El domingo 25 de abril, edición 93 de los Premios Oscar, el toque de queda nos dará una cuota de novedad frente al espectáculo que ha montado Steven Soderbherg para esta nueva gala y nos permitirá soñar que nuestro querido Sergio Chamy -que por primera vez viajó fuera de Chile a los 87 años- y Maite Alberdi, regresen con la estatuilla al Mejor Documental. Para calmar nuestra ansiedad recomendamos tres películas que abren horizontes para una cuarta edad que sigue cumpliendo “misiones esenciales”, confirmando que, como escribió don Sergio en Instagram, “nunca es tarde para nada”.

Reconozco que todos los documentales de Maite Alberdi me han tocado el corazón. Pero dos lo han hecho de forma especial, porque a sus protagonistas les cambió la vida en una etapa donde no pensaban que podían seguir soñando. Uno de ellos es La Once que hizo viajar a Madrid a Ximena Calderón y Alicia Pérez, a los 80 años, y pisar la alfombra de los premios Goya donde estuvieron nominadas en 2016 a la mejor película iberoamericana. Estas abuelas no sólo pisaron España, sino que también Columbia (Missouri), Argentina y distintos lugares de nuestro país. Lo mismo que le está ocurriendo a nuestro querido Agente Topo.

Quiero partir recomendando Driving Miss Daisy (1989), en la oferta de Amazon Prime, y que lidera como telonera para nuestro documental criollo por su listado de infinitos de Premios Oscar que obtuvo el año que se estrenó, entre ellos el de la Mejor Película. Protagonizada por Jessica Tandy y Morgan Freeman, es la maravillosa historia de amistad de 25 años entre una viuda sureña judía, porfiada como mula, y su chófer de color. Este, con paciencia infinita y profundo respeto, se gana a la autosuficiente Miss Daisy que se resiste aceptar, por imposición de su hijo único y después de haber destruido varios autos último modelo, que ya no está en condiciones de seguir manejando. Tandy ganó el Oscar a mejor actriz por este conmovedor papel, que hace sacar risas y lágrimas; y Freeman fue nominado también, por su tremenda actuación. Es una película divertida, delicada y al mismo tiempo conmovedora que fue adaptada por Bruce Beresford de la novela de Alfred Uhry, que obtuvo el premio Pulitzer. Un relato cálido, tierno, humano, entrañable que vale la pena volver a ver si es que, en aquellos tiempos, en que no existían mascarillas y se podía ir al cine, tuvo la dicha de gozarla en la pantalla gigante.

Siguiendo esta misma línea de ancianos entrañables y porfiados, otro imperdible es La Mula, ya comentada el año pasado en este medio, cuyo protagonista es ni más ni menos que Clint Eastwood, que a los 88 años y con problemas económicos acepta trabajar como “mula” transportando droga para un cartel mexicano. Con los recursos que va logrando, y que suben como la espuma, le arregla la vida a sus familiares y amigos. Estrenada en 2018 y ganadora del Premio de la Academia Japonesa a la Mejor Película Extranjera, la cinta está inspirada en un caso real: la historia de Earl Stone, un veterano de la guerra de Corea, octogenario, que cuando se vio obligado a cerrar su vivero de plantas por la competencia en internet, decidió aceptar la oferta de un narco. La película, además de ser muy entretenida, tiene una perspectiva emocional profunda y de gran calado emocional. El anciano asume, en su mundo que se desploma, que tuvo un gran error vital: privilegiar el trabajo por encima de su familia y por ello su ex esposa y su hija única están distanciadas. Pero Eastwood tiene un sello en todas sus producciones, donde lleva el doble rol de director y protagonista: el del tipo duro que siempre hace llorar. El cultivador de lirios, en un cuerpo envejecido y con un rostro surcado por profundas arrugas y con una carga histórica del fin de una época, sacude al espectador en el modo y la forma de solucionar sus profundas grietas familiares.

El trío de teloneros se cierra con una película turca, Plátano de Sombra, protagonizada por una profesora jubilada, madre de dos hijos y dos hijas; abuela de varios nietos y que con un gramófono a cuesta, un baúl lleno de recuerdos y un retrato de su difunto marido, se pasea cada dos meses turnándose de casa en casa. Mine, la protagonista, es una experimentada actriz turca, Celile Toyon Uysal. Y si bien hace rabiar a sus hijos, se derrite por su nieto menor Baris, para quien también lo más importante en la vida es su abuela. La película lleva este título, porque bajo un plátano centenario se reúne la familia cada dos meses, en un gran picnic familiar donde se van poniendo sobre la mesa, los ingredientes del almuerzo familiar pero también las mezquindades, las desavenencias, las penas y las alegrías y el desafío que supone, asumido como carga, para cada hijo, cuidar a su madre ya mayor. Como toda producción turca, contiene todos los ingredientes para tocar el corazón y reflexionar sobre el papel que juegan los mayores en la familia extendida.

Tres películas imperdibles para esperar con ansias el paseo por la alfombra roja de nuestro “Agente Topo”, que se transmitirá el domingo desde las 20 hrs. en TNT, TNT Series y Chilevisión.

Driving Miss Daisy, Amazon Prime.

La Mula, Apple TV.

Plátano de Sombra, Netflix.