Los informes “copy-paste” por $19 millones que pagó con recursos fiscales el candidato presidencial Alejandro Guillier han generado una ola expansiva de críticas que no han logrado, sin embargo, hacer que reconozca algún error o pida disculpas.

Muy por el contrario, el senador reiteró su versión de que “no hay nada que no haya pasado por los controles del Senado”, y que no contestará “supuestos de algún periodista. Es una información pública, no es una cosa ni secreta ni reservada”.

Pero en una columna en El Mercurio, el rector de la UDP, Carlos Peña, cuestionó a Guillier por rehusar “ser político para así ganarse el favor ciudadano” pero tener las “mismas o parecidas conductas de aquellos de los que decía huir como de la peste”.

También le espetó que “no parece sensato que ahora desconozca o niegue las reglas del quehacer que le permitió construir su prestigio. Siendo así cabe preguntarse si acaso el Alejandro Guillier periodista, hubiera aceptado la explicación del Alejandro Guillier senador. Por supuesto que no”.

Incluso, el jefe de la Fiscalía Metropolitana Oriente, Manuel Guerra, informó que incluirá dichos informes en una investigación en curso, ya que se requiere fiscalizar “la forma en que se utilizan los recursos públicos», y explicó que el presunto delito que podría configurarse es el de un eventual fraude al fisco.

Las duras críticas de Guillier a las inversiones del PS

Y es que el estándar ético que fijó el candidato presidencial de la Nueva Mayoría -al que se refiere el rector Peña-, fue especialmente riguroso en los casos de financiamiento irregular de la política, como Penta, SQM, Corpesca e, incluso, criticó las inversiones del PS, partido que lo nominó como su abanderado presidencial.

Son hechos dolorosos que hablan de un tipo de política que no queremos”, dijo enfático, cuando se dio a conocer en mayo pasado que el PS había tenido millonarias inversiones en SQM y en otras sociedades.

Guillier calificó las inversiones de “malas prácticas” y pidió “ser muy fuertes y firmes en eso”, dijo  que los hechos se debían investigar y dar una “explicación razonable al país, y sobre todo, sancionar a quienes cometieron faltas si es que las hubiera, según el caso, si son legales o formales”.

Incluso, fue un paso más allá de lo legal y pidió tener la “humildad para asumir los errores que se cometieron, las faltas que se cometieron, incluso cuando hubo faltas de ética. Y quienes las cometieron tienen que responder”.

Al ser consultado si ello perjudicaría su candidatura, replicó que no era militante del PS y no tenía “ese pasado de las prácticas que todos rechazamos. No creo que toque, pero me preocupa que la gente entienda que estamos abordando esto con mucha sinceridad, todos los sectores políticos están conscientes que necesitamos un nuevo estándar«, afirmó.

El candidato presidencial hizo un llamado a los militantes del PS a que «no se desmoralicen. Estas malas prácticas que aquí se han denunciado están quedando atrás y necesitamos salir adelante, con optimismo«, y remarcó la «necesidad de una nueva política«.

El proyecto de ley que impulsó contra las empresas por “actos impropios”

En julio de 2015, en medio de la crisis generada por los casos de SQM y Penta, Alejandro Guillier presentó una iniciativa legal junto a otros senadores para sancionar a las empresas que incurrieran en “actos impropios y malas prácticas” de cualquier ámbito, con sanciones que podían llegar hasta la pérdida de la concesión sobre el recurso natural que administran. En síntesis, el proyecto buscaba incorporar la responsabilidad penal de las personas jurídicas.

El parlamentario justificó su respaldo en que se corrige una “situación de impunidad que se observa ante determinadas conductas ilícitas de un grupo reducido de empresas, pero que genera el más absoluto rechazo e indignación de la sociedad en su conjunto”.

Dos meses antes, en una charla en la Universidad de Viña del Mar, afirmó que en dichos casos de financiamiento irregular de la política “es importante que no existan los perdonazos ni acuerdos raros, sino que la justicia investigue a un político como cualquier ciudadano y tengan las sanciones que corresponden».

En el caso Penta fue particularmente implacable contra la UDI, a la que acusó de “desplegar una estrategia de defensa corporativa sin límites”, y a Penta de ser una “armoniosa institución para crear empleo. Cuando la gente de Penta y los propios parlamentarios involucrados dicen que no hemos fallado en nada, hay un problema ético”.

Guillier cuestionó el nombramiento de Abbott y la decisión del SII de no querellarse contra políticos

Otro tema que generó duras críticas del candidato de la Nueva Mayoría fue cuando se designó al fiscal nacional, Jorge Abbott; y el Servicio de Impuestos Internos decidió no seguir presentando querellas tributarias contra los políticos.

A Abbott lo emplazó a “demostrar su independencia, ahora puesta en duda”, ya que habría sido producto de una “negociación”, y que se le nombró “esperando que cerrara todos los casos que estaban perjudicando a los grandes grupos políticos y económicos”.

Incluso, como integrante de la comisión de ética del Senado, pidió a sus colegas investigados por la justicia que se abstuvieran de votar por la designación del fiscal nacional.

“En una democracia debería bastar con que un parlamentario sea objetado por sus propios pares por no dignificar su función pública, para que sea castigado por el elector”, afirmó Guillier.

Respecto de la ausencia de querellas del SII, afirmó que el Ministerio Público “puede hacer más también”, y pidió que “ojalá que todos hagan su pega, de eso se trata, porque ellos mismos iniciaron estos casos con alta resonancia”.

Además, planteó que si no había sanciones, la “gente va a decir ‘aquí pasa lo de siempre: mucho cacareo, pero cuando llega la hora de los quiubos no se hace la verdad y no se hace justicia”.

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