El expresidente Ricardo Lagos reapareció para encender el escenario político, esta vez con sus dichos sobre la urgencia por re-encauzar la discusión del proceso constituyente. Al ser consultado si votaría Rechazo en el plebiscito de septiembre, respondió: «Quiero suponer que esto va a tener un final feliz. Ahora, ojo, la Constitución que empezaría a regir es la que lleva mi firma» y, además, salió al paso a las afirmaciones de que se trata de un texto hecho por «cuatro generales». Una intervención que según explica el experto electoral y presidente de Leadership Chile, Darío Paya, tiene impactos de “magnitudes sísmicas”.

En un nuevo episodio del Podcast Electoral de El Líbero, Paya se refiere a la advertencia del exmandatario y aprovecha la metáfora sísmica para explicar que son pocas las voces y las opiniones de políticos chilenos que por distintas razones –ya sea simbólicas o de su historia política– tienen un efecto equivalente al de la Placa de Nazca. “Cuando se mueve, todo el mundo se da cuenta, cuando se acomoda modifica el cuadro y yo creo que el expresidente Lagos tiene esas características”, asegura.

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Y es que el pasado viernes 8 de abril, en conversación con Radio Duna, el exmandatario aseguró que no caberle la menor duda de que hay que hacer un cambio con respecto al trabajo de la Convención. “Es indispensable, porque en caso contrario, me temo que podemos tener una Constitución muy inadecuada para las necesidades del país. Hay algunas cosas que se han aprobado que me parecen muy graves y cuando se les ha hecho ver, efectivamente han retrocedido”, dijo.

Asimismo, aseguró que la Convención pasa por “un momento delicado porque hay que escuchar a los ciudadanos, y es delicado porque todavía podemos arreglar muchas cosas que están en proceso de elaboración. Lo importante es, primero, ponernos de acuerdo en qué es una Constitución”. En esta línea, aseguró estar preocupado por algunos debates, particularmente lo que refiere a la plurinacionalidad, al sistema político y el Poder Judicial.

El peso de Lagos

El 2005, con Ricardo Lagos al mando del país, se firmó la reforma más importante a la actual Carta Fundamental originada en 1980. Con más de 58 cambios, destacó la reducción del período presidencial de seis a cuatro años sin reelección inmediata, mayores facultades fiscalizadoras a la Cámara de Diputados y la eliminación de la designación de senadores vitalicios. Una serie de modificaciones que incluso llevaron a que el texto fuera tildado como la “Constitución de Lagos”.

En ese período Paya ejercía como diputado por la UDI en el Congreso y señala que el texto fue aprobado «prácticamente por unanimidad en el Congreso en el año 2005. Con un montón de reformas profundísimas». «La pregunta que queda en el rincón es por qué a nadie se le ocurrió en serio hacer un plebiscito en esa época».

El presidente de Leadership Chile se explaya sobre la fuerza de los dichos del exmandatario. «El efecto que ha producido con una simple entrevista, más allá de la intención que haya tenido, es resignificar la palabra ‘rechazo’, desdramatizar la palabra ‘rechazo’. El rechazo ya no es el refugio de los que se anclan al pasado y que explican el 80-20 aquel», afirma en alusión al resultado del plebiscito de entrada.

Y continúa Paya: «Eso está completamente desdramatizado. Rechazo es hoy una palabra que pronuncia alguien que quiere cambios, que votó apruebo, pero no cualquier cosa. Hay una desdramatización, una resignificación que te cambia completamente el cuadro… Y desdramatiza la posibilidad de que gane el Rechazo».

Al igual que Paya, el exdiputado independiente, Pepe Auth, asegura que los comentarios del expresidente son relevantes: “Pone el máximo de presión sobre la Convención, pero expresa un sentimiento generalizado. No es que él vaya por delante de sus electores, sino que más bien responde, seguramente, a infinidad de conversaciones y de preocupaciones que le han expresado sus amigos, cercanos, fans, admiradores, su calle, su propia calle porque ese sentimiento de que la Convención está en camino de descarrilamiento es un sentimiento de un sector que él representa de manera muy genuina”.

«Dice ‘ojo, yo también podría rechazar’, esa es la señal finalmente que está recibiendo o que debiera recibir la Convención. ‘Nosotros también podríamos rechazar si ustedes continúan en la senda que han caminado hasta ahora’ y no rectifican en las gestiones principales, particularmente las que quedan del sistema político», añade Auth. 

Paya coincide en que el expresidente lo que ha hecho «no es más que sacar la voz en buena hora para decir cosas que por las razones que sean no dicen en público personas que piensan como él, que están al interior de la Convención y que, en privado, se quejan de que están acorralados, amenazados, funados, y como que denuncian todas estás cuestiones gravísimas que están pasando con bastante impotencia».

Para Auth, la importancia de los dichos de Lagos también se encuentra en que es capaz de sacar la discusión de la dicotomía empresarios/derecha versus trabajadores/izquierda, en la que ganarían los segundos. En cambio, si la opción del Rechazo comienza a mostrarse más transversal puede ser capaz de generar más apoyos. No obstante, la pregunta es si los convencionales «seguirán sumando razones para votar no o van a limar las aristas del texto y acumular más razones para el Apruebo».

En la misma línea, Auth profundiza en que si él mismo estuviera en el lugar de los convencionales, «cualquiera fuera mi posición, sentiría toda la presión del mundo porque yo me imagino que un convencional por radical que sea, por obsesionado por su causa que esté querrá tener éxito durante esta tarea (…). Imagina el fiasco, cómo quedarían inscritos en la historia los nombres de esos convencionales que perdieron la preciosa oportunidad de dibujar lo que todos creíamos una casa de todos».

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1 comentario

  1. Ex presidente Lagos: Certero y con clase. Es un satélite estacionario, con una mirada global y serena, desde donde no hay turbulencias. Escucharlo es imperativo para la Izquierda y la Convención.

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