Cuatro reos mapuche están en huelga de hambre desde hace algunas semanas  en La Araucanía. Se autocalifican como “presos políticos” y pretenden, entre otras cosas, ser trasladados a un CET (Centro de Educación y Trabajo), que es un recinto penitenciario de carácter semi-abierto en donde los internos se capacitan y trabajan, y por esto reciben una pequeña remuneración.

Hoy quiero centrarme en uno de estos reclusos en huelga: Luis Marileo, comunero mapuche condenado a 10 años de cárcel por asesinato. Es necesario recordar que hace poco  este criminal ya consiguió ser acomodado en un CET (gracias a otra huelga de hambre con la que forzó a nuestras indulgentes autoridades de gobierno y que derivó en un despilfarro de casi 400 millones de pesos para poder recibirlo allí). Sin embargo, meses después fue enviado de regreso a la cárcel de Angol por mala conducta (riñas con otros internos e incluso una golpiza a un funcionario de Gendarmería).

Es de esperar que Luis Marileo no consiga torcerle la mano a quienes ya se dejaron presionar anteriormente, y que estos últimos le recuerden que él no cumple condena por ser un “preso político”, sino que está privado de libertad por la muerte de un hombre de origen mapuche, por el asesinato de don Héctor Gallardo Aillapán, un parcelero trabajador y padre de familia que perdió la vida por culpa de quienes creen en la violencia como opción de lucha.

Sería otra muy negativa señal de este gobierno si se deja doblegar de nuevo por el mismo delincuente. Las medidas de presión que utiliza Marileo son inaceptables y, en consecuencia, no se le debe otorgar ninguna clase de privilegios, dada la gravedad del delito por el que está cumpliendo condena. Sería una burla para la familia de don Héctor Gallardo si finalmente Marileo consigue su objetivo de ser reacomodado en otro centro penitenciario y que, más encima, recibiera una remuneración por estar allí, dinero que incluso, tal vez, podría ser mayor al de otros reos, porque, en definitiva, si ya antes se le han dado beneficios ilegales (para postular al CET, a los reclusos le deben quedar menos de 3 años de condena y en el caso de Luis Marileo le quedan más de 7 por cumplir), entonces no es descabellado considerar eventuales acuerdos, que nunca fueron informados a la opinión pública, como parte de la negociación que puso fin a su anterior huelga de hambre.

Por tal motivo, además de negarle el traslado de manera tajante e irreversible, sería conveniente que, en pos de una total transparencia, se divulgue si Luis Marileo recibió o no remuneraciones en su paso previo por el CET y, de ser así, a cuánto correspondieron dichos montos. Sería insólito y un escándalo que con platas de todos los chilenos se le hubiese estado pagando a un reo al cual la justicia condenó por homicidio.

 

Alejandro Martini, Movimieto Paz en La Araucanía.

 

 

FOTO: HANS SCOTT/AGENCIAUNO

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