El lunes 29 de mayo, a través de un comunicado, el Ministerio de Transportes informó que Gladys Sáez Salazar asumiría desde ese día como seremi de la cartera en la región del Maule.
Sáez, quien está vinculada al PPD, es administradora pública de la Universidad de Los Lagos, magíster en Desarrollo Económico y Local de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano y magíster en Gestión Pública y Modernización de Estado de la Universidad Católica de la Santísima Concepción.
Pero hay otro dato de su biografía que ha inquietado a quienes supieron de su designación: está casada con el contralor regional de Coquimbo, Hugo Segovia Saba.
Para algunas fuentes consultadas que trabajaron en Contraloría, esto podría representar un eventual conflicto de interés.
“El marido de la seremi podría generarle complicaciones al gobierno”
Abogados que han visto de cerca el caso, señalan que el Presidente Gabriel Boric tiene derecho a designar a Sáez como seremi, pues es un cargo de exclusiva confianza. Pero coinciden que el nombramiento genera un problema a Contraloría.
Advierten que el perjudicado en este caso sería el marido de la seremi, Hugo Segovia, quien, aún siendo contralor en una región distinta de donde desempeña labores su esposa, vería limitadas sus acciones fiscalizadoras hacia el Ejecutivo.
“¿Con qué dientes ese contralor va a fiscalizar las acciones del gobierno en el que su esposa desempeña labores políticas relevantes?”, señala una de las fuentes.
“Con sus acciones fiscalizadoras, el marido de la seremi podría generarle complicaciones al gobierno, lo que va en contra de los intereses de su esposa, que busca que al gobierno le vaya bien”, agrega.
Alberto Precht: “Trabajan en distintas regiones y no existe subordinación”
Pero otros abogados niegan que exista un conflicto de interés evidente, principalmente porque están en regiones distintas.
“Me cuesta ver una causal de inhabilidad o de conflicto de interés en este caso, debido a que son personas que trabajan en distintas regiones y en donde no existe subordinación y dependencia entre ellos. Pero sin duda, las autoridades de la Contraloría General de la República debiesen tener cuidado en estas situaciones y poder ponderarlas correctamente”, señala a El Líbero el miembro del directorio de Transparencia Internacional, Alberto Precht.
Para el ex presidente del Consejo para la Transparencia, Jorge Jaraquemada, tampoco habría conflicto, “porque la Contraloría regional sólo tiene competencias para fiscalizar órganos de su región”.
El perfil político de la nueva seremi
Hasta antes de asumir el lunes pasado como secretaria regional ministerial, Gladys Sáez ejercía como académica de la Facultad de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central de Chile, sede La Serena.
Anteriormente había desempeñado una extensa carrera como funcionaria pública en los gobiernos de la Concertación y la NM. Por ejemplo, fue gobernadora provincial de Cauquenes en el primer gobierno de Michelle Bachelet.
También fue jefa de Coordinación y Control de Gestión del Gobierno Regional del Maule, y en 2014 fue asesora en la Intendencia de Arica y Parinacota.
Las acusaciones de conflicto de interés que recibió la seremi y el contralor en 2014
Cuando se desempeñaba en ese cargo, al inicio del segundo gobierno de Bachelet, también fue cuestionada. Es que en ese entonces, su marido era el Contralor regional de Arica.
Según publicó La Segunda en mayo de 2014, “la veintena de personas despedidas de la Intendencia regional de Arica y Parinacota tras el cambio de gobierno están reclamando ilegalidad y discriminación política en sus desvinculaciones, pero en su mayoría decidieron acudir directamente a la justicia y saltarse la vía administrativa ante la contraloría regional. La razón de ello es que dudan de la independencia del ente fiscalizador debido a que la esposa del contralor regional, Gladys Sáez Salazar, es nada menos que la actual jefa de gabinete del intendente, Emilio Rodríguez, lo que algunos consideran una suerte de ‘escudo político de protección’ ante eventuales problemas administrativos”.
Días después, Sáez desmintió que fuera jefa de gabinete del intendente. “Trabajo en la intendencia hace tres semanas en un programa del borde costero a honorarios, sin ninguna responsabilidad administrativa que complique los actos administrativos de la Intendencia o Gobierno Regional, y mi pago se efectúa desde el Ministerio del Interior central. Por lo tanto, que sea la señora del contralor no me inhabilita para trabajar”, remarcó. Agregó que “el trabajo del contralor es absolutamente probo y neutral, es así como ha realizado un trabajo excepcional en la región con respecto a la probidad y ética”.
“Me usan para perjudicar al intendente regional, y la verdad es que perjudican la integridad de mi marido, porque las personas desvinculadas no tienen nada que apelar a la Contraloría, ya que no corresponde administrativamente”, sostuvo.
En tanto, su marido Hugo Segovia ha sido cuestionado en el pasado por sus decisiones como contralor en la región de Coquimbo. Según publicó el diario El Día en el año 2020, los entonces diputados Sergio Gahona (UDI) y Juan Manuel Fuenzalida (UDI) denunciaron sesgo político y una clara intención “obstruccionista” de Segovia, escudándose en un “legalismo extremo” para frenar iniciativas esenciales del gobierno, como la compra del terreno para la construcción del hospital de Coquimbo.