Tuve la oportunidad de hablar con Ricardo Martínez en más de una oportunidad. Su gestión de mando se caracterizó por un período muy difícil, donde tuvo que lidiar con aspectos tales como investigaciones judiciales que comprometieron a sus antecesores en la comandancia en jefe del Ejército, los continuos ataques a la estatua de Baquedano y la tumba del soldado desconocido, y una gran demanda de actividades operacionales para el personal de su institución. Puso mucho énfasis en el ambiente de control y le tocó mandar un Ejército que pasó mucho tiempo en la calle producto de los estados de excepción constitucional de emergencia y de catástrofe, estallido y pandemia, que nos acompañaron desde octubre del 2019 y aun nos acompañan hoy en día. Se le critica haber descabezado el alto mando, sacando más de 20 buenos generales a fines del 2018 por la investigación relacionada con el tema de pasajes, algo que a él también lo tiene complicado, en lo que es un perfecto ejemplo de las ironías de la vida, pues fue la razón de su abrupta salida y algo que aún no lo deja tranquilo, ya que la jueza Rutherford en una de sus últimas acciones revivió su procesamiento, pero esta vez en un tribunal civil.

No fue una sorpresa que el general Martínez publicara sus reflexiones antes de pasar a su abrupto retiro, como tampoco que haya publicado el libro titulado: “Un ejército de todos”. Al asumir el mando dijo que haría una revisión de la historia reciente del Ejército de Chile, la que entiendo no se pudo hacer pública sino hasta días antes de su retiro. Las autoridades políticas de la defensa nacional habrían estimado entonces que no era el minuto adecuado, producto de la contingencia del estallido social y de la pandemia, que nos acompañó hasta fines del 2021.

 Escribir con espíritu crítico sobre la historia reciente del Ejército es complejo y que lo haga el Comandante en Jefe en funciones, es más complejo aún. Además, que se publique días antes de pasar a retiro en forma presurosa, se considera una acción poco elegante, toda vez que quien se tendría que hacer cargo del documento y sus consecuencias era el nuevo jefe ya designado, el general Iturriaga.

Al ser reflexiones personales y no un documento institucional, el Ejército con justa razón lo bajó de la web institucional. Se indica que habría sido un documento que habría contado con la aprobación del cuerpo de generales en servicio, lo que aparentemente es incorrecto, ya que sólo lo firma Martínez. ¿Qué razón profunda motiva al general Martínez a publicar sus reflexiones? Sólo lo sabe él, pero también sabía que lo estaba haciendo contra la voluntad de la institución, su nuevo Comandante en Jefe ya designado, y adicionalmente con la abierta desaprobación de los generales y oficiales en retiro.

Como se indicó anteriormente, el documento se baja de la web en marzo del 2022 al cambiar el Comandante en Jefe y esa es la razón que él esgrime para publicarlas como un libro y que no sólo quedara como un documento digital que algunos alcanzaron a guardar para sus registros personales. ¿Es razonable que se dedique tiempo y esfuerzo del Ejército de Chile a revisar su historia reciente? Puede que sí, pero si el objetivo no declarado era analizar la acción del 11 de septiembre y el gobierno militar en el marco de los 50 años del pronunciamiento, entonces la conclusión es no. ¿Por qué es un claro y rotundo no? Porque implica que el Comandante en Jefe, sus generales y oficiales designados para hacer el trabajo navegan muy cercanos a lo que se podría calificar como deliberación, ya que estamos hablando de un análisis necesariamente político que no se estima adecuado para personas en servicio activo con deber de no deliberación y que se deben a la Constitución.

Asumiendo que las reflexiones publicadas por el general Martínez en sus últimos días en servicio activo dejaron de ser un documento público el día que se bajaron de la web del Ejercito, la publicación de estas como libro, en la víspera de un aniversario que tensiona y divide al país, en un minuto de alta agitación política, calificado como “eléctrico” por el propio Presidente Boric, parece un acto poco prudente y menos razonable.

No es razonable porque las Fuerzas Armadas y el Ejército con ellas, están realizando esfuerzos por ser dejadas fuera de la contingencia política exacerbada de estos días y el lanzamiento de un libro como este no ayuda para nada. Si queremos tener un Ejército no deliberante, lo primero que debemos hacer es no generar situaciones que lo coloquen en el epicentro de la política contingente, y eso es algo que uno espera principalmente de quienes les ha tocado liderar la institución, ya que se espera que ellos en particular, tengan especial sensibilidad con lo anterior. Los excomandantes en jefe son libres y soberanos de sus palabras y escritos, pero se estima adecuado que manejen esa libertad con mucha prudencia y criterio.

Las acciones y declaraciones posteriores al lanzamiento del libro el martes pasado se pueden entender bajo la premisa que el general Martínez quiere jugar un rol político en el mundo de la izquierda. Las entrevistas posteriores y su claro y difundido ataque directo a la figura del general Pinochet, bajo cuyo mando en jefe sirvió por largo tiempo en el Ejército, indican que busca posicionarse como algo más que un general que disfruta de su retiro después de 46 años de servicio activo. Es muy probable que para ese rol político, los votos los tenga que buscar muy lejos de la familia militar, pues al parecer le da lo mismo lo que piensen sus camaradas de armas y no le importa quemar sus naves, en forma pública y notoria, en este proceso.

*Richard J Kouyoumdjian Inglis, Vicepresidente de AthenaLab

*Carta de Rodrigo Carrasco González – General de División en retiro

Experto en Defensa y Seguridad Nacional

Deja un comentario

Debes ser miembro Red Líbero para poder comentar. Inicia sesión o hazte miembro aquí.