El 17 de julio a las 23:59 hora vence el plazo para presentar las enmiendas por parte del Consejo Constitucional al texto que entregó la Comisión Experta el pasado 7 de junio.

De esta etapa del proceso se conversó en un nuevo capítulo del Podcast Constitucional, que conduce Marcela Cubillos, exconvencional y directora del Observatorio Constitucional de la Universidad San Sebastián, junto con Gonzalo Arenas, abogado y académico de la USS, y que tiene como panelista al consejero constitucional Luis Silva (Partido Republicano).

Silva aseguró que el trabajo que han estado haciendo como bancada republicana con las enmiendas ha dado fruto. “Las enmiendas son importantes para que la ciudadanía reconozca la identidad de los distintos partidos que están representados, las distintas sensibilidades del arco político, y queremos que eso se note. Definitivamente en las enmiendas estamos buscando proyectar la identidad del Partido Republicano”.

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Silva: «Se viene un endurecimiento de las sanciones a quienes, ocupando cargos públicos, cometan actos de corrupción»

El consejero adelantó que parte de las enmiendas buscarán hacerse cargo de las controversias que se han generado a nivel político a partir del Caso Convenios, y la sensación de falta de impunidad que se ha generado en la ciudadanía.

De esta forma, indicó que “lo que se viene, de todas maneras, es un endurecimiento de las sanciones a quienes, ocupando cargos públicos, parlamentarios, u otras funciones, cometan actos de corrupción. Si se prueban estos hechos, las sanciones son ejemplificadoras. Se sube el estándar. Desde la bancada de RN se propuso algo que tiene todo el sentido, se habla de muerte cívica, que es la inhabilidad perpetua de poder ejercer cargos públicos”.

En este sentido, Cubillos planteó que “el espectáculo que hoy están dando los partidos políticos puede tener mucha incidencia en el resultado final del plebiscito”.

Cubillos: «Sabemos que una Constitución no soluciona la vida de los chilenos, pero por Dios que la puede perjudicar»

A pesar de que ya lleva más de un mes de trabajo, el Consejo Constitucional no goza de un respaldo amplio. De hecho, en la última encuesta Cadem, un 55% de los consultados dijo que votaría en contra del nuevo texto propuesto en el plebiscito de diciembre, mientras que solo un 25% se inclinó por votar a favor.

Silva aseguró que “como bancada estamos haciendo un esfuerzo por traducir nuestra identidad en las enmiendas y en la confianza en que éstas sepan interpretar a quienes nos dieron el voto». Pero agregó: «Soy escéptico en que ese esfuerzo vaya a motivar un cambio en las tendencias que reflejan hoy las encuestas. Honestamente, y siempre lo he pensado, la discusión constitucional si despierta demasiadas pasiones, se va a replicar el caso de la Convención».

Apuntó: «Me gustaría que fuera una Constitución que le permita a la gente decir ‘no tengo ilusión, pero voy a votar pragmáticamente, no nos va a hacer daño, en algunas cosas nos va a mejorar, en otras nos va a dejar igual’. Creo que eso va a pasar”.

Ante el actual escenario de desapego de la ciudadanía con el proceso, Silva señaló que si bien se esfuerzan por hacer «la mejor Constitución posible, pero no veo que el resultado de este trabajo vaya a entusiasmar a la ciudadanía». Y entrega la razón de esto: «El ejercicio pasado terminó de matar las ilusiones que la gente se había hecho de que una Constitución iba a cambiar su realidad cotidiana. Eso se mató y, por lo tanto, este segundo ejercicio se enfrentar por la ciudadanía con otro marco”.

Para Cubillos, este proceso «no creo que sea un tema de mayor o menor información, sino que la gente puso el debate constitucional en una cápsula donde no le parece que hoy es esencial».

Al mismo tiempo, cuestionó la intención de los consejeros de lograr grandes acuerdos, y planteó: «¿Van a hacer una propuesta que le haga sentido a la gente, o tienen el interés de abrazarse con partidos políticos que tienen muy poca confianza de la gente? Hoy uno ve cómo se ponen de acuerdo y ese es el temor. Si bien sabemos que una Constitución no soluciona la vida de los chilenos, por Dios que la puede perjudicar».

En esta línea, el historiador Gonzalo Arenas advirtió que “si no se hace un cambio de rumbo para motivar a la gente, va a ocurrir un aumento del rechazo sin siquiera conocer el texto. Si tenemos una Constitución que no va a perjudicar a nadie, la gente lo va a interpretar no como que es algo razonable, sino que, como un acuerdo de los políticos, por lo que la tentación de votar rechazo es muy grande”.

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