El suceso cinematográfico del año es un fenómeno sin proporciones. “Avengers: Infinity War» tuvo su estreno en Estados Unidos el 23 de abril y tanto en ese país como a nivel mundial bate un récord tras otro. En su primer fin de semana se convirtió en la cinta con el mejor debut histórico en Norteamérica -US$257,698,183-, situación que se repite en el resto de los mercados -US$443,150,534-. Chile no es la excepción. Con sólo dos semanas en cartelera, ya recaudó US$4,525,397. Con esta partida seguramente se transformará en la película más exitosa en la historia del cine local. De mantenerse la tendencia ya se proyecta que una vez finalizada su presencia en salas superará a “La Era del Hielo” (US$13,783,204 -2012-) y “Stefan Versus Kramer” (US$11,959,834 -2012-), líderes indiscutidos hasta el momento.
¿A qué debe su éxito? Combina magistralmente factores que según The Economist hacen de una película un verdadero suceso: ser protagonizada por superhéroes, formar parte de una secuela, tener un casting poderoso, contar con un presupuesto de proporciones (en este caso, más de U$300 millones) y una gran campaña de marketing (más del 50 por ciento de su presupuesto de producción). Una fórmula probada que, salvo contadas excepciones, cada día saca más dividendos.
Sin embargo hay dos elementos que no se pueden dejar fuera y que la hacen aún más atractiva. Con «Avengers: Infinity War» Hollywood pone en pantalla heroínas con poderes sobrenaturales y superhéroes afroamericanos -no entraremos en los detalles de la trama para mantener la sorpresa-, lo que ya había realizado con más fuerza aún en dos recientes megaproducciones: “Black Panther” y “La Mujer Maravilla”. Así, el género y la raza suman espectadores y, obviamente, dólares.
«Black Panther» barrió con el supuesto de que las películas protagonizadas por gente de color no tenían el mismo arrastre que los superhéroes de cabellos dorados y ojos azules.
Vamos por partes. El primer superhéroe negro de la factoría Marvel (“Black Panther”) debutó en la pantalla grande a comienzos del 2018. Barrió con el supuesto de que las películas protagonizadas por gente de color no tenían el mismo arrastre que los superhéroes de cabellos dorados y ojos azules. Una suerte de revival del blaxploitation, aquel género popular en los años 70 y 80 donde el héroe afroamericano se ve envuelto en un conflicto que resuelve gracias a sus habilidades físicas y una dosis no menor de violencia.
El éxito de “Black Panther” obedece también a que logró atraer personas de color, no aficionadas a este tipo de películas, a los cines. Al situar la historia en África y contar con un elenco y un equipo de producción predominantemente afroamericano, “Black Panther” es única. Incluso existen teóricos que afirman que esto ocurre en un momento en que el Afrofuturismo -movimiento artístico que combina «elementos de ciencia ficción, realismo mágico e historia africana»- está explotando.
También logró tener un gran debut en China. Por años se afirmó que en el gigante asiático imperaba una suerte de racismo que impedía el éxito de películas con personas de color en los roles principales. Esto hizo que Hollywood -al ser éste el segundo mercado cinematográfico más grande del mundo- optara por evitar el lanzamiento de cintas con protagonistas afroamericanos en su territorio. Incluso, de acuerdo con el sitio especializado Quartzy, llegó a medidas tan extremas como la decisión de Lucasfilm de minimizar la cara de John Boyega en los afiches chinos de “Star Wars: The Force Awakens”.
Así, “Black Panther” derriba mitos y bate records. En Arabia Saudita se convirtió en la primera película estrenada en cines desde 1983. Por más de tres décadas el séptimo arte fue considerado contrario al Islam y esta es una de las primeras medidas de apertura que se suma a la de permitir a las mujeres conducir autos, utilizar colores en su abaya y asistir a las partidos de fútbol. Con esto el príncipe Mohamed Bin Salman da fuertes señales de que las representantes del género femenino recuperarán terreno.
De las 55 cintas de este género realizadas en Hollywood en la última década, ninguna había tenido a una mujer como indiscutida protagonista.
Sin duda “Wonder Woman” es el emblema del valor que se le está dando a las mujeres en el cinematográfico mundo de los superhéroes. De las 55 cintas de este género realizadas en Hollywood en la última década, ninguna había tenido a una mujer como indiscutida protagonista. La hasta ahora subvalorada “Mujer Maravilla” siempre aparecía como una suerte de “complemento” de Batman y Robin. Pero la directora Patty Jenkins (sí, la película es dirigida por una representante del sexo femenino) la convirtió en triunfadora evidenciando cómo el público sí está dispuesto a llenar las salas cuando una superpoderosa -en este caso Gal Gadot, ex miembro del ejército israelí- lidera el casting.
Para muchos tanto “Black Panther” como “Wonder Woman” constituyen un símbolo de progreso social. En la línea de movimientos como #BlackLivesMatters y #metoo, este guiño de Hollywood aparece como una suerte de reivindicación tras años de postergación. Pero no hay que olvidar que Hollywood no es una ONG ni nada que se le parezca. Constituye una verdadera industria cuyo fin es ganar dinero. En este sentido, lo que ellos hicieron fue una correcta lectura de los tiempos que sumaron a la fórmula de sus superhéroes con presupuestos millonarios y poderosísimas campañas de marketing. ¿Qué viene ahora? Quizás llegó el momento para apostar por las minorías sexuales. No sería extraño verlos con “Una mujer fantástica con poderes sobrenaturales”.