Permítanme esta semana dejar la contingencia nacional un poco de lado, porque más allá del cambio de gabinete boutique, el coaching que podemos suponer le hizo Piñera al bienamado líder en el avión e incluso con el espectáculo de canibalismo frenteamplista hacia Revolución Democrática, sinceremos que todo sigue más o menos igual, la misma desfachatez, pedantería e incompetencia va a seguir estando ahí la próxima semana pese a los lindos deseos de las mejores almas entre nosotros. Lo que sí, oiga vocera, haga algo para detener las feis nius, no ve que yo estaba toda entusiasmada con que Winter fuera el nuevo vocero… ¡lo hubiéramos pasado tan bien!

Hablemos de Argentina mejor. Todos sorprendidos con los resultados de Milei, nos hubieran preguntao’ a nosotros; en la fachosfera sub 40 nos encanta y le hacemos barra hace mucho, como del 2019 ponte, cuando buscando antídotos al veneno octubrista encontramos joyas en el mundo entero, de personas inteligentes, bien formadas y que con argumentos y razón se oponían al tsunami progre revolucionario de Occidente.

Tengo amigos argentinos y los quiero mucho. Me encanta lo directos que son, lo derechos , el exquisito sentido del humor (hay que tenerlo pa’ bancarse más de 80 años de lenta decadencia) y que sean más italianos que todos los italianos de Italia. Todo es siempre más gracioso en argentino, son fabulosos. Por eso, queriéndolos como los quiero, me resulta triste ver como lentamente se fueron convirtiendo en una caricatura de sí mismos, cómo fueron empobreciendo hasta conocer el hambre, el real, no el performático que se proyecta en edificios. La inflación que a la izquierda le parece tan teórica y ajena lleva demasiado tiempo asfixiándolos de una manera bien poco teórica. 

Me costaba entender porqué votaban siempre por los mismos desde mi “privilegio” de chilena criada en una democracia que funcionaba. Y es que todo era peronismo, un poquito más acá o allá, pero todo peronismo, y cuando se depende del Estado como cliente o parte de él es muy difícil desenchufarse de esa matrix. 

Pausa ahí y vamos a Santiago de Chile, 2023, fría mañana de julio; yo, que fui criada para no hacer fila por nada, figuraba en una fila escuchando conversaciones e inspeccionando a los asistentes. Gente joven, primer año de universidad, bien ñoños, apuesto por ingeniería, algunos con sus padres, conversaciones bien sesudas. Sentí esperanza. Algunos amigos me topé, o sea, lo que la ola frenteamplista no se llevó de mi generación, sin desórdenes, todos bien portados. Íbamos a ver a Milei en conversación con Axel y estaba toda la crema y nata de la fachosfera. 

¿Por qué? ¿Qué tiene Milei? Es un economista, que habla de economía incluso en sus discursos bien gritados. Cita autores que antes pocazo se escuchaban en la televisión argentina y latinoamericana, si me apuran. Es muy argentino, hay que entender eso. El hablar calmo y pausado cuando se debate solo contra 7 adversarios en Argentina es una imposibilidad y un acto de valentía enorme, porque Milei no se entrega. No se disfraza de nada y entiende que ganar solo tiene sentido si es con las ideas propias. Su defensa de la libertad tiene una raigambre moral que no admite un punto medio. Si en Chile la tibieza frente a la izquierda desatada es poco sexy, figúrense en Argentina, donde los efectos de décadas de políticas ruinosas se ven, se escuchan y se huelen. Milei habla de estética, de moral, no solo de cifras y tecnicismos, porque entiende dónde está la pelea por las conciencias y el alma de los argentinos. Remecer la mente con ideas, hablar del glorioso pasado argentino, de volver a ser lo que en justicia merecerían por sus paisajes naturales y humanos, y hacer todo eso con pasión, sin pedir perdón por ser de derecha, eso es la revolución de Milei. Una revolución que además le habla harto a los hombres jóvenes, un poco como Jordan Peterson. Cosa que tras años de un esfuerzo deliberado por castrarlos, a mí me parece perfecto, es bueno pa’ todos, todas y todes. #quevuelvanloshombres

Desde luego que la prensa y la academia están haciendo pucheros. Porque no es el estilo correcto, porque el hombre es gritón, parece desquiciado, etc. Algunos con la soltura corporal que les conocemos se han atrevido a comparar la Argentina actual con la Alemania de los años 30… te juro. Porque ultraderesha, porque sale gratis decir algo así de alguien de derecha, porque el monopolio del victimismo está al otro lao’. Ahora, anda a decirle comunista a un comunista… o que adhieren a una ideología asesina… ahí te sacan que en Chile nunca y bueno, hay una gran diferencia entre ser un fracaso y ser inocente.

Por otra parte, la elite progre de izquierdas y derechas que flota sobre nosotros como una nube enojada, encuentra atroh, están atacaoh, porque populismo…. Y vamos ninguneando a los votantes. Un populista super raro sosi, que habla de trabajo duro y de efectos a 30 años, no pa’ pasado mañana. Como dijo un populista super famoso, “sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”… ¡cuek!

Esta pitonisa no sabe qué pasará en octubre, pero sí les puedo decir que esa fría mañana de julio en Las Condes yo sentí en mi ovario izquierdo que Milei iba a ganar. De cualquier modo, lo que ha hecho, lo que ha logrado, ya es mucho; ya tiene a generaciones de argentinos pensando de una manera distinta, sintiendo que un mundo mejor es posible, difícil, pero posible, y eso es muchísimo. Espero que Argentina pueda ser un faro de libertad en este pobre continente empobrecido y que de a poco se escuchen más rugidos que balidos.

K-Sandra

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