El plebiscito del próximo domingo 4 de septiembre marcará la agenda política de los próximos meses en muchos sentidos, pero probablemente tendrá un efecto más complejo en algunas coaliciones políticas.
Hoy, lo más probable es que el Rechazo se imponga en las urnas. Independientemente de que en política 3 días pueden ser mucho tiempo, hay que estar atentos a lo que pase el domingo para empezar a esbozar cómo se va a desarrollar el escenario post plebiscito.
Uno de los factores que más va a influir es la diferencia que obtenga el Rechazo por sobre el Apruebo. El escenario cambia si es que es un resultado estrecho, en comparación a si es que es un resultado más holgado.
Por un lado, en el oficialismo va a ser un terremoto; de hecho, ya están intentando hacer control de daños respecto a dónde van a ver los resultados las dos coaliciones que forman el gobierno. Lo que sabemos hasta ahora es que la magnitud de ese terremoto también seguirá al resultado del plebiscito. Esto se puede materializar en un cambio de gabinete más o menos profundo, pero un punto de inflexión sería una mayoría en el comité político distinta a Apruebo Dignidad y comandada por el Socialismo Democrático.
Por el otro lado, en la oposición puede haber distintos incentivos e intuiciones según los números de la elección. Pero lo que sí parece necesario y exigible es que no hay ninguna urgencia para resolver cómo sigue la resolución de la discordia constitucional la misma noche del 4 de septiembre. Ese resultado favorable exigirá una mayor responsabilidad y huir del primer diagnóstico respecto de la distribución de las mayorías.
Todos los plebiscitos son binarios y, en este caso, cada una de las opciones esconde muchas preferencias. Una política responsable debería tomarse el tiempo de reflexionar qué es lo que está escondido, y no creerse exégetas anticipados de lo que manifiesta la ciudadanía.
Por ejemplo, se requiere huir de la visión que interpreta de la forma más extensa posible el triunfo del Apruebo en el plebiscito de entrada, pero a la vez, interpreta de la forma más restrictiva el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida. No es verdad que las condiciones sean las mismas que el 25 de octubre del 2020. Descubrirlas y dilucidarlas requiere un esfuerzo adicional de la política, que se transformó en un mínimo exigible, dado el resultado que probablemente veamos el domingo.
*José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Publica.