RAE os amo, os adoro, pero la situación que enfrenta Chile requiere de algo muy criollo. Porque si nos vamos a referir al festival de fundaciones o en realidad al desparpajo con el que en tiempo récord se pegaron como sanguijuelas al Estado, casi todos los adjetivos quedan cortos. Me siento obligada a recurrir a “cuma”.
Antes que nos saquen el empate digamos que, evidentemente, el Estado incapaz de fiscalizarse a sí mismo en total impunidad y cada vez más grande ha sido hecho a medida por los políticos los últimos 34 años. O capaz más, dale. La gracia de estos seres de luz del FA es que lograron construir un mecanismo aprovechándose de lo penca de nuestro Estado en minutos. Pero como son soberbios y sectarios, no lo hicieron del todo bien y salieron pillados. Yo creo que absolutamente todo los desnuda en lo increíblemente cumas que son. Son la cría que sacó lo peor de mami Concertación y papi PC.
Hoy, los mismos que eran jueces, parte y verdugos de carabineros hoy se acordaron de la presunción de inocencia, con la fluidez que tanto aman. Vale, pero, chita que suena feo todo, siono. O sea, esto de que mi mejor amigui de un día pa otro, como honguito después de la lluvia, crea una fundación de giro renacentista (o sin giro) y se adjudica cientos de millones de pesos… Yo no sé si es ilegal, pero suena ciertamente, cuma. Como canasto de hamsters en celo, endogámicos, oligárquicos, Apruebo Dignidad, no parece ver problema alguno en soltarle cheques a los amigos. ¿Para qué? Pensemos juntos.
¿Cómo les suena si yo les hablara de una fundación que parte consagrada a la veterinaria, la producción audiovisual y la distribución de agua? (por la que cobran, sosi) Solo les faltó ofrecer la carta astral por unas luquitas más ¿Cuma, o no?
El nivel de insolente descaro es tan vasto que con alguna frecuencia uno se entrampa en el asombro y en el bucle retórico. Pero no poh, no les da vergüenza.
El manejo del gobierno, es inverosímil, pero se los resumo; como no resultó tanto encapsular el problema por su envergadura; el gobierno investiga, dialoga consigo mismo, te monta una regia comisión (la vieja confiable) y nos hacen notar lo secos que son por colaborar tanto. Yo escribo sátira, y jamás me he atrevido a tanto.
No parecen comprender las responsabilidades y eso, es transversal. Porque hay muchos que se cuelgan de las viejas glorias del así llamado Socialismo Democrático (ya les he dicho ad nauseam lo que opino de ellos, basta) y a mí me parece que al igual que los chefs que uno juzga por su último plato, a los políticos hay que juzgarlos por su último actuar. Y el del Ministro de Vivienda, deja todo que desear. Ustedes se imaginan que un gerente diga en una reunión que no cachó donde se anduvieron perdiendo unos milloncitos por ahí. Imposible.
Pero el Estado da para todo y el problema no es la subsidiariedad, ¡no sean cumas! El problema es que nadie le ha puesto bozal al Estado, por lo que, ciertamente la solución no es más Estado. ¿Quién se atreverá a podarlo, a hacerlo cristalino?
Cuma es también la performance permanente, este histrionismo farandulero que se instaló en nuestra política hasta tenernos con espectáculos patéticos como el de las diputadas frenteamplistas (y esto es cierto, no importa cuando lo lean). A cara lavada y disfrazadas de institutrices o plañideras chic, uno ya sabe que la cosa viene grave. Las declaraciones del diputado Winter, el senador Latorre, de la ministra vocera, de S.E., del ideólogo Baby Lenin, todo ha sido un despliegue performático que banaliza la decadencia de un Estado fallido, que usa los 50 años como comodín en la esperanza de que la mala memoria y una nueva crisis los libre de la actual como ha sucedido todos estos eternos meses. Cuma.
Estas cifras impronunciables para algunos honorables, han salido de todos nosotros y eran millones destinados a ayudar a personas que viven muy lejos de la acomodada realidad frenteamplista. Han instalado una cumacracia que se autoalimenta y se protege en las cúpulas, mientras es desleal y caníbal, dejando a los caídos en una pelea de guarenes que sólo contribuye al surrealismo del espectáculo.
Esta pitonisa piensa que S.E. es buen amigo, sí, pero además tiene una dependencia con su círculo de hierro como la de un niño con su mantita. Es un niño emperador que bordea los 40. Lindo sería que alguien se hiciera cargo de cómo podar al Estado y sacar la mano quemada para proceder a querellarse, ponte tú.
Hay que darle alguna sensación de justicia a Chile, pero en esta cumacracia, la élite, cuma, sólo está preocupada de proteger a los suyos y el resto, de que no les salpique.
Todo muy cuma.