Siempre sostuve que el Torneo Nacional de Fútbol Profesional chileno debía jugarse sí o sí y lógicamente cumpliendo con las restricciones sanitarias, porque el fútbol es una entretención muy importante, más aún en tiempos de pandemia y cuarentena. Dicho esto, considero que estamos llegando a una saturación futbolística debido a la cantidad de campeonatos que tenemos que disputar en pocos meses y, aunque nos duela decirlo, a nuestros jugadores no les da el “cuero” para tanto. Lo vemos en los magros resultados internacionales que hace años se vienen dando. La temprana eliminación de los clubes en torneos regionales afectan su rendimiento a nivel local, empiezan a decaer y a “desanimarse”; en definitiva, a jugar peor que antes de participar en estas ansiadas copas.

Anoche en Rosario, Newell’ s venció a Palestino (ya eliminado) 3-1, en el último partido de esta semana de los equipos chilenos por las copas Libertadores y Sudamericana. Sin mucho esfuerzo logramos conseguir cuatro lamentables derrotas, en que U. Católica, U. Calera, Huachipato y Palestino, recibieron 11 goles en sus arcos y los chilenos se abrazaron solamente 2… un balance que no puede ser peor. De los ocho equipos que iniciaron quedan dos en carrera: el equipo “cruzado”, que todavía tiene alguna chance de pasar a la otra fase, y los “acereros”, que quedaron “colgando”, a la espera de un milagro.

Hace algunas horas se confirmó que Colombia no será sede de la Copa América 2021, donde debía jugar el grupo B, que lo integran Perú, Venezuela, Ecuador, Brasil y Colombia. Informaciones señalan que la decisión de no realizar la Copa América en Colombia surge luego de que los presidentes de las federaciones asociadas a Conmebol recibieron el informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos en el que señalan que, además de la situación crítica por el COVID-19, la realidad que vive Colombia por las protestas no garantiza la seguridad a las delegaciones.

Argentina recibe a la sede del grupo A, integrado por Chile, Uruguay, Bolivia, Paraguay y Argentina. Chile hace rato se viene ofreciendo como posible candidato para reemplazar a los «cafeteros» y ser sede para la fase del grupo B, actitud que no me gusta mucho, pues pareciera que estamos deseando que Colombia no pueda organizarlo, algo así como “el lobo mirando el gallinero”. Hasta este momento la Conmebol no oficializó a Argentina como la sede completa del torneo, ni ha designado a otro país para su reemplazo.

Para terminar, podemos decir que esta seguidilla de compromisos internacionales a nivel de clubes no nos favorecen en demasía, porque de tanto competir, quedan al descubierto nuestras importantes falencias futbolísticas. Es notorio el desequilibrio entre el talento y técnica -o “buen pie” como lo llamamos ahora- con la deplorable parte física y psicológica. Desde la extinción de la “Generación Dorada”, hace al menos siete años que no aparece un jugador chileno excluyente y relevante para jugar en las ligas y clubes mayores de Europa. En mi opinión, o mejoramos drásticamente el trabajo físico-psicológico, o tendríamos que pedirle a la FIFA que los segundos tiempos duren 25 minutos.

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