La Universidad Arcis podría estar en su fase terminal luego de que en este año académico sólo se matricularan 14 nuevos alumnos, cinco carreras cerraran las inscripciones para recibir estudiantes en el primer año, y volvieran a clases 680 alumnos antiguos, cifra tres veces menor que en marzo de 2014.

La crisis se agrava, además, por los cinco meses de sueldos impagos -desde octubre- a los trabajadores, la renuncia de seis académicos que denunciaron a la rectora Elisa Neumann por persecución política, y una demanda que presentó la Dirección del Trabajo por prácticas antisindicales.

A lo que se suman decenas de demandas laborales por no pago de sueldos, cotizaciones previsionales, salud y cesantía, indemnización por años de servicio y feriados legales, y una gran demanda colectiva del Sindicato de Trabajadores por más de $200 millones, que está en tramitación en el 2do Juzgado de Letras de Santiago.

Guillermo Teillier, presidente del Partido Comunista

Adicionalmente, ante la eventual insolvencia de la Arcis para cancelar sus compromisos, el sindicato busca que responda económicamente el Partido Comunista o sus entidades relacionadas como ONG ICAL, ICAL LtdaEdiciones ICALServicios ICALICAL S.A. e Inmobiliaria Libertad S.A., todas domiciliadas en Cumming 350, en Santiago, propiedad del partido liderado por el diputado Guillermo Teillier.

La CUT le pide al Mineduc que resuelva el conflicto

Bárbara Figueroa, presidenta de la CUTDe hecho, este jueves la presidenta comunista de la Central Unitaria de Trabajadores, Bárbara Figueroa, le pidió al Ministerio de Educación que “juegue un rol más activo para una resolución pronta del conflicto. Nosotros sabemos que quien tiene la mayor posibilidad de hacer una acción de criterio para ayudar en esta situación es el propio Ministerio y esperamos que se logre». Petición que se suma a la que le hicieron la semana pasada al ministro Nicolás Eyzaguirre un grupo de docentes denunciando su “profundo malestar” por los sueldos impagos, y los despidos injustificados de académicos mientras estaban con licencias médicas y vacaciones, por “el simple hecho de manifestar su desaprobación a las medidas tomadas por una rectoría ineficiente”.

Y es que los problemas se agravaron el año pasado luego de que dirigentes del Partido Comunista, liderados por el secretario general y presidente de la corporación de la universidad, Juan Andrés Lagos,  renunciaran a la casa de estudios junto a otros militantes para incorporarse en el Gobierno de la Presidenta Bachelet.

Cinco carreras no abrirán suscripciones y el millonario déficit de la Arcis

Debido a la ausencia de alumnos nuevos, la rectoría anunció que las escuelas de Antropología, Ciencias Políticas, Inglés, Filosofía y Música –que cerró-, no abrirán sus matrículas en el primer semestre.

Si el año pasado se matricularon 680 nuevos alumnos, la cifra cayó a 14 este mes, y los antiguos pasaron de 2.400 a 680, una caída de más de tres veces.

Además, en octubre la universidad tenía una deuda que rondaba los $2.000 millones y en noviembre perdió la acreditación del Consejo Nacional de Acreditación (CNA) que le reportaba ingresos fiscales por más de $1.700 millones al año. Desde entonces tampoco ha tenido acceso a financiamiento en la banca por estar en Dicom comercial y previsional.

“La universidad está muy mal, muy mal, en fase terminal. Es muy doloroso ver en qué ha terminado todo esto”, admite a este diario Jacksa Suazo, dirigente sindical, quien debió autodespedirse por el no pago de sus sueldos.

Desde 2010 la universidad registra más de 30 demandas laborales por $582 millones en los juzgados del Trabajo de Santiago, y 23 multas de la Dirección del Trabajo por $21 millones 400 mil.

FOTO: FRANCISCO CASTILLO D./AGENCIA UNO

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