En el Partido Comunista no han dudado en cuestionar a sus socios del Frente Amplio por los casos de convenios directos entre fundaciones ligadas a ese bloque y el Estado. En el PC han apuntado incluso al discurso de «superioridad moral» que ha tenido el bloque y a su falta de experiencia.
«Yo porto con orgullo la historia de un partido centenario que a todo evento y en todo tiempo ha demostrado un compromiso de servicio de marca mayor», señaló el jueves pasado el secretario general del partido, Lautaro Carmona, al ser consultado por el caso en una entrevista con el Diario El Siglo.
Carmona agregó que «puede ser un buen deseo empezar a hablar de hacer política de tal o cual manera, el problema es que para tener un capital político hay que tener un acervo, una experiencia, que pueda dar la posibilidad de tener una palabra autorizada».
A esas críticas se han sumado la de otros dirigentes como la diputada Karol Cariola, quien apenas se conoció el caso de Democracia Viva cuestionó que “no puede ser que funcionario de un ministerio aparezca además como presidente de una fundación que presta servicios al Estado”.
El golpe a la mesa del PC
Las críticas del PC, revelan la incomodidad que se ha instalado en el partido con algunas posturas del FA y el sometimiento obligado que han debido tener frente algunas de sus posiciones, pese a tratarse de un sector, dicen, sin historia en las luchas más emblemáticas de la izquierda.
Si bien la lealtad con el Gobierno y la coalición oficialista no está puesta en duda, aclaran en el partido, la delicada situación en que quedó el Frente Amplio tras el caso «Democracia Viva», dio un impulso al PC para defender con más fuerza sus posiciones al interior del Gobierno, como sucedió esta semana con la renuncia de Patricio Fernández como asesor presidencial para la conmemoración de los 50 años del golpe.
La presión del PC por la salida de Fernández, en un momento delicado para el Gobierno y el FA, tiene como trasfondo la molestia que se había instalado en el partido hace varias semanas con el propio Presidente Boric, luego de que éste planteara que se debe hacer una revisión crítica de lo que fue la Unidad Popular.
De hecho en el partido había conciencia de que la salida de Fernández implicaba un golpe no sólo a los sectores de la ex Concertación, sino que también al propio Presidente, dada su cercanía con el exconvencional.
En el PC acusaron a Fernández de relativizar el Golpe de Estado, luego de que en conversación con Manuel Antonio Garretón en el programa Tras las Líneas de Radio Universidad de Chile señalara que “Tú, los historiadores y los politólogos podrán discutir por qué y cómo se llegó a eso, pero lo que podríamos intentar acordar es que, sucesos posteriores a ese golpe, son inaceptables en cualquier pacto civilizatorio”.
En todo caso en el PC nunca estuvieron cómodos con el nombramiento de Fernández, a quien ya tenían en la mira por sus posiciones respecto al tema. Esta semana, sin embargo, finalmente decidieron golpear la mesa.
Cambio de escenario en la izquierda
La crisis en el Frente Amplio, se desata además, en medio del ánimo pseudo optimista que dejó en el PC la elección de consejeros constitucionales del pasado 7 de mayo, donde se transformaron en el partido más votado del oficialismo.
«Somos el partido más incidente de Unidad para Chile, tenemos la mayor cantidad de votos de nuestra lista», sentenció el informe del XIII pleno del comité central desarrollado a fines de mayo.
La votación del PC, y la crisis que estalló al interior del Frente Amplio, implican un cambio de escenario en la izquierda, y un golpe al impulso que traía ese bloque tras sus triunfos en la primaria y luego en la elección presidencial.
«La hegemonía en la izquierda del Partido Comunista estaba puesta en cuestión y amenazada por el Frente Amplio», explicó el analista político Pepe Auth, en el programa Política para Adultos de El Líbero, agregando que tras el escándalo de Democracia Viva, sin embargo, la encuesta Activa Research ya mostró que «la identificación con el Frente Amplio bajó bruscamente, violentamente…cuando se empiece a medir más prolongadamente esto se va a recordar como el momento en que se jodió el Perú».
Recuperar los bastiones populares
En el partido, en todo caso, apuestan por recuperar no sólo la hegemonía en la izquierda, sino que también la influencia que tenían ideológica y electoralmente en los sectores populares.
Esto ante la arremetida del Partido Republicano en esos sectores, tal como lo advirtió el último congreso realizado por la colectividad, en cuyo informe se establece que «en comunas con mayor pobreza se manifiesta una adhesión más alta a los republicanos. Si incorporamos la situación de alta ruralidad y alta presencia de población indígena, el resultado favorable al Partido Republicano se acreciente. Por el contrario, en la votación del pacto Unidad para Chile se observa el efecto contrario, ya que es mayor en comunas urbanas y con importante presencia de capas medias».
El informe agrega que «la batalla que viene por delante es también una contienda cultural», enfatizando que «la alta votación del Partido Republicano en el mundo popular, no responde en su mayoría a una adhesión ideológica o programática a posturas neoliberales, sin embargo, la derecha y los republicanos logran sintonía con los valores y sentidos comunes muy arraigados en el pueblo».
Si bien, los expertos coinciden en que el partido ha aumentado su votación, también reconocen que es cierto que han dejado de ser la «fuerza política dominante» en comunas que históricamente lo eran, como Pedro Aguirre Cerda, lo que también se estaría viendo afectado por el nuevo universo de electores que apareció con el voto obligatorio.