Estropear, dañar, arruinar… son algunos de los sinónimos que la Real Academia de la Lengua Española utiliza para referirse a la corrupción. Conceptos que, en el momento político actual, cobran cada vez más relevancia. La detención de Daniel Andrade y Carlos Contreras ha vuelto a poner en titulares el Caso Convenios al mismo tiempo que las peticiones de renuncia por parte de la oposición desvían la atención del plebiscito de este domingo 17.

Sin embargo, el problema de fondo que está detrás de las fundaciones es bastante más grave de lo que algunos pudieran pensar. Miembros de la coalición de gobierno que con sus actos u omisiones han permitido que se desarrollen acciones corruptas lo único que consiguen es minar la institucionalidad, al Estado y la democracia en Chile. Aspectos primordiales en la lucha contra la delincuencia, una de las primeras prioridades de los ciudadanos.

Siguiendo con la definición planteada por el diccionario, arruinan la confianza que los chilenos tienen en sus líderes e instituciones; dañan la democracia, pues ésta se construye sobre la base de esa confianza; y, estropean al Estado al deteriorar, otro sinónimo usado por la RAE, el Estado de Derecho.

Pensar en corrupción cero es ingenuidad, pero pedir un reproche implacable de los líderes del gobierno es lo mínimo. Se necesita que las instituciones funcionen, investiguen y sancionen. Esto es la base desde la cual comenzar. Pero, es igualmente importante, o incluso más, el hecho de que las autoridades asuman su responsabilidad política y desde ahí hagan lo necesario para proteger al Estado.

¿Por qué es tan importante esto? Bueno, porque en un contexto de crisis de seguridad donde el protagonista es la delincuencia organizada nacional y los retos que plantea el crimen organizado transnacional, un gobierno fuerte que lucha contra la corrupción es el principal desincentivo para instalarse en Chile.

Sobre el caso convenios, la Ministra vocera dijo que “todo avance en esta investigación también es un golpe a la corrupción”. Claro que se requieren avances, pero ese es el trabajo de las instituciones. Ellas investigan y sancionan, para eso están. Lo que se requiere en casos como éstos es sentir el compromiso político, que las autoridades habiten el cargo, como tantas veces lo han dicho, y, para eso, deben asumir la responsabilidad de ese cargo que dicen habitar. Responsabilidad que viene acompañada de beneficios y costos.

La corrupción ocupa el quinto lugar de aquellos problemas que requieren de mayor esfuerzo según la encuesta CEP de octubre de 2023. Aspecto que, además, entre noviembre-diciembre 2022 y octubre-noviembre 2023 ha subido 11 puntos, pasando de 14 a 25.

Hemos llegado tarde con las respuestas a los desafíos en materia de seguridad. No lleguemos tarde a los retos que plantea la corrupción, pues una vez que ésta se instala, el delito avanza en forma acelerada y el deterioro del Estado crece como una bola de nieve que cae por una montaña empinada.

Investigadora Athenalab. Experta en seguridad, narcotráfico y defensa

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