
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Escenario 3: “Una tormenta perfecta”
En este escenario, los mares están tormentosos. Estamos en un barco no apto para navegar y con una tripulación incompetente.
Tras una década, el mundo todavía no se ha recuperado de las secuelas que dejó el COVID-19 y la larga guerra en el Este de Europa, que destruyó muchas fuentes de energía, afectando severamente los niveles de prosperidad previos.
Chile no ha escapado a la recesión.
Continúan los problemas básicos de la población, pero los líderes de gobierno prefieren no distraerse de su propia agenda activista y tampoco poseen la experiencia necesaria para salir adelante. Los resultados han sido nefastos para Chile, con servicios públicos racionados, sistemas logísticos debilitados, poquísimas fuentes de financiamiento, y con un acceso muy restringido a importaciones y a divisas internacionales.
A ello se suma la compleja fragmentación territorial que ha sufrido el país. Enrique enfrenta duros tiempos con su fábrica en el norte, sufriendo los efectos de una inmigración descontrolada, un desempleo generalizado y altísimos niveles de violencia. Ante el desolador panorama, él aún no quiere resignarse…
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Escenario 4: “Un caso de desarrollo frustrado”
En este último escenario, el mar está en calma, pero nosotros navegamos en un muy mal barco, a cargo de una tripulación incompetente.
A pesar de la paz y la prosperidad existentes en el mundo, Chile no ha logrado sacar partido de los buenos tiempos globales. El gobierno ha financiado demasiados proyectos populistas, por lo que servicios básicos como el transporte, las pensiones y la protección policial han sufrido fuertemente. Los avances tecnológicos en el exterior tampoco han ayudado. Los chilenos talentosos están emigrando y el gobierno no logra retenerlos.
Laura trabaja en una empresa donde las cosas van empeorando año a año. En su casa las cosas no andan mejor… Sus hijos no ven oportunidades y empiezan a hundirse en la desesperanza y ella va sufriendo los impactos del deterioro del país en su vida, en su trabajo y en su familia.
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Ilustraciones: Javiera Rodríguez.