Mañana se vota en la Sala del Senado la reforma educacional del Gobierno que elimina el copago, la selección y el lucro en la educación escolar, y José Luis Velasco, sostenedor del colegio subvencionado Augusto Winter, en Temuco, quien se hizo conocido por su carta en El Mercurio “De emprendedor a delincuente” el 4 de octubre pasado (donde se quejaba de la manera en que la reforma criminalizaba a personas que habían emprendido legítimamente en proyectos educacionales de buena calidad), conversa con “El Líbero” sobre el impacto que tendrá dicho cambio legislativo.
Velasco es profesor de historia y geografía, y adquirió el colegio en 2007 en un remate por mala administración. Tiene 390 alumnos, de los cuales el 70% son vulnerables, no tiene copago ni selección. Tras la publicación de la carta, su colegio ha recibido tres inspecciones de la Seremi de Educación de la Araucanía entre octubre y noviembre, cuando normalmente recibía una visita, e incluso hay colegios de la región que no reciben ninguna durante un año.
– Mañana se vota la reforma en la Sala del Senado. ¿Qué proyecto saldrá?
– Me da la impresión de que el gobierno ha logrado colocar todas sus intenciones en la ley. Si bien la DC hizo algún intento por modificarla, saldrá una ley que va a cumplir los objetivos para la que fue creada, pero que será sumamente negativa para la educación. Muchos sostenedores no estarán de acuerdo en participar en este sistema estatizante, donde el Estado va a dirigir y a controlar casi todo, y los perjudicados serán las familias y los niños. Al restringir la oferta de colegios bajará la calidad de la educación. Tiende a homogenizar la educación y eso va en perjuicio de la libertad de las personas y la sociedad. Si sale tal como está, en 30 años más vamos a ser un país más dirigido por los que están en el poder.
– ¿La DC logró moderar el proyecto?
– No sé los detalles. Había más de 400 indicaciones, pero en el fondo el Gobierno sacó todo lo que quería. El proyecto está más cercano a las posturas radicales de la retroexcavadora que a las posturas humanistas cristianas de la DC.
– ¿Cuáles son los cambios que más afectan a los sostenedores?
– Desde el día uno ninguna plata recibida por los sostenedores podrá ser usada en fines distintos a educacionales. Eso es ambiguo, qué quiere decir. Retribuir al sostenedor para que sostenga el colegio me parece que cumple eso porque si no lo sostiene no hay colegio. Son frases ambiguas que luego por el reglamento manejarán a su antojo. En el reglamento se pegará el apretón final que no se logró en la ley. Se espantarán a buenos sostenedores porque aumentarán mucho los costos y riesgos. Lo más complejo es que al prohibir el lucro desde el día uno, entendido como justa retribución, muchos colegios van a cerrar. Pasar a corporaciones sin fines de lucro será casi imposible, y a las familias no les quedará más remedio que volver a la educación pública de la que se escaparon. Será un perjuicio para Chile del que nos vamos a arrepentir.
– ¿Cumplió su palabra con usted el senador Walker?
– En absoluto cumplió su palabra. El podrá decir que la cumplió en la forma, pero es un resquicio, porque no se creó figura penal nueva para el que lucre con la educación, pero se aplicarán sanciones penales a los sostenedores que no cumplan la ley. Cuando uno trabaja en organizaciones complejas como los colegios, la opción de equivocarse, de imputar un gasto a una cuenta por otra es complejo. Con tanto riesgo uno tiene miedo y no está dispuesto a trabajar con un miedo permanente. Si te amenazan con cárcel por equivocarse así, mejor cámbiate de rubro.
– ¿Qué opina de la eliminación de selección y el copago?
– Estoy de acuerdo con eliminar el copago siempre que se aumente peso a peso de verdad la subvención. Con el plazo que dieron, la subvención no va a subir realmente lo que corresponde, porque todos los años aumenta el IPC. Los colegios serán cada vez más pobres. Uno tiene compromiso y no puede bajar sueldos, la opción será despedir para bajar costos. Va a generar problemas. Comparto que se elimine la selección por razones discriminatorias pero no por méritos académicos, para no dar señal de que los alumnos no se deben esforzar. Eso destruye la cultura del esfuerzo y eso es muy malo y lo hemos visto en otros países.
– ¿Qué pasará con su colegio?
– No sé, estamos viendo alternativas, no sé. La verdad que no lo sé. Haremos nuestro mejor esfuerzo.
– ¿Cuáles serán las opciones?
– Hay que ver qué permitirá la ley.