Tirúa, Capitán Pastene, Traiguén, Victoria (y al norte Ercilla y Collipulli), Curacautín y Lonquimay. Este eje, de mar a cordillera, concentra el mayor número de atentados en la Macrozona Sur. Desde Tirúa a Lonquimay hay alrededor de 240 kilómetros, que trazan una línea de poniente a oriente que corta al país en dos y que, de acuerdo con fuentes de la Macrozona Sur, se ha convertido en un corredor para el tráfico de armas y municiones. 

“Sí sabemos que hay un tema de tráfico de armas a través de la cordillera vía Lonquimay. ¿Qué pasa? La ruta es de mar a cordillera y de cordillera a mar. La verdad es que las cosas entran por los dos lados, parten en la zona de Quidico-Tirúa y llegan a la altura de Lonquimay y de allí para Argentina”, resume la diputada del Partido Republicano Gloria Naveillán. 

La noche del 20 de abril, por ejemplo, dos de los cuatro atentados que hubo durante la madrugada ocurrieron sobre esta línea: los disparos al retén de carabineros de la localidad de Quidico, en Tirúa; y la quema de cinco cabañas y dos vehículos en el centro turístico Marie Ghislaine, ubicado en la ruta CH-181 que une a las comunas de Victoria y Curacautín.

En ese último ataque se dejó un lienzo en el que la Resistencia Mapuche Malleco (RMM) se atribuye el hecho y solicitan además la libertad de los ocho comuneros condenados a 20 años de cárcel por el homicidio del también mapuche Eleodoro Raiman. 

También sobre ese eje quedó herido de gravedad el conductor de un camión al que le dispararon con fusiles de guerra en Ercilla el pasado viernes, quien tuvo que ser internado en el Hospital de Victoria y trasladado luego a Temuco.

Fuentes de la zona, que por razones de seguridad prefieren el anonimato, señalan que ese sector de la ruta CH-181 ha sido de constante beligerancia, debido a los cortes de camino, de energía eléctrica, usurpaciones, y también porque está aledaño a dos comunidades reasentadas provenientes de la zona de Temucuicui por compras de tierra que en su minuto hizo Conadi. Por lo tanto, señalan, “la relación directa es de hechos de violencia rural asociados a la Resistencia Mapuche Malleco, que tiene una abierta coordinación con la Temucuicui y sus dirigentes”.

La ruta para el control territorial

Quienes han estado relacionados con operativos de seguridad en la Macrozona Sur explican, fuera de micrófono, que si se aborda el tema desde el punto de vista geopolítico y se cruza con los sectores en los que ocurre robo de madera, usurpaciones, tomas de fundos, robos de vehículos, más los atentados, “efectivamente están tratando de trazar una línea imaginaria de cordillera a mar, que pretende dividir el país”. 

Señalan que esta línea conecta por caminos interiores con Ercilla y Pailahueque, también de Ercilla a Temucuicui; empalma con Los Sauces, Traiguén y Lumaco y ya en el cono sur de la Provincia de Arauco (en Biobío), con Tirúa, Contulmo y Cañete. 

“Entonces, si uno traza una línea imaginaria, se puede sostener en base a la evidencia y el posicionamiento a través de hotspots, que efectivamente hay una pretensión de control territorial, de manera horizontal, de mar a cordillera, o cordillera a mar”, enfatizan.

Además, en el área donde se encuentra el centro turístico Marie Ghislaine, también hay conexiones con la ruta que lleva a las Termas de Tolhuaca (un predio de la familia del convencional Fuad Chahín tomado a principios de abril), y conecta con ciertas localidades de Selva Oscura. 

“Son puntos estratégicos desde el punto de vista de control territorial, quieren un territorio de cordillera a mar y la forma que tienen para expulsar a los dueños es a través de la extorsión, de la amenaza, los ataques. Lo que está pasando en todo el cono sur de la Provincia de Arauco, y en la Provincia de Malleco es que mucha gente escapa del lugar porque no tienen respuesta del Estado, para asegurarles el Estado de Derecho y la seguridad, por lo tanto prefieren abandonar por el resguardo a su familia y a su integridad. Es gravísimo”, advierte Fernando Fuentealba, presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de la Macrozona Sur.

Datos de la Multigremial de la Araucanía indican que en 2021 el saldo fue de 11 personas asesinadas y 28 heridas con riesgo vital o grave en la macrozona.

Los efectos de retirar el Estado de Excepción

El balance que entregaron las autoridades de la Macrozona Sur del gobierno saliente da cuenta de que solo durante el año 2021 hubo 1.786 atentados, 46% más si se compara con el año 2020. De ese total, 1.128 ocurrieron en La Araucanía y 595 en Biobío, el restante fue en las regiones de Los Ríos y Los Lagos. 

Para el excoordinador nacional de seguridad en la Macrozona Sur, Pablo Urquízar, “la ruta CH-181 es una ruta que antes del Estado de Emergencia estaba permanentemente afectada por hechos de violencia y atentados de parte de las orgánicas radicalizadas y terroristas para ejercer control territorial, cuestión que se impide con la estrategia conjunta de las Fuerzas Armadas y las policías a partir del Estado de Excepción con controles mixtos y patrullajes dinámicos en la zona. Lamentablemente lo que vemos hoy es fruto de la ausencia completa de una estrategia de seguridad por parte del Gobierno y las orgánicas vuelven a ejercer control territorial con distintos fines, que incluyen, por cierto, narcotráfico”.

Un informe de la Multigremial de la Araucanía concluye que el retiro del Estado de Excepción ha producido un aumento de 146% en los hechos de violencia en la Macrozona Sur, pues en los 15 días previos a que se levantara la medida, del 11 de marzo al 26 de marzo de 2022, contabilizan 15 atentados; y en los 15 días posteriores, del 27 de marzo al 11 de abril de 2022, sumaron 37, incluyendo usurpaciones, atentados incendiarios y ataques armados. Biobío fue la región más afectada.

“El fin del Estado de Emergencia lo que hizo fue retirar 2 mil efectivos militares en el combate del terrorismo, del narcotráfico y del crimen organizado en la estrategia conjunta con las policías, lo que daba presencia en múltiples rutas siendo una de ellas especialmente considerada la ruta CH-181. En la actualidad esa cantidad de efectivos es imposible de alcanzar solo con las policías”, subraya Urquízar.

Al igual que la ruta CH-181, Carabineros también tiene priorizada la ruta Collipulli-Angol que es la CH-182. Y la estrategia prevé que haya controles norte-sur o sur-norte, para romper la transversalidad y no patrullar solo de oriente a poniente. «Patrullar de oriente a poniente no te rompe la cadena de circulación que tienen estos tipos de norte a sur para huir o concurrir a perpetrar los hechos», señalan los entendidos.

¿Tráfico de armas desde Argentina? 

Fernando Fuentealba opina que los atentados de esta semana son resultado del decomiso de 2.022 balas, 17 cargadores, 11 pistolas y un kit para transformarlas en fusiles automáticos, ocurrido en Mendoza (Argentina), el 18 de abril. 

De acuerdo con el diario La Nación de ese país, los investigadores de las fuerzas federales sospechan que parece estar en proceso “un sigiloso tráfico de armas pequeñas a través de la Cordillera de los Andes”; y definen el hecho como “el segundo intento de contrabando de armas hacia Chile frustrado por la Gendarmería en lo que va del mes”.

El primero ocurrió el 2 de abril, cuando gendarmes de ese país, también en Mendoza, incautaron 11 armas y 22 cargadores que tenía en dos mochilas el pasajero de un ómnibus que había iniciado su recorrido en Buenos Aires y que, según el diario, tenía como destino Chile. No obstante, autoridades de Chile señalan fuera de micrófono que no existe ninguna evidencia de que esas armas en particular tuvieran como destino el país. 

Pese a esto, Fuentealba afirma que “obviamente estos grupos radicales están buscando otras alternativas para ingresar el armamento a la región”, debido a los dos decomisos recientes. 

La diputada Naveillán describe que por la ruta CH-181 hay mucha circulación de camiones “que van y vienen de Argentina, incluso camiones brasileros circulan por esa vía. Por otro lado, a la altura de Lonquimay, ya subiste tanto que cruzas la cordillera a Argentina casi sin darte cuenta. Hay muchos pasos no legales que también se ocupan”. 

Agrega: “Las armas las pueden agarrar a pata, en mula, a caballo, de mil maneras, hasta en una camioneta 4×4 puedes pasar a Argentina por pasos que nadie vio. Es muy fácil. Ahora, si bajas desde la cordillera argentina, viene Lonquimay, Curacautín, Victoria y llegaste a la ruta 5, de ahí puedes ir a cualquier parte. También puedes ir de Victoria hacia el poniente, hacía la ruta Traiguén, Lumaco, Capitán Pastene y de ahí te tiras a Tirúa y Quidico. Está tan claro. Es cuestión de mirar un mapa, tener un poquito de inteligencia y decir ¿dónde son los atentados? ¿dónde se concentran tanto en Arauco, como en la Araucanía? En torno a esta ruta”.

Los indicios trasandinos

Andrei Serbin Pont, director de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES) y especialista en rastrear y analizar conflictos y armas, plantea que el tráfico de armas pequeñas -sobre todo pistolas, escopetas, o fusiles- de Argentina a Chile es bastante poco común porque en general el mercado está acaparado por la demanda brasileña, sobre todo de Río de Janeiro, donde las armas cotizan a un precio muy alto. 

No obstante, argumenta que “estos últimos dos decomisos en Mendoza son bastante interesantes, sobre todo porque casi todos en su totalidad son pistolas”.

Describe que en las dos incautaciones recientes hay armas de fabricación Stryker, que es una empresa argentina, y también hay pistolas Bersa, “que son muy robadas a las fuerzas policiales o a legítimos usuarios. Se trata de una pistola muy común en Argentina”. 

“Lo que es muy interesante del primer lote, el del 2 de abril, es que se encuentran pistolas Canik, y en América Latina son poco comunes y se importan principalmente a Paraguay, de donde son desviadas y vendidas ilegalmente también en Brasil. Da para pensar que acá se está conformando una ruta que está llevando armas desde Argentina o posiblemente desde Paraguay -que es como un gran hub de tráfico de armas para la región- para llevar armas a Chile”, dice Serbin Pont desde Argentina.

El analista subraya que hay casos en los que queda “bastante claro” que las armas tienen como destino Chile “porque ningún sentido tendría desviar armas desde Argentina o Paraguay, para después enviarlas a Chile y de ahí a un mercado como el brasileño. Habría que ver ese detalle e identificar quién es el receptor de estas armas, porque también hemos tenido otros incidentes como el robo de munición del Ejército argentino que se sospecha, pero no se ha podido corroborar, que esas armas también iban posiblemente para los mapuche, y después hubo un muy controversial robo a una armería en el sur de Argentina (en Bariloche), en el que también hubo fuertes sospechas de que esas armas podían terminar del lado chileno”. 

Otras vías

Cifras dadas a conocer por la Unidad de Coordinación de la Macrozona Sur a principios de este año indican que en 2021 fueron incautadas 907 armas: 265 en La Araucanía y 343 en Biobío. Entre los artefactos había cinco fusiles de guerra.

Fuentes que conocen el manejo de la seguridad en la Región del Biobío explican que manejan información acerca de la eventual internación de armas por vía marítima a través de algunas caletas existentes en el borde costero de la Provincia de Arauco y de su internación al territorio nacional por los grupos armados que ejercen la violencia en el área. Armas que no vendrían del otro lado de la cordillera, sino desde el norte del país.

En ese caso, como parte del Estado de Excepción, le correspondió a la Armada de Chile, a través de la Jefatura de la Segunda Zona Naval, ejecutar patrullajes permanentes; pero no se detectaron embarcaciones realizando internación de armas, ni hubo detenidos por hechos de esa naturaleza.

Sin embargo, señalan, “evidentemente estos grupos operan con armamento y obviamente que el armamento circula por rutas de la zona para ser trasladado hasta los puntos de interés para los violentistas”.

Otras fuentes ejemplifican que si las armas decomisadas en Mendoza tuviesen, por ejemplo, como destino organizaciones de narcotráfico asentadas en Santiago, igualmente eso podría tener un impacto en el conflicto que se vive en el sur debido a una “transferencia por goteo”.

Urquízar concluye que todavía las agrupaciones radicales no tienen el control territorial que pretenden en el sur, pero advierte que no hay que descuidarse: “Hoy no tienen el control en ese ámbito pero si el Gobierno no implementa luego una estrategia clara de seguridad con una dimensión geopolítica, es claro que el control lo alcanzarán porque es su forma de expandirse y cometer sus ilícitos”. 

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