Esta semana el PIB de Chile evidenció una caída de 14,1% entre abril y junio, sin embargo el sector minero creció 1,6%, principalmente por una mayor extracción de cobre, lo que hace que, gracias a la minería, se mire con cierto grado de optimismo los próximos meses. Además, este miércoles el precio del cobre se disparó, rompiendo por primera vez en más de dos años la barrera de los US$3 la libra.
Sobre estos temas conversa con El Líbero el presidente ejecutivo del Consejo Minero Joaquín Villarino Herrera, quien explica el aporte del sector durante la crisis del coronavirus, cuáles son las expectativas de crecimiento a futuro, y el rol que jugará la industria durante la reactivación económica post pandemia.
-¿Cuál ha sido el impacto de la pandemia en el sector minero?
–Durante toda la pandemia la industria minera ha logrado mantener su continuidad operacional gracias a estrictas medidas implementadas por las empresas para evitar la propagación del virus, y también gracias al autocuidado de los trabajadores quienes pudieron mantener sus labores, tanto de manera presencial como por teletrabajo. Ha habido disminución de dotaciones en faena entre un 30% y 40%, lo que ha significado postergar labores que de prolongarse en el tiempo pueden tener impacto en producción. Otros casos representan los trabajadores que han sido “suspendidos” de sus labores, por un tiempo determinado, y que corresponden a quienes trabajan en proyectos en construcción. La decisión de dejar en stand by estos proyectos tuvo como objetivo principal cuidar y proteger la salud de las personas.
-¿Qué rol ha tenido el sector en la economía de Chile durante esta crisis? ¿Cómo el sector minero va a reimpulsar la reactivación y echar a andar al país?
-Mantener la continuidad operacional durante los meses de cuarentena ha sido una tarea ardua, pero que ha rendido sus frutos, especialmente relevantes para una economía golpeada por la crisis sanitaria. Lo anterior lo hemos visto en el aporte que ha generado el sector minero, fundamentalmente en las cifras correspondientes al Imacec minero, el que ha aumentado y ha contribuido a atenuar las caídas pronunciadas en el resto de la economía. Chile ya está pasando por una situación complicada que se prolongará por un tiempo que no será breve. La continuidad operacional de sectores como el minero, así como la rápida reactivación de otros debe ser una prioridad nacional que demandará un esfuerzo serio de autocuidado y cumplimiento de estrictos protocolos sanitarios, como los que se han implementado en nuestro sector. El foco dentro de los próximos meses estará en potenciar aún más toda la ayuda que sea necesaria para que las personas puedan reactivar sus empleos, los directos y los indirectos, para ello, entre otras cosas, nuestras empresas socias ya tienen activos programas de apoyo con foco en proveedores locales, pymes y microempresarios.
Ha habido disminución de dotaciones en faena entre un 30% y 40%, lo que ha significado postergar labores que de prolongarse en el tiempo pueden tener impacto en producción».
-¿Cuáles son las expectativas respecto a contrataciones y mano de obra? ¿Y qué pasa con la inversión minera a futuro?
-Los proyectos que la gran minería tiene en ejecución, con puesta en marcha estimada entre 2020 y 2023, consideran una inversión total en torno a los USD 27.000 MM. La mitad de estos proyectos suspendieron sus obras por efecto del Covid-19, con el principal objetivo de proteger la salud de los trabajadores. El aporte al empleo regional que generan estos proyectos en su fase de construcción está estimado en 7.800 personas, mientras que cuando se encuentren en funcionamiento se estima que los puestos de trabajo serán de 5.500. Respecto a los proyectos en evaluación, es decir, aquellos que se proyectan para puesta en marcha en el período 2022 -2026, consideran una inversión de USD 26.000 MM y podrían contribuir al empleo regional con 4.100 puestos de trabajo. Sin embargo, estos proyectos requieren pasar por aprobaciones ambientales y permisos sectoriales, los que en muchos casos tardan, según la Comisión Nacional de Productividad, alrededor de 8 años. Ahí tenemos un gran desafío a nivel país… Tanto los proyectos en ejecución, como los que están en evaluación deberán considerar además la evolución de la pandemia, lo que nos obliga a ser muy cautelosos con las proyecciones.
-Esta semana el Banco Central informó que el PIB de Chile evidenció una caída de 14,1% entre abril y junio, sin embargo el sector minero creció 1,6% principalmente por una mayor extracción de cobre, lo que hace que, gracias a la minería, se mire con cierto grado de optimismo los próximos meses… ¿Cuánto cree que va a ser el crecimiento del sector minero el próximo trimestre que impactará en el PIB del país? ¿Cree que el PIB minero va a seguir al alza?
-Las fuerzas contrarias que van a determinar el PIB minero del año son, por un lado, el impulso positivo que traía la producción de cobre hasta antes de la pandemia y que todavía muestra cierto vigor, y, por otro, las limitaciones al crecimiento actual y de mediano plazo que imponen las menores dotaciones en las faenas. No tenemos una proyección propia, pero algunos analistas estiman los efectos de la pandemia en una menor producción de cobre de entre 3% y 5% distribuida entre este año y el próximo, lo que sumado a un alza en el precio, respecto del año pasado, puede permitir que el PIB minero no crezca, pero tampoco disminuya, este año.
-¿Qué tan relevante es la industria para financiar gran parte de las medidas de reactivación económica post pandemia?
-La minería genera un tremendo aporte al país. No solo por lo que paga en impuestos, su carga tributaria promedio es de un 44,5%, sino también porque es uno de los motores más importantes para el desarrollo y crecimiento de Chile. La gran minería aporta el 10% del PIB del país, y en algunas regiones como Antofagasta, alcanza el 54%, pero la principal contribución al territorio es el dinamismo que genera la actividad. Del total del flujo anual sectorial, prácticamente un 90% vuelve a la economía del país, vía impuestos, reinversión y costos. Existe una importante cadena de valor que se mueve con esta industria. Por todo lo anterior es muy relevante que, tomando y manteniendo todas las medidas de seguridad correspondientes con altos estándares y protocolos, la minería pueda mantener su continuidad operacional.
Algunos analistas estiman los efectos de la pandemia en una menor producción de cobre de entre 3% y 5% distribuida entre este año y el próximo, lo que sumado a un alza en el precio, respecto del año pasado, puede permitir que el PIB minero no crezca, pero tampoco disminuya, este año».
-¿En qué están pensando para reinventarse, innovar y colaborar a futuro? ¿Hay algo pensado respecto a transformación digital en Minería?
-El avance de la transformación digital ha sido parte de la minería desde hace muchos años, son diversos los equipos que actualmente están siendo teleoperados, entre ellos: perforadoras, equipos de transporte, de procesamiento y fundición, entre otros. Existen empresas, como AMSA y BHP, que ya están incorporando estas tecnologías dentro de sus estrategias operacionales. A nivel local, la gran minería está utilizando camiones autónomos, los cuales no cuentan con un conductor, sino que son guiados por un sistema de GPS; y la gran mayoría de las faenas mineras están altamente sensorizadas en sus procesos extractivos y de procesamiento. Uno de los principales desafíos que tenemos ante la implementación de nuevas tecnologías son las nuevas habilidades que deberán desarrollar los trabajadores para adaptarse a este cambio. Lo anterior no significa un reemplazo de personas por maquinaria, sino más bien un trabajo en torno a la reconversión y adaptación necesaria, para que los trabajadores puedan manipular las nuevas tecnologías. Desde la industria, buscamos detectar estos requerimientos con anticipación, de manera que los trabajadores puedan actualizar sus competencias y cualificaciones, haciendo más eficiente y paulatina la transición a este nuevo escenario. Por otra parte, hace unas semanas lanzamos junto a Fundación Chile y Alta Ley el Roadmap de Digitalización para una Minería 4.0, que busca identificar aquellos ámbitos donde las nuevas tecnologías pueden agregar más valor en los próximos 15 años y así orientar la implementación de tecnologías digitales por parte de la industria.