El año 2013 difícilmente se volverá a repetir para la industria de automóviles nuevos. Ese año, con ventas que se aproximaron a las 380 mil unidades, será recordado por ser el de mayor volumen que se tenga registro. A partir de entonces, y en línea con la desaceleración que está experimentando la economía, las ventas han caído sostenidamente. Este año se venderán alrededor de 279 mil unidades, lo que implica una estrepitosa caída de 17% respecto del año anterior y proyectamos que el próximo año las ventas volverán a caer hasta las 257 mil unidades, es decir, un 8% menos que la proyección para el cierre de este año.

Hay una serie de factores que permiten explicar el ajuste que enfrenta esta industria y que están llevando a las ventas a mínimos desde el año 2010. Estimamos que el principal factor es el alza del tipo de cambio, que ha significado un aumento del precio de los autos nuevos, en su totalidad importados. Este mismo factor ha incidido en un aumento del dinamismo de las ventas de automóviles usados, que estimamos cerrarán este año con un no despreciable crecimiento de 6%. El segundo factor relevante para explicar la caída de las ventas es el deterioro de la confianza de los consumidores, que está frenando las decisiones de compras de bienes durables en un entorno económico más incierto y con perspectivas de deterioro del mercado laboral. Por su parte, las condiciones de oferta de crédito se han hecho menos favorables y la demanda de créditos para comprar este tipo de bienes se muestra menos dinámica.

Para el próximo año proyectamos una nueva caída de las ventas de automóviles nuevos. Esta proyección se basa en el supuesto de mantención de un tipo de cambio depreciado, al que se sumarían un deterioro adicional de las condiciones financieras y un aumento del desempleo. De acuerdo con estimaciones de la industria, las compañías no han podido traspasar el aumento del tipo de cambio a precios, de manera que con los valores actuales del dólar hay un traspaso pendiente de entre 8% y 10% que deberíamos ver a partir de enero del próximo año. Es decir, los precios de los automóviles nuevos seguirán subiendo aun sin una depreciación adicional del peso.

Con todo, la proyección para el próximo año tiene riesgos a la baja, ya que considera entre otros supuestos que la economía crecerá en torno a 2%, que la confianza de los consumidores iniciará un gradual camino de recuperación y que el peso no continuará perdiendo valor frente al dólar. No podemos descartar que la economía crezca menos de 2% el próximo año y aún no vemos señales concretas que nos permitan asegurar que la confianza de los consumidores se va a recuperar, especialmente si el desempleo sube el próximo año como proyectamos.

 

Hermann González, Economista Principal BBVA Research.

 

 

FOTO: FRANCISCO FLORES/AGENCIAUNO

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