A horas de cumplir un año en La Moneda, el Presidente Gabriel Boric realizó ayer su esperado cambio de gabinete. La jornada estuvo marcada por la espera (originalmente la ceremonia iba a ser al mediodía y se fue dilatando su inicio) y la incertidumbre, pues en un momento se especuló que habría cambio en siete carteras, pero finalmente fueron cinco los ministros que dejaron sus cargos.

Salieron Antonia Urrejola (RREE), Juan Carlos García (Obras Públicas), Julieta Brodsky (Cultura), Alexandra Benado (Deportes) y Silvia Díaz (Ciencias). En reemplazo de ellos asumieron, respectivamente, Alberto Van KlaverenYessica LópezJaime de AguirreJaime Pizarro y Aisén Etcheverry.

¿Representó un giro este ajuste ministerial? ¿Hubo sorpresas? ¿Quiénes ganaron y quiénes perdieron? Son algunas de las cosas que fueron analizadas por Gonzalo Müller y Patricio Navia en una nueva edición de Mirada Líbero.

Para Müller, director del Centro de Políticas Públicas de la UDD, este fue un cambio “muy por debajo de las expectativas generadas por el propio Presidente y su equipo de asesores, que invirtieron casi tres semanas evaluando a todos los ministros”

Navia: «Los problemas pasan mucho más por el Presidente que por el gabinete»

Por su parte, Navia evaluó lo ocurrido como “bastante menor”, y señala que “la noticia terminó siendo el desorden (…) más que una noticia de refresh, la noticia es que el gobierno es muy desordenado, que no controla la agenda”. Agregó que “la discusión del cambio de gabinete la estamos teniendo solo porque siempre, históricamente, han sido noticiosos, no porque este sea significativo”.

A lo anterior, agregó que “los problemas pasan mucho más por el Presidente que por el gabinete, entonces esto no te soluciona en absoluto el fondo, que es que el Presidente no sabe para dónde quiere ir. Algunos días se levanta como el joven líder estudiantil que quiere convertir a Chile en la tumba del neoliberalismo, pero al día siguiente dice que va a combatir la delincuencia como los perros, y eso genera una percepción de que estamos estancados o a la deriva en el mar sin saber bien a dónde vamos”. El gran desafío, dijo Navia, es ver cómo avanza su agenda de reformas. 

Müller: «Va a costarle al gobierno sostener que hay un cambio de gestión»

De igual manera, Müller criticó que no salgan los ministros peor evaluados por la ciudadanía en las encuestas: “Cuesta entender que sigan en sus puestos, porque cuando uno mira dónde la ciudadanía concentra sus críticas, según la encuesta Cadem, de los cuatro ministros peor evaluados sale sólo la canciller; no salen ni Giorgio Jackson, ni Nicolás Grau, ni Camila Vallejo, entonces sigue esa sensación de que lo que la ciudadanía opina no es enfrentado directamente en este cambio, y por eso el sostener que hay un cambio de gestión va a costarle mucho al gobierno instalarlo”.

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Navia: «No sabemos si quiere ser la tumba del neoliberalismo o si quiere gobernar como en los 30 años»

Respecto del cambio de relato que se quería imponer con este nuevo cambio de gabinete, Navia aseguró que “el gobierno debe tener un norte y una hoja de ruta, si a eso nos referimos con relato, y creo que este gobierno no tiene un norte, no sabemos si quiere ser la tumba del neoliberalismo o si quiere gobernar como se gobernó en los 30 años de la Concertación. Mientras el Presidente no se decida, da lo mismo el cambio de gabinete”.

En tanto, Müller planteó que “es difícil ver una actualización del relato. El mayor cambio es en los subsecretarios, es verdad que ellos son jefes de servicio en los ministerios y tienen un gran poder en que las políticas se vayan ejecutando, pero es una señal confusa esperar que los subsecretarios, donde entran muchos del Socialismo Democrático, vayan a imprimirle un ritmo a sus ministerios. No es la tradición, los ministros son quienes hacen esa labor. Un ejemplo: el ministro Ávila se queda, cambia la subsecretaria, ¿va a ser la subsecretaria la que va a marcar el ritmo? Queda una sensación confusa”.

Navia: «¿qué va a hacer Van Klaveren? ¿Le pondrá un bozal al Presidente para que no siga diciendo cosas?«

En el mismo tono, Navia manifestó que “estamos hablando de subsecretarios, puede ser importante, pero Cancillería no es un ministerio importante en Chile. Hacienda e Interior son los más importantes. Que salga una persona que no daba el ancho es una buena noticia, pero no significa que vaya a haber cambios sustantivos en la política doméstica, a lo mejor habrá menos errores en política internacional. Pero los problemas en relaciones internacionales han sido del Presidente Boric, entonces cambiar el ministro… ¿qué va a hacer Van Klaveren? ¿Le pondrá un bozal al Presidente para que no siga diciendo cosas?”.

Müller: «Marcel es la viga sobre la que se sostiene este gobierno y esa viga se trizó»

Sobre los desafíos que tendrá el gobierno para su segundo año de mandato, Müller aseguró que el rechazo de la reforma tributaria reveló problemas incluso en aquello que se pensaba que era la crítica lógica al gobierno, que era que la inexperiencia e improvisación había sido monopolio de Apruebo Dignidad: “Pero aquí fueron dos ministros emblemas del Socialismo Democrático los que se equivocaron. Marcel, más que ministro de Hacienda, es la viga sobre la que se sostiene este gobierno y esa viga se trizó, y sufrió un traspié importante, y se le vio muy descolocado y descolocó a su gobierno”.

En tanto, Navia aseguró que Boric “tiene desafíos importantes para su segundo año, pero también oportunidades. La derrota del miércoles de la reforma tributaria, que llevaba ocho meses en discusión y en la que el gobierno no quiso hacer las concesiones que necesitaba para lograr el apoyo de la derecha, fue dura, pero tiene la oportunidad de decir que se va a sentar a negociar con la oposición una reforma menos ambiciosa pero que nos permita avanzar, igual con la de pensiones. Eso puede ayudar a que las cosas mejoren, si se dan las señales correctas habrá más inversión en Chile”.

A pesar de lo anterior, señaló que “también sospecho, y me temo, que el Presidente no va a aprovechar esas oportunidades, porque independiente de los cambios de gabinete, el Presidente es el que no está convencido de cuál es el camino correcto para Chile. Los años exitosos de Chile siempre fueron de ponerse de acuerdo con gente que pensaba distinto, de fortalecer el Estado en su papel regulador y ayudar a los rezagados, y esa es una receta relativamente simple y exitosa que ha funcionado para Chile. Me da la impresión de que Boric cree que hay otra receta que funciona mejor y todavía no la logra articular, y ciertamente creo que no la va encontrar pues no existe”.

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