La ex ministra de Educación, Mariana Aylwin (DC), analiza para “El Líbero” la instrucción de la Presidenta Michelle Bachelet a los senadores de la Nueva Mayoría de aprobar en general en la sala la reforma educacional el próximo jueves 27, aunque no se hayan escuchado a los 80 invitados; y la postura que espera que tengan ante ese llamado los parlamentarios de su partido.
Ello, en el contexto de que hace pocas horas terminó la reunión del ministro del Interior, Rodrigo Peñaillillo, con los senadores de la DC Ignacio Walker, Patricio Walker, Carolina Goic, Jorge Pizarro y Manuel Antonio Matta, en que les pidió explícitamente su apoyo; y de que la agrupación de colegios particulares subvencionados, Conacep, criticara que mientras la Presidenta el pasado viernes prometió dialogar lo que sea necesario, hoy la instrucción sea votar sin considerar la opinión de todos los actores.
– ¿Qué opina sobre la decisión del Gobierno de pedirle a los senadores votar el proyecto el 27 de noviembre sin haber escuchado a todos los invitados?
– Es un mal signo, creo que va a generar un problema más. No sé qué quiere el gobierno. ¿Quiere confrontación o quiere buscar diálogo y acuerdo? Este es un signo más bien de presión que va en contra de generar un ambiente positivo para discutir esto con altura de miras y posibilidad de que se encuentren acuerdos.
El gobierno tiene que tomarse todo el tiempo que sea necesario para poder hacer una reflexión profunda que permita mejorar el proyecto, y que permita aunar voluntades y consensuar los principales aspectos para que lo que se apruebe sea sustentable. En ese sentido, el diálogo es necesario. Creo que no hay que apresurarse y no me parece prudente que a una reforma de esta magnitud se le ponga presión de tiempo.
– ¿Qué efectos sobre el proyecto tendría esa votación apresurada?
– Creo que falta todavía bastante discusión e información respecto de los efectos que puedan tener las medidas que pretenden implementar. Es importante que esa información llegue y que los senadores tengan más antecedentes para poder tomar una buena decisión.
– ¿Qué aspectos del proyecto requieren consensos y mejoras?
– En lo concreto, en el proyecto lo más difícil de abordar es la forma para eliminar el lucro. Sin perjuicio de que ese objetivo se pueda cumplir, la forma como está establecida genera efecto que no sé si están bien previstos. Por ejemplo, la obligación de ser propietario de la infraestructura puede tener como consecuencia una falta de inversión en el sector. Como consecuencia muchos sostenedores pueden cerrar sus colegios o pasarse a particular pagado. Creo que los antecedentes sobre los cuales se han construido estas propuestas todavía no están sobre la mesa para garantizar que ello no va a ocurrir, por ejemplo, que va a seguir habiendo inversión privada o que los colegios van a mejorar su infraestructura, que se va a garantizar que los colegios no cierren.
-En su exposición en la comisión, Ud. se preguntó si vale la pena tensionar el sistema. ¿El debate que se ha dado avanza en lo que Ud. planteó?
– Todavía no está claro. Tengo fe en que hayamos sido capaces de transmitir esa preocupación y que el gobierno se haga cargo de ella. Vamos a tener un sector privado que va a disminuir y el que quedará, estará molesto. No sé si es bueno para el sistema educativo a futuro.
– La Presidenta dijo que iban a tener diálogos necesarios pero se votará sin que todos hayan expuesto. ¿Qué opina?
– Se contradice con lo que dijo la Presidenta. No veo cuál es el apuro para una reforma de esta magnitud. Se requiere diálogo y se requieren espacios de tiempo que permitan tomar decisiones con toda la información sobre la mesa, cosa que no está hoy.
– ¿Cuál sería el tiempo prudente para discutir la reforma?
– Depende, a lo mejor se puede hacer rápido y sesionar, pero hay que escuchar a todos los que hay que escuchar. Creo que va a quedar demasiada gente enojada si no es escuchada. No veo cuál es el sentido de echarse más gente en contra de esta reforma.
– ¿Siente que los expositores está siendo escuchados y tomados en cuenta o son como un checklist?
– No sé. No cabe duda de que la gente habla desde una posición pero el Senado es para aunar posiciones, y ese es el ejercicio legislativo que hay que hacer y eso se hace escuchando.
– ¿Esperaría que los senadores DC no se vean presionados para votar el 27 de noviembre?
– Supongo que ellos van a resistirse a este apresuramiento.
– ¿Qué le parece lo que anuncian sostenedores de presentar masivamente acciones judiciales en contra del Estado?
– Ese es un efecto que debió haberse previsto, pero no me extrañaría que terminemos judicializando el sistema si se aprueba esta reforma tal y como está.