El próximo sábado la Presidenta Michelle Bachelet volverá a aterrizar en La Habana, tal como hizo en su anterior gobierno en febrero de 2009, para reunirse con los jerarcas del régimen castrista.
En lo que se conoce de su agenda hay un encuentro con Raúl Castro en el Palacio de la Revolución, y la revisión de acuerdos bilaterales, especialmente en el ámbito de la salud y el comercio.
Durante esta administración, el gobierno de Chile ha trabajado en un plan de acción que incluye “misiones comerciales chilenas y visitas cubanas al país en múltiples sectores. Fruto de estas gestiones, empresas chilenas ya están materializando negocios con Cuba”, según informó la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales.
Sin embargo, la relación comercial entre ambos países es exigua, ya que Chile exportó a la isla caribeña US$35,5 millones en 2016 -la mayor parte productos pecuarios y del mar-, e importó US$4,2 millones, principalmente en ron.
El viaje fue cuestionado por diversos ex embajadores chilenos, debido a que no se debería a razones de interés del Estado sino por temas personales e ideológicas de la Mandataria, recordando que para ella Fidel Castro fue un “líder de la dignidad y la justicia social”.
Rosa María Payá: “Bachelet podría ser una voz muy relevante si decidiera ponerse de parte de los oprimidos en Cuba”
Esta polémica visita es analizada para “El Líbero” por Rosa María Payá, hija de uno de los principales disidentes del régimen cubano, Oswaldo Payá, quien murió en julio de 2012 en un extraño accidente de auto mientras era acosado por un vehículo de la policía política.
Oswaldo Payá fue fundador y organizador del proyecto Varela, mediante el cual, amparado por la Constitución cubana, recolectó las firmas necesarias para presentar al gobierno una solicitud de cambios en la legislación, pero que recibió de respuesta de Fidel Castro la llamada “primavera negra”, en que encarceló a decenas de disidentes por más de 30 años.
Paya también recibió el premio Andrei Sajarov a los derechos humanos del Parlamento Europeo en 2002 y fue nominado oficialmente cinco veces al Premio Nobel de la Paz.
Su hija, de 28 años y licenciada en física, tomó la posta de su padre y se ha convertido en una de las principales referentes de la disidencia en la isla. Su principal causa es la campaña CubaDecide, una iniciativa ciudadana que impulsa un plebiscito vinculante para que los cubanos decidan su futuro, pero que es rechazado por la dictadura castrista.
-Bachelet aceptó una invitación de Raúl Castro e irá a La Habana en visita oficial entre el 6 y el 8 de enero. ¿Cuál es su opinión del viaje?
– El régimen cubano ha entrado en un periodo de gran vulnerabilidad, porque no importa cuánto intenten imponer la sucesión, los cubanos no quieren más castrismo y su fiel sirviente y patrocinador, el chavismo, prácticamente no puede ni sostenerse a sí mismo. La invitación a la Presidenta es una medida desesperada más del régimen por recobrar legitimidad, a pocos meses de designar al heredero del castrismo. En ese sentido, sería vergonzoso que la Presidenta esté dispuesta a apoyar la continuidad de la opresión en Cuba apoyando a la oligarquía comunista en lugar del derecho a elegir de la ciudadanía.
Payá: “Sería vergonzoso que la Presidenta esté dispuesta a apoyar la continuidad de la opresión en Cuba apoyando a la oligarquía comunista en lugar del derecho a elegir de la ciudadanía”
-¿Qué temas de interés para el pueblo cubano le gustaría que abordara Bachelet con Castro?
– Dada la experiencia chilena, Bachelet podría ser una voz muy relevante si decidiera ponerse de parte de los oprimidos, que en el caso cubano es todo el pueblo, apoyando una salida democrática en contraposición a la sucesión dinástica que planea Raúl Castro. Lo único coherente que puede hacer la Presidenta es apoyar el plebiscito en Cuba como elemento obligatorio en un proceso de transición que, como bien saben todos los chilenos, solo comenzará en el momento en que la voz de la ciudadanía sea escuchada en el plebiscito.
Payá: “Lo único coherente que puede hacer la Presidenta es apoyar el plebiscito en Cuba como elemento obligatorio en un proceso de transición”
-En Chile, Bachelet ha defendido las banderas de los DD.HH. y la democracia. ¿Le gustaría que llevara esos mensajes al pueblo cubano?
– Defender la bandera de la democracia y los derechos humanos en Cuba significa apoyar la realización del plebiscito vinculante que defiende la campaña CubaDecide, para que todos los cubanos puedan definir su destino como nación por primera vez en más de 60 años.
-¿Qué aprendizajes de la democracia chilena podrían ser útiles en el proceso cubano de recambio político que busca implementar Castro?
– Raúl Castro y los generales que gobiernan Cuba, por la fuerza, solo pretenden continuar en el poder y proteger todos sus privilegios para ellos y sus descendientes. El recambio político es una sucesión dinástica que no tiene ningún elemento democrático, ni puede tenerlo porque el sistema electoral cubano y la Constitución misma no permiten las elecciones libres y plurales. Raúl, los generales y los burócratas a sus órdenes no serán jamás agentes de cambio. Solo el pueblo puede detonar un cambio en Cuba, en ese sentido la experiencia chilena demostró que la verdadera transición solo comienza cuando es posible la participación ciudadana.
Payá: “Solo el pueblo puede detonar un cambio en Cuba, en ese sentido la experiencia chilena demostró que la verdadera transición solo comienza cuando es posible la participación ciudadana”
-¿Qué Cuba recibirá a Bachelet? ¿Cuál es la situación económica, política y social del país?
– Cuba está devastada económicamente por causa de una administración que acabó con todas las industrias y la producción nacional y persiguió y suprimió la iniciativa privada, pero mientras los edificios en La Habana colapsan con sus habitantes adentro por falta de mantenimiento, los herederos del castrismo, como Alejandro Castro Espín, llevan su yates a Grecia. Luego del paso de dos huracanes hace pocos meses, explotaron varias protestas pacíficas espontáneas y el ambiente social indica cada vez más claramente que la ciudadanía quiere cambios. CubaDecide estuvo monitoreando en medio de la represión las pasadas votaciones municipales, donde por supuesto, solo pudieron participar los candidatos puestos por el régimen, y las cifras de no asistencia y la cantidad de votos anulados en los colegios en que logramos observar son tres veces más altas que los datos oficiales que el régimen dio.
Payá: «Mientras los edificios en La Habana colapsan con sus habitantes adentro por falta de mantenimiento, los herederos del castrismo, como Alejandro Castro Espín, llevan su yates a Grecia»
– ¿Cómo cree que cambiará el sistema político en Cuba con la salida de Raúl Castro de la Presidencia?
– La Presidenta Bachelet sabe que Raúl Castro no ha sido jamás escogido por los cubanos, y que las elecciones anunciadas para abril en Cuba son un fraude en el cual el régimen es el único que puede escoger candidatos y designa un candidato para cada puesto. Raúl Castro ha anunciado que dejará la presidencia del Consejo de Estado y de ministros, no la presidencia del Partido Comunista, y la Constitución Comunista impuesta en Cuba dice que el «Partido Comunista es el rector de la sociedad». Así que el nombre que designen para ser la nueva cara del castrismo no es tan importante porque el poder permanece en manos de la familia Castro y los generales. Hay muchos cambios cosméticos que la dictadura puede hacer para limpiar la cara ante la comunidad internacional, pero el sistema político solo cambiará en una dirección democrática en el momento en que el pueblo pueda expresarse para cambiar ese sistema en un plebiscito.
Payá: «La Presidenta Bachelet sabe que Raúl Castro no ha sido jamás escogido por los cubanos, y que las elecciones anunciadas para abril en Cuba son un fraude en el cual el régimen es el único que puede escoger candidatos y designa un candidato para cada puesto»
– En su anterior viaje a La Habana en 2009, Bachelet no quiso reunirse con disidentes cubanos. ¿Le pediría que lo haga en esta oportunidad?
-Estamos hablando de la Presidenta que fue humillada públicamente por Fidel Castro en su viaje del 2009 con el apoyo del régimen a la salida al mar de Bolivia, a pesar de no haberse reunido con la oposición cubana tal y como el régimen le exigió. En ese sentido solo podemos especular sobre las presiones que la Presidenta puede estar recibiendo de parte del mismo sistema de inteligencia cubano, que presionó a la cancillería chilena para impedir el viaje de Mariana Aylwin a recibir el Premio Oswaldo Payá el pasado febrero, y las motivaciones para aceptar visitar a los burgueses castristas en un momento en que el régimen está debilitado y no puede ofrecerle ningún beneficio al estado o al pueblo chileno. En cualquier caso, la Presidenta toma decisiones soberanas y podría aprovechar este viaje para hacer lo correcto y reunirse con la oposición cubana, al menos a mi casa está permanentemente invitada. Sin embargo, lo más importante es el apoyo a los derechos para todos los cubanos. Lo mínimo que puede hacerse, ya que se va a reunir con los opresores del pueblo, es invitarlos a someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía acatando los resultado de la realización de un plebiscito vinculante, solicitud coherentemente apoyada ya por muchos ex-presidentes de Iberoamérica, entre ellos, el nuevo Presidente electo de Chile.
Payá: «La Presidenta toma decisiones soberanas y podría aprovechar este viaje para hacer lo correcto y reunirse con la oposición cubana, al menos a mi casa está permanentemente invitada. Sin embargo, lo más importante es el apoyo a los derechos para todos los cubanos»