Fue un atentado sin piedad. En uno de los peores escenarios, cuando cientos de brigadistas tratan de controlar los incendios que ocurren en La Araucanía, la Resistencia Mapuche Pehuenche (RMP) reapareció para adjudicarse el tercer ataque que hacen público desde julio de 2022. Incendiaron una casa en Curacautín en la que había cuatro personas, tres de los cuales resultaron heridos, entre ellos una mujer que tuvo quemaduras de diversa consideración y un hombre con fractura de cadera al saltar de un segundo piso, para evitar morir quemado. Ambos, de nacionalidad boliviana, se encontraban visitando a sus amigos y dueños de casa.

El atentado, llevado a cabo la noche del 7 de febrero, se suma al verano extremadamente complicado que se vive en la zona centro-sur del país, producto de las altas temperaturas que se han registrado y que han instalado las condiciones ideales para uno de los más temidos escenarios en estas épocas: la aparición de incendios forestales y su expansión hacia las zonas urbanas. 

Así, según los últimos recuentos de las autoridades, son más de 370 mil hectáreas las que ya han sido arrasadas por el fuego durante las últimas semanas (97.500 en La Araucanía), dejando un gran número de damnificados que han perdido sus hogares, bosques y cosechas, sin contar la triste realidad que han significado los fallecidos.

La Multigremial de la Araucanía dio a conocer, además, el saldo de atentados ocurridos en la región en enero de 2023. Llegando a la conclusión de que los atentados incendiarios aumentaron en un 100% este 2023, comparado con enero del año pasado. Según el informe el mes pasado hubo 18 atentados de este tipo, mientras que en enero de 2022 hubo 9. 

“Esto muestra que estamos frente a un incremento de los incendios intencionales, afectando tanto a la Macrozona Sur como a otros puntos del territorio nacional, afectando no solo a entornos rurales-productivos, sino que poniendo en riesgo la población que vive aledaña e incluso las ciudades”, subrayó el presidente de Multigremial de La Araucanía, Patricio Santibáñez.

En medio de este dantesco marco y mientras en la Macrozona Sur se lucha por contener la furia de las llamas, ocurrió este hecho de inusitada violencia de la mano de una orgánica radicalizada que no había aparecido mayormente en el mapa, perpetrando un ataque que impactó a la opinión pública en un sector rural de la comuna de Curacautín. Así actúa la denominada Resistencia Mapuche Pehuenche.

La Resistencia Mapuche Pehuenche (RMP)

En el mes de julio del año 2022, un predio ubicado en la comuna de Alto Biobío fue el escenario de la primera actuación pública de esta agrupación, que llegó hasta el lote A del Fundo Los Chenques con la clara intención de ocupar ilegalmente el lugar, que en el momento contaba con resguardo policial por una toma ocurrida el año 2019. 

Así, en plena madrugada un grupo de desconocidos inició un enfrentamiento a balazos con Carabineros que pernoctaban en una casa del sitio, hecho tras el cual unos 8 efectivos de la policía uniformada lograron salir del inmueble sin lesiones. Tras los incidentes, el lugar fue incendiado por los antisociales, que a través de redes sociales se adjudicaron públicamente el ataque bajo la firma: “Libertad a los presos políticos mapuche y de la revuelta chilena. No a la carretera hídrica. No a la carretera internacional. Fin al estado de excepción y desmilitarización del wallmapu. Fin al modelo colonial  y extractivista de  los recursos de nuestro mapu. Resistencia Mapuche Pewenche.  R.M.P.».

Pablo Urquízar, excoordinador de Seguridad de la Macrozona Sur, explica que tras estos hechos, la orgánica vuelve a aparecer, pero esta vez en la región de La Araucanía, evidenciando una amplia cobertura territorial, con lazos que incluso podrían exceder los límites de nuestro país.

“La Resistencia Mapuche Pewenche (RMP) reaparece el 2022 en el día previo a la primera visita del Presidente Boric a La Araucanía a través de un atentado incendiario en Lonquimay de cuatro cabañas. En un panfleto dejado en el lugar, manifiesta sus enemigos, a saber: parceleros, militares, forestales y proyectos extractivistas, exigiendo también libertad a los ‘presos políticos’ mapuche”, explica el abogado.  

El Presidente Gabriel Boric visitó por primera vez La Araucanía el 10 de noviembre de 2022. En las horas previas a la llegada del Mandatario la agrupación quemó cuatro cabañas en los alrededores de la localidad de Icalma. En el sitio del suceso fue hallado un lienzo en el que se leía: «Fuera parceleros, militares, forestales, proyectos extractivistas. Yordan Llempi, Alex Lemun, Camilo Catrillanca, presente en el weichan. Libertad a todos los PPM. Libertad a la machi Betania, Rafael Nahuel. Presente Puel Mapu».

El atentado coincidió también con un comunicado de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en el que se cuestionaba la visita del Presidente. La orgánica radical que lidera Héctor Llaitul –ya preso en ese entonces– llamó a “repudiar y combatir” la estrategia “neofascista” del Gobierno y a “no caer en sus trampas”. 

Para ese momento, los informes de la Multigremial de La Araucanía ya advertían de la presencia de “dos posibles nuevas organizaciones que se han adjudicado hechos de violencia que se suman a las 7 existentes previas a la declaración del Estado de Emergencia del Presidente Boric: La Resistencia Mapuche Cautín y la Resistencia Mapuche Pehuenche”.

La vinculación con Argentina

Urquízar añade un dato con respecto al hecho ocurrido en noviembre, que vincula a la Resistencia Mapuche Pehuenche con el caso de una joven líder mapuche argentina, quien fuera detenida por la ocupación ilegal de terrenos en la vecina nación. “Llama la atención que en ese mismo acto de violencia se haya reivindicado a una persona del otro lado de la Cordillera de Los Andes, exigiendo la libertad de la machi Betiana Colhuan, mostrando así sus vínculos con Argentina”, agrega Urquizar.

Betiana Colhuan representa al Lof Lafken Winkul. La joven es prima de Rafael Nahuel, asesinado en un enfrentamiento con efectivos de Prefectura Naval Argentina el 25 de noviembre de 2017 en Villa Mascardi. El lof llega a Villa Mascardi por instrucción de la machi, pese a que en esta población de la Patagonia Argentina aseguran que antes de este mandato el lugar nunca había sido mencionado por ninguna comunidad mapuche como sitio de asentamiento. 

Este lof además se relaciona con Facundo Jones Huala, mapuche argentino líder de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), quien por casi un año estuvo prófugo de la Justicia chilena y actualmente enfrenta un proceso de extradición, tras ser detenido el 30 de enero en la provincia argentina de Río Negro. 

Según declaraciones dadas a El Líbero por residentes de Villa Mascardi, los hermanos de Jones Huala estaban en ese mismo lof. Al igual que Matías Santana, descrito como uno de los lugartenientes de Jones Huala en la toma de Cushamen hecha en 2017. 

Fuego y agresión

Existe un hilo conductor tremendamente poderoso en el actuar el actuar de la RMP. Su extremada violencia destaca dentro del espectro violentista de la Macrozona Sur. 

Así fue también el pasado martes 7 de febrero, cuando en la comuna de Curacautín en La Araucanía, llegaron refugiados en la oscuridad de la noche al hogar de una familia que experimentó los momentos más aterradores de su vida, donde perdieron no solo su vivienda y equipos de trabajo para la extracción de áridos, sino también la tranquilidad.

Según los relatos policiales y de autoridades locales, cerca de las 23:00 horas un grupo de entre 6 y 8 encapuchados fuertemente armados llegaron hasta la casa de Félix Molina, de 80 años de edad, en el sector de Captrén en la comuna de Curacautín. A bordo de una camioneta roja descendieron para agredir directamente al dueño de casa, quien se encontraba en ese momento junto a su mujer, una pareja de amigos bolivianos y un par de menores de edad. 

En ese instante, los antisociales agredieron a Molina con golpes de culata y disparando a su vehículo particular, tras lo cual ingresaron para rociar un líquido acelerante que llevó al posterior incendio de la casa de la familia. En ese instante, los ocupantes de la casa habrían subido hasta el segundo piso para saltar huyendo del lugar, que resultó completamente destruido por la acción de las llamas.

En el hecho, que terminó con 3 heridos, una casa, un galpón y un camión siniestrados, los perpetradores dejaron un lienzo en el que se leía la consigna “Fuera áridos, forestales y latifundistas del Wallmapu, la Mapu y el Lewfu no es negocio; yanakonas y negociantes están en la mira, libertad a los PPM Luis Tranamil, José Queipul, Héctor Llaitul, Nelson Queipul y Elikura; Katrillanca, Catrileo, Marchant, Liempi y todos los caídos presentes en el Weichan. Resistencia Mapuche Pehuenche”.

Al respecto, Pablo Urquízar hace mención a un tema relevante y que da cuenta de la naturaleza de esta organización terrorista. “Otra particularidad es que reivindican a presos de distintas orgánicas como Luis Tranamil (Weichan Auka Mapu); Héctor Llaitul (CAM); Nelson Queupil (Liberación Nacional Mapuche), Elicura (Resistencia Mapuche Lafkenche). A la fecha llevan un total de 3 atentados adjudicados, 8 bienes destruidos y 3 personas heridas”, explica.

Así, en uno de los peores escenarios, la Resistencia Mapuche Pehuenche hace su reaparición con este atentado, que ha sido repudiado ampliamente por diversas autoridades y la sociedad en general. 

El alcalde de la comuna de Curacautín, Víctor Barrera, fue bastante duro en sus reacciones tras este siniestro, manifestando su molestia al no haber sido considerada su oferta de utilizar el internado de Curacautín para mantener contingente militar permanente en la comuna en noviembre del año pasado. 

“Fue afectada una familia curacautinense, una familia honrada, trabajadora, que da mucho trabajo a la gente de de la comuna y el sector. ¿Qué tiene que pasar para que las autoridades tomen las cartas sobre el asunto?. El día de hoy gracias a Dios no hubo víctimas fatales, pero el trabajo de años se ve envuelto en llamas y cenizas, los sueños y los desafíos. Les dejamos el internado habilitado (a las autoridades) en el mes de noviembre. Tuvimos diciembre, enero y febrero para estar aquí con militares, pero no hay ningún militar excepto algunos patrullajes, cuando les teníamos todas las garantías para que tuviéramos a los militares en el internado en Curacautín. Estamos retrocediendo, enfrentemos estas situaciones, no normalicemos”, concluyó el edil en un video publicado tras la ocurrencia del atentado a la familia Molina.

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1 comentario

  1. El Estado es incapaz de parar el terrorismo en el sur. Mala inteligencia, fiscalía y poder judicial ineficientes, leyes que no castigan duramente el terrorismo y un gobierno que no reconoce que exista terrorismo en el sur. Todo a favor de estos violentistas que hacen lo que quieren y no los paran. Es hora que esto se enfrente con toda la fuerza que se requiere; política; judicial y militar.

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