Señor Director,

El lunes 9 de mayo la Cámara de Diputados aprobó el proyecto de ley que promueve, resguarda y garantiza los derechos de las “personas menstruantes”. Este proyecto surge con el propósito de reconocer expresamente los derechos de las mujeres que derivan del proceso biológico de la menstruación. 

Podríamos pensar que nadie estaría en contra de un proyecto de ley con tan “noble” objetivo, sin embargo, este proyecto no ha estado exento de polémica. ¿Por qué? Porque si bien tiene como principales y únicas destinatarias a las mujeres -pues son las únicas que pueden atravesar por el proceso biológico de la menstruación- en NINGUNA parte se les menciona. Por el contrario, este proyecto de ley invisibiliza a la mujer.

En lugar de referirse a la mujer como tal, se le borra y se sustituye la palabra mujer por el término “personas menstruantes”, como si ser mujer se redujera al hecho biológico de menstruar. Este cambio en el lenguaje no es menor, pues obedece a una agenda ideológica determinada que tiene como objetivo avanzar en lo que se conoce como “neolenguaje queer”.

Según la alianza feminista “Contra el Borrado de las Mujeres”, el neolenguaje queer construye un sistema de términos para crear un nuevo relato en el que no exista el sexo como categoría biológica, sustituyendo esa realidad tangible por el concepto subjetivo de “identidad de género”. Como consecuencia, se redefine la palabra ‘mujer’ y todo lo que tiene que ver con las mujeres para incluir meras subjetividades que sostengan tener cualquier relación con los estereotipos de género femenino. Así, mujer es todo y es nada. Por eso, la aceptación y utilización de esta neolengua está llevando al borrado de las mujeres en todos los ámbitos (por ejemplo, el gigante Procter & Gamble, para responder a los ataques recibidos por el transactivismo, ha decidido eliminar toda referencia a las mujeres de sus envases de toallas femeninas marca Always). Cabe destacar que esto no sucede con la palabra hombre en lo que respecta al neolenguaje queer. 

Esta tendencia por borrar o redefinir el término “mujer” lo único que hace es menospreciar y deshumanizar a las mujeres.

Daniela Constantino Llaven, abogado, Comunidad y Justicia

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