Desde su llegada a Chile, el lunes en la noche, el Papa Francisco ha vivido jornadas intensas. El martes -el día más cargado de su gira en el país-, participó de una misa en el Parque O´Higgins, sostuvo ocho reuniones y realizó dos recorridos en Papa Móvil, además de cuatro discursos públicos.
El primero, fue en el Palacio de La Moneda donde pidió perdón por los abusos cometidos por la Iglesia. “No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia”.
Luego en una misa con más de 400 mil personas hizo un llamado a todos diciendo que “¡Sembrar la paz a golpe de proximidad, de vecindad! A golpe de salir de la casa y mirar rostros, de ir al encuentro del que lo está pasando mal, que no ha sido tratado como persona, como un digno hijo de esta tierra”.
Sin embargo, en la tarde tanto en la cárcel como en la Catedral sus mensajes calaron hondo entre los asistentes. Primero les dijo a las mujeres que “estar privadas de libertad (…) es muy duro, es doloroso, pero no quiere decir perder la esperanza, no quiere decir dejar de soñar”.
Ya terminando la jornada, en la Catedral, con religiosos y sacerdotes, volvió a hablar de los abusos y dijo que “sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir ‘vestido de cura’ en muchos lados se está ‘pagando caro’. Por eso los invito a que pidamos a Dios nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo, y no rumiar la desolación”.
El primer discurso fue en el aeródromo de Maquehue en la ciudad de Temuco. Si bien el Pontífice hizo un reconocimiento al pueblo mapuche, fue claro en su llamado a la unidad y a condenar los hechos de violencia. “No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro, la destrucción aumenta la fractura y separación. La violencia termina volviendo mentirosa la causa más justa”.
Más tarde, en el encuentro con casi 40 mil jóvenes en el Templo Votivo de Maipú, recurrió a metáforas para transmitir su mensaje. “Si ustedes no aman a la patria no llegan a amar a Jesús. Si no son patriotas, no patrioteros, no podrán ser nada en la vida. Den lo mejor de ustedes por su Chile”, dijo.
Además, haciendo un paralelo con un joven al que se le acaba la batería del celular o internet, dijo que con la fe puede pasar lo mismo. “Después de un tiempo de camino o de ‘embale’ inicial, hay momentos en los que sin darnos cuenta comienza a bajar nuestro ‘ancho de banda’ y empezamos a quedarnos sin conexión, sin batería, y entonces nos gana el mal humor, nos volvemos descreídos, tristes, sin fuerza y todo lo empezamos a ver mal”.
Terminado el encuentro, el Papa Francisco se trasladó a la Casa Central de la Universidad Católica, donde fue recibido por el rector Ignacio Sánchez, y personajes de la cultura, la ciencia y las artes.
En su discurso dijo que la convivencia nacional es posible en “la medida en que generemos procesos educativos también transformadores, inclusivos y de convivencia. Educar para la convivencia no es solamente adjuntar valores a la labor educativa, sino generar una dinámica de convivencia al interno del propio sistema educativo”.
El Sumo Pontífice además señaló que “no es tanto cuestión de contenidos, sino de enseñar a pensar y a razonar de manera integradora”.
Revisa acá los ocho discursos completos del Papa Francisco:
La Moneda:
Parque O´Higgins:
Cárcel de mujeres:
Catedral:
Maquehue, Temuco:
Encuentro con jóvenes:
Universidad Católica: