El fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, anunció ayer que solicitará audiencia ante la justicia para formalizar por el delito de estafa a Sebastián Dávalos, hijo de la Presidenta Michelle Bachelet y esposo de Natalia Compagnon.

Según los antecedentes de la Fiscalía, el presunto delito se habría cometido en contra del empresario Gonzalo Vial Concha, a quien Caval le cobró más de mil millones de pesos por informes que habrían sido plagiados a Cochilco, y que habrían estado disponibles en internet.

A fines del año pasado, Mauricio Valero -socio de Natalia Compagnon en Caval- declaró ante el fiscal Arias que Dávalos realizó informes a Vial cuando se desempeñaba como funcionarios de gobierno en la Direcon, por los cuales el hijo de la Presidenta habría cobrado $11.666.667.

Arias ingresó un escrito ante el Juzgado de Garantía de Rancagua, que deberá decidir la fecha de la audiencia. En la misma solicitud se pide reformular por el mismo delito a Compagnon y a Valero. Para ahondar más en el tema, «El Líbero» conversó con el abogado querellante de Caval, Mario Zumelzu.

– ¿Por qué cree que el fiscal decidió formalizar por estafa a Sebastián Dávalos?
– Recordemos que esta arista Vial Concha surgió a raíz de la investigación de la causa matriz de Caval, y en la que fue difícil determinar responsabilidades de Dávalos, pues siempre Compagnon y Valero -en un inicio- lo mostraron como una persona que sólo se dedicaba a mirar cuadros y pinturas en la oficina de Luksic, o que a pesar de ser el cónyuge de una de las dos socias de Caval, él nada sabía de los negocios de Caval, que era una persona totalmente ausente de todo. Eso, evidentemente, no pudo ser así, salvo que el nivel de gestión, o incluso intelectual, con el cual quieren pintar a Dávalos ha sido muy bajo. Entonces, lo que no se pudo acreditar en la causa matriz -la compraventa de los terrenos por parte de Caval, y la modificación de uso de suelo como un tema especulativo para después pagar un crédito en el Banco de Chile que nunca debió haber sido otorgado-, se llega a determinar con la estafa que sufrió el señor Vial Concha.

– ¿Cuál es la estafa de la que se le acusa a Dávalos?

– Que Vial Concha tenía miles de hectáreas en la región de Atacama y pretendía explotar hierro. Natalia Compagnon le señaló que ella podía conseguir la energía necesaria para explotar ese hierro y tener puertos. Al final, obviamente, lo que le estaban vendiendo era una capacidad de influencia para poder tener energía y puertos de salida para ese mineral. Pero claro, ellos no pudieron tener nada de eso, no estaba disponible en la región, le inventaron algunos informes como batimetrías que no eran mandadas a hacer por ellos. En fin, hay una serie de situaciones que han sido altamente difundidas en la prensa, y que en definitiva lo único que se hizo fue entregarle algunos informes a Vial Concha, que eran meras copias de informes de Cochilco. Es decir, no había una gestión tangible expresa, que pudiese valer los mil o mil trecientos millones de pesos que Vial Concha les pagó a Compangnon y a Valero, y en definitiva también a Dávalos. No había ninguna gestión que así lo sustentara, además qué gestión podía haber. Recordemos que Dávalos y Compagnon son cientistas políticos, no son ingenieros en minas, no son grandes economistas, no manejan fondos de inversión que pudieran estar detrás de un proyecto sustentable. Vial Concha fue engañado. En definitiva, fue estafado. Y esta responsabilidad llega hoy a Sebastián Dávalos Bachelet, hijo de la Presidenta de la República. Caval, a diferencia de lo que dijo La Moneda cuando este tema saltó a la luz pública, no fue un negocio entre privados y muchos menos lícito, sino que terminó siendo un negocio que involucró funcionarios públicos y evidentemente un negocio ilícito desde el punto de vista penal.

– Para que se configure la estafa, ¿es porque hubo intención o dolo?
– Hubo engaño. Ellos, a sabiendas de que no tenían ninguna posibilidad de obtener las posibilidades de puertos, energías, y también sabiendo que no tenían la expertise necesaria para elaborar ningún informe verdaderamente útil para Vial Concha, montaron un teatro, un engaño, diciendo que ellos sí tenían los contactos, los conocimientos, para explorar de verdad esa posibilidad. Lo único que hicieron fue copiar informes. La estafa, aparte del engaño, requiere de un perjuicio y acá el perjuicio se tradujo en más de mil millones para el señor Vial Concha. ¿Qué obtuvo a cambio de esos mil millones? Aire, humo, que era lo que vendía la sociedad Caval.

– ¿Cuáles son las penas para estafa?
– La estafa puede llegar a penas efectivas porque estamos en los límites superiores de la estafa, de manera que esto parte con presidio mayor en su grado mínimo a medio, y además tenemos el hecho de que es reiterado en el tiempo, y en los casos de reiteración el juez puede aumentar la pena en uno o dos grados. Es decir, podemos partir en cinco años y un día y fácilmente llegar a 20 años.

– ¿La fiscalía tendría pruebas suficientes para acreditar el delito?

– La fiscalía de O´Higgins, particularmente el fiscal Moya, es un fiscal que se caracteriza por ser sumamente riguroso. Si él no cree que hubiese suficientes antecedentes para llevar adelante una investigación en contra de Sebastián Dávalos, no lo habría formalizado. Si tomó la decisión de hacerlo, es porque ve la necesidad de investigar los presuntos ilícitos que existen por parte de Dávalos Bachelet en contra del señor Vial por el delito de estafa.

– ¿Dávalos podría enfrentar otras formalizaciones?
– Dávalos puede enfrentar otra formalización, ya distinta, pues también se le ha imputado el no pagar boletas ideológicamente falsas, por cuanto él entregó boletas por asesorías comunicacionales a Caval. ¿Con qué fin? Para poder sacar plata sin pagar impuestos de Caval, de manera que ahí lo que falta es una denuncia o querella del SII que esperamos algún día llegue, y podría enfrentar ya una segunda formalización.

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