Yo propongo subir a 8 años el período presidencial para que Chile pueda sostener el aprendizaje de pésimos gobiernos. Hemos visto cómo el Presidente Boric ha ido internalizando que un país no es nada si no cuenta con seguridad y orden público (¡vaya ironía!). Aunque este tema estaba ausente en su programa, cuando éste solo tenía indultos y pensiones de gracia para los octubristas y usurpadores, ahora lo tiene cooptado.  ¡Si se jacta del récord de leyes de seguridad que ha aprobado! (omitiendo, por supuesto, que es con los votos en contra de su coalición).

En esta misma materia, parece que el Mandatario ha aprendido que el Wallmapu no existe y que el Gobierno debe mantener la unidad territorial. Atrás dejó los “territorios liberados”, que le gustaba visitar en Temucuicui, y permitió la aprobación de una serie de leyes a las que antes se opuso para combatir las usurpaciones y la criminalidad en el sur. Por de pronto, pasará a la historia porque es el gobernante que por más largo tiempo ha aplicado el estado de emergencia en la Macrozona Sur, que antes rechazaba como “militarización”.

También ha hecho un aprendizaje, aunque más lento, en materia de migración irregular.  Quizás llegue a las medidas correctas al final de su actual período, porque por ahora, Chile sigue siendo atractivo para entrar clandestinamente porque, total, se auto denuncian y luego consiguen un contrato de trabajo para regularizarse o pasan a la clandestinidad para permanecer en el país. Los que vienen a delinquir, no se registran, nomás.

En materia económica también ha internalizado que un país que no crece, se empobrece y hay menos para repartir a los más necesitados, pero también a los amigos de las fundaciones y los partidos. Hoy, al menos, está considerando este tema, totalmente omitido en su plataforma electoral y veremos si alcanza a aplicar algún incentivo real (porque la izquierda no cree en ellos) para atraer y facilitar la inversión. 

También hemos visto a Gabriel Boric proponiendo acuerdos. Bien notable después de la ácida crítica a los acuerdos de la “transición política y la administración del modelo neoliberal” a la ex Concertación y de la negativa absoluta a ceder frente a cualquier propuesta de reforma del gobierno anterior. Pero aquí le falta tiempo, todavía. Quizás, antes del término de su período de 4 años pueda entender que no se puede avanzar sólo sacando al pizarrón a la oposición por no ceder a sus mitos ideológicos en materia previsional o tributaria.

Del mismo modo, presenciamos que sólo a punto de completar su segundo año, está cayendo en cuenta que no es cuestión de terminar con las isapres sin que colapse todo el sistema de salud en Chile. A pesar del riesgo que corre de provocar dolores y muertes evitables, le sigue faltando tiempo, sin embargo, para convencerse que hasta los Fonasa quieren tener opciones privadas y que no se las liquide con el machete estatal. 

Boric arriesga culminar su mandato con las manos vacías si no vence el ultimátum que le dio él (por mandato de su dura coalición) a sus ministros de Hacienda y Trabajo de no ceder en subir los impuestos y en transitar hacia un sistema de reparto. Quizás en un “alargue” lograría entender que no es viable subir impuestos cuando la economía se achica y que el “reparto” es imposible por razones demográficas y, además, injusto con los trabajadores formales que tendrán que aportar parte de su sueldo para los que optan por no cotizar.

También podría llegar a entender en el quinto año de su mandato que tiene que destrabar las inversiones en todas las áreas y abandonar su prejuicio “extractivista”. En el litio, así como va, con sus exigencias de poner al Estado de socio controlador, esta oportunidad, igualmente extractivista, está pasando por el lado.

Sin duda le vendría bien un segundo período para convencerse que todo lo hecho en educación por su ahora amiga Michelle Bachelet es un desastre y hay que iniciar una contra reforma. Arrinconar a los colegios subvencionados y cambiar la municipalización por la centralización en los SLEP ha demostrado cómo no se hacen bien las cosas, con retrocesos en calidad y niños perdiendo clases por meses, a causa de profesores que los usan de rehén, aprovechado la no existencia de una alternativa privada.

La verdad es que en una columna no cabe todo lo que le falta por aprender al actual gobernante y para lo que un segundo período le vendría muy bien. 

Pero, pensándolo bien, mejor que al cabo de este período se vaya a su casa (ojalá sin el sueldo de por vida para los ex Presidentes) y que Chile elija a un Mandatario que venga con el aprendizaje hecho. No vaya a ser cosa que en estos 4 años aprenda poco y repita un segundo mandato para olvidar, como el de Bachelet, porque con sus fracasadas reformas nos sumió en la crisis que Boric ha seguido profundizando. Y ya sabemos quiénes pagan cuando los países se hunden.  El dinero se va y los pobres se quedan. 

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1 comentario

  1. El aprendizaje es muy difícil cuando la carga ideológica es tan fuerte. Así se esté como presidente vitalicio. Mejor quizás es un referéndum para que se vaya antes si nada tiene que aportar.

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