Señor Director,
Un buen síntoma del resultado del proceso constitucional es que no está dejando cien por ciento satisfecho a nadie, lo que significa que esta última etapa logró incluir la representación de todos los sectores.
La madurez implica realismo, asumir que lo mejor es enemigo de lo bueno y que para que el país recupere el crecimiento con un desarrollo responsable y armónico, requiere certezas.
Sano sería para Chile y sus ciudadanos que después de un proceso tan participativo, representativo y largo se cierre de una vez por todas con una hoja de ruta clara para las próximas décadas.
Josefina Sutil Servoin