Con la llegada del coronavirus, el Colegio Médico se erigió como un férreo defensor de las cuarentenas. A mediados de junio incluso presentaron la propuesta Covid Cero, con el que planteaban endurecer los confinamientos, suspender el pase de movilidad, cerrar el transporte público y toda actividad económica no esencial, en lo que el mismo gremio definió como un «cortocircuito epidemiológico». 

Pero a diferencia de los otros centros del Colmed como el de Santiago Centro o el de Ñuñoa; el Club Médico -ubicado en La Dehesa- con 13,5 hectáreas que incluyen zona de picnic, quinchos para asados, cancha de golf y cancha de fútbol es la única de sus dependencias que ha mantenido personal trabajando de forma presencial inmediatamente después de que la comuna de Lo Barnechea avanzaba a Fase 2 del Plan Paso a Paso, a diferencia de las otras sedes que continuaban con teletrabajo.

Pese a que los centros deportivos no tenían permiso de abrir al público hasta el 16 de junio, el Colmed consiguió un permiso que le permitía seguir sus operaciones, con lo cual los trabajadores debían seguir asistiendo a realizar el mantenimientos de áreas verdes y labores administrativas presencialmente, declara Judith Barrales, presidenta del sindicato número 2 del Colmed, perteneciente al Club Médico de Campo.

Con la llegada de la variante Delta al país, en junio, el Colegio Médico enfatizó en la necesidad de aumentar las restricciones sanitarias en el manejo de la pandemia y emplazó a las autoridades sobre la importancia de contar con mascarillas certificadas como las KN95. “Nosotros esperamos que la autoridad incluya, en las modificaciones al plan Paso a Paso, la supervisión del uso de mascarillas que realmente otorguen una protección mayor a las personas para disminuir el riesgo de infección”, señaló el vicepresidente del Colegio Médico, Patricio Meza, el pasado 25 de junio.

Sin embargo, Barrales denuncia que poco se reflejan en la práctica las sugerencias que el Colmed hace para el resto de las instituciones en lo concerniente a las instalaciones del club de campo. “Reclamamos al directorio que no teníamos las medidas de seguridad que Izkia Siches (Presidenta Nacional del gremio) decía en la prensa. No tenemos amonio cuaternario, no hay mascarillas, no hay alcohol gel, no sanitizan”, cuestiona Barrales. 

A ello se suma que los trabajadores que gestionan inscripciones en el centro desempeñan sus actividades en lugares cerrados que no son sanitizados cada cuatro horas como establece el reglamento del propio Colmed, sino cada semana. “Acá está todo cerrado y aunque tiene que sanitizarse cada 4 horas, es mentira. Nos pasan dos Lysol, toallitas cloro para que nosotros limpiemos nuestro espacio de trabajo, pero no sanitizan”, describe la dirigente.

Por otra parte, Barrales apunta al Gerente de Operaciones del club como uno de los responsables de no entregar las condiciones necesarias. “Uno tiene que andar detrás de él diciendo ‘oye me falta Lysol, oye me falta mascarilla’, a veces ni siquiera compra y cada uno se las tiene que arreglar como puede”. Agrega Barrales que «solo nos entregan mascarillas que valen 20 pesos», y no las KN95 que sugería implementar la directiva del Colmed, con la llegada de la variante Delta. 

En diciembre del año pasado el Club tuvo que cerrar luego de un brote de contagios donde 4 funcionarios contrajeron Covid-19. La presidenta del Colmed Izkia Siches señaló en ese entonces que “frente a la presencia de 4 casos positivos de Covid-19 en los trabajadores del Club Médico, el Directorio determinó un cierre preventivo por 14 días para proteger a trabajadores y usuarios”. Con respecto a ese tema Barrales lanza otra denuncia: en la ocasión no se hizo trazabilidad de los casos «porque el gerente de operaciones no lo permitió». 

«La prevencionista de riesgo apareció una semana después de los contagios. No había nada nada de implementos de seguridad», afirma la presidenta del sindicato.

En todo caso, Barrales -que fue una de las contagiadas en dicha ocasión- lo que más reclaman no tiene que ver con la apertura de las sedes del Colmed, sino con “las prácticas antisindicales, eso es en lo que nosotros estamos enfocados. Ellos como asociación están desbaratando, destrozando este sindicato”.

La batalla sindical 

El Sindicato Número 2 se encuentra en una batalla activa contra la directiva del Colmed, a la que acusan de realizar prácticas antisindicales tras no entregar los beneficios pactados a través de una negociación que incluye, entre otras cosas, uniformes de invierno, que debieron ser entregados en abril y aún no se cumple el compromiso.

Este sindicato se conformó hace tres años a raíz de la disconformidad de los trabajadores del Club con el gremio que velaba por los intereses de la oficina central sin considerar la diferencia de condiciones laborales con el campo deportivo. “Nos formamos y de ahí quedó descontento por parte de la directiva de Siches, pero mal. Entonces comenzó una guerra contra nosotros. Éramos 30, y en la negociación con la directiva se sembró un temor enorme, terminando negociando con la mitad. Ahora somos diez personas”, señala Barrales.

Reclaman el despido injustificado de siete personas del sindicato, incluyendo el presidente de ese entonces -desvinculación de la cual se tuvieron que retractar por asuntos de fuero sindical- por motivos de necesidad de la empresa, “pero resulta que el Colegio Médico no tiene cifras rojas, el Colegio Médico tiene cifras azules y ellos mismos en la prensa han salido en defensa de los trabajadores, pero acá en el club no cuidan a nadie, simplemente los despiden”.

La presidenta del sindicato asegura que existe una persecución y un intento de sabotear a los integrantes. «Lamentamos que las prácticas neoliberales se sobrepongan una vez más contra las fuerzas laborales, aduciendo una crisis económica inexistente, en tanto la Asociación Gremial sigue gozando de buena salud financiera, con mayor cantidad de colegiados”, dice un documento que circuló el fin de semana.

“El despido colectivo no hace otra cosa que develar el doble discurso de quienes representan la asociación y muy particularmente de la doctora Siches, quien ha expresado la necesidad que el empresariado mantenga la fuerza laboral en tiempos tan difíciles como los vividos estos dos últimos años por motivos pandémicos”, precisa la colectividad.

La presidenta del gremio explica que si bien desde el Colmed apuntan a necesidades de la empresa para los despidos, en el Club se han gastado más de 300 millones en la construcción de una piscina temperada. A ellos se suma un intento por regularizar la situación eléctrica que ha funcionado desde hace cuatro años de forma deficiente.

«Nosotros que somos los funcionarios tenemos que poner la cara en frente de los socios y ellos no pueden entender por qué la gestión es tan mala y el club todavía no está funcionando como debiera. A nosotros nos molesta el doble discurso de esta directiva», reafirma Barrales.

La Presidenta del Sindicato sostiene que el gerente de operaciones ha tenido malos tratos con los trabajadores, impidiendo la toma de vacaciones correspondientes y los reembolsos por la compra de materiales.

Consultada la directiva Colegio Médico por las acusaciones presentadas por el Sindicato Número 2, al cierre de esta nota no se había recibido una respuesta.

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