La historia conocida, que abarca unos 6.000 años, registra numerosos casos en que pueblos de una determinada cultura invaden y conquistan territorios ocupados por pueblos de una cultura diferente. Ese escenario siempre ha evolucionado según tres patrones muy definidos. En los casos en que la cultura del invasor es notoriamente más compleja y evolucionada que la del derrotado, se produce un lento mestizaje durante el cual el pueblo sometido va adoptando la cultura del invasor hasta que la propia perece y solo deja algunos resabios tradicionalistas. El caso más emblemático y notorio es el de América enfrentada a la conquista europea.

Por otra parte, cuando la cultura del invasor es inferior en evolución a la del derrotado, se ralentiza el mestizaje pero finalmente el amo adopta la cultura de sus siervos y se crea una cultura mixta en que predomina la de éste. El caso más representativo de ese escenario es el de la Europa Occidental romanizada ocupada por los bárbaros germánicos. 

Finalmente, se ha dado el tercer escenario en que las culturas de invasores e invadidos son de parecido calibre. En este caso, el mestizaje se hace casi nulo, la cultura de los sometidos sobrevive y lucha por prevalecer y el invasor incurre inexorablemente en una política de eliminación del pueblo sometido. Es, ciertamente, el caso más complicado y de oscuras consecuencias.

La eliminación progresiva del pueblo vencido, siempre se compone de una parte que se resuelve por emigración y otra parte que se resuelve por exterminio físico. El caso típico de este escenario ha sido el de la mayoría de las tribus primitivas americanas que han terminado extinguiéndose del todo.  En algunos casos ha dado por resultado la creación de diásporas del pueblo derrotado en otras partes del mundo o, peor aún, en la creación de enclaves en la antigua patria que subsisten siempre discriminados y acosados. Este es el trágico caso del pueblo armenio bajo la dominación musulmana.

Todo lo anterior es lo que hay que tomar en cuenta imprescindiblemente para comprender y buscar soluciones a la situación que se vive en Palestina. Allí, el pueblo de Israel está en el proceso de eliminar del todo a la población palestina que antes dominaba ese territorio. Ambos pueblos están dotados de poderosas culturas que ciertamente no son ‘mestizables’. Para peor, el estado judío es de tipo confesional, de modo que el mestizaje se hace imposible y no es concebible la solución de otorgarle igualdad de derechos al pueblo sometido. 

¿Por qué se ha llegado a este escenario? Porque el pueblo judío se convirtió solo en diásporas dispersas durante la época romana y el pueblo palestino se consolidó en ese territorio tras la conquista musulmana. Entonces, y con la ayuda de las potencias occidentales (esencialmente Inglaterra y Estados Unidos), el pueblo judío recuperó su antiquísima patria y puso al pueblo palestino en la situación de ser lentamente extinguido del todo para subsistir solo en calidad de diásporas dispersas. 

Por una parte, es imposible negarle al pueblo judío su derecho a una patria propia. Tras muchos siglos de exilio, es numeroso, poderoso y su deseo de recuperar Palestina no sólo es comprensible, sino que es perentorio. Pero los mismos atributos le corresponden al desplazado pueblo palestino, de modo que la pugna que existe (y ha existido desde la creación del estado de Israel), será ciertamente inextinguible hasta que el pueblo palestino que queda en ese territorio desaparezca del todo. 

Ahora bien, la historia nos ha demostrado que la única forma de incorporar definitivamente al territorio de una cultura lo que fue territorio de una cultura igualmente potente ha sido la desaparición física del antiguo propietario del territorio. Es lo que ocurrió con la población romanizada del norte de África y la eliminación de musulmanes y judíos en la España reconquistada. Esa eliminación ya ha ocurrido en gran medida en el caso palestino, pero afortunadamente lo ha sido hasta ahora principalmente en base a la emigración, como que ya las diásporas palestinas son multitudinarias en varias partes del mundo. 

Lo que hay que evitar ahora es que el resto termine siendo eliminado por genocidio, lo que ciertamente es perfectamente concebible en las mentes de estadistas judíos del tipo de Netanyahu. En este escenario, las acciones terroristas como las emprendidas por Hamas no solo son injustificables, sino que son estúpidas, puesto que facilitan la política de exterminio final que seguramente reside en gran parte del pueblo de Israel.

¿Cómo negarle al pueblo palestino su derecho a reconquistar su patria y encontrar la paz en lo que fue su hogar durante catorce siglos? ¿Cómo negar a ese pueblo su derecho a una vida tranquila y con oportunidades?  Eso hace tan compleja la solución del problema palestino, porque es el choque entre dos culturas, dos pueblos muy evolucionados y dos religiones igualmente poderosas. 

No solo es difícil tomar partido por nosotros los felizmente neutrales en esta pugna. Pero eso no impide que tengamos el deber de colaborar en la dificilísima búsqueda de una solución humanamente consecuente con nuestra propia evolución y cultura. Somos un país pequeño y sin gran proyección internacional, pero tenemos una voz que se escucha en las asambleas del mundo y es allí donde podemos y debemos plantear nuestro deseo de ese imperioso ajuste. Entretanto, solo nos cabe acoger al pueblo palestino en la mejor forma que podamos porque en este conflicto es la víctima injusta.

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2 Comentarios

  1. Me parece un planteamiento razonablemente equilibrado que debiera ser considerado antes de adoptar medidas que parecen acercarnos a una toma de partido sumándonos a la mayoría, aunque esto último sea más cómodo y popular.

  2. Sr. Saenz, Ud. insiste en que Israel lo que pretende es eliminar a los palestinos cometiendo un genocidio. Realmente es inentendible que Ud. siga incurriendo en tamaña falsedad y fabulación. La guerra en que está Israel es una guerra «existencial», no una guerra genocida como Ud. asegura, porque Hamas, con la venia de Irán, es el que pretende aniquilar a Israel y que desaparezca del mapa.
    Le voy a contar algo que ocurrió el 3 de octubre de 2023 en Teherán. Ese día, llegó al escenario de la Conferencia Internacional sobre la Unidad Islámica el Ayatola Ali Jamenei, de 84 años, donde elogió la «Yihad en todas sus formas» y terminó su discurso con estas palabras: «Con la ayuda de Dios, el cáncer sionista será erradicado para siempre, por manos del pueblo palestino y por las fuerzas de resistencia en toda la región». Curiosamente 4 días después de sus palabras, Hamas cometió la brutal masacre por todos conocida.
    Cómo talvez no considere esto importante, fíjese que Hezbollah ya tiene la venia de Irán para incrementar las hostilidades contra Israel, después que se reunieran recientemente Hassan Nasrallah, con el Comandante Esmail Qaani del Cuerpo de las Fuerzas Revolucionarias Iraníes.
    Ud. plantea “¿Cómo negarle al pueblo palestino su derecho a reconquistar su patria y encontrar la paz en lo que fue su hogar durante catorce siglos?” ¿Catorce siglos? Pero de donde saca eso. Solo para reiterarle algo que ya le comenté en otra columna suya del mismo tenor; el primer templo de Jerusalén, o sea, el primer templo judío se construyó bajo el reinado del Rey Salomón en 957 AC, y fue destruido por los babilonios entre el 510-515 AC. Y el Muro de los Lamentos son los restos del segundo templo construido en el año 19 AC. Entonces, de qué hogar palestino durante 14 siglos está hablando.
    Ud. insiste ¿Cómo negar a ese pueblo su derecho a una vida tranquila y con oportunidades? Pero si la división de palestina en dos ESTADOS después del mandato británico la determinó la ONU, y los árabes se negaron a aceptarlo y reconocer la existencia de Israel. ¿Y quiénes iniciaron la guerra contra la naciente Nación Israelí para botarla al mar como decía Nasser? Entonces, Ud. al decir que no se le puede negar el derecho a los palestinos a reconquistar su patria (¿?) está aprobando las intenciones de Hamas de aniquilar a Israel. No entiendo que diga que Israel tiene derecho a tener un Estado, pero al mismo tiempo diga que los palestinos tienen derecho a que Israel no exista.
    Por lo demás, ¿sabe que ha habido siete intentos de llegar a un acuerdo con los palestinos y siempre los han rechazado? ¿Sabe que Hamas negó los acuerdos de Oslo y le pidió a la AP ya en 2012, anularlos y adoptar la estrategia de conflicto armado? ¿Sabe que Hamas expulsó a Al Fatah de Gaza y tomó control de la franja? ¿Sabe que Ehud Barak, ex PM Israelí, le ofreció a Yaser Arafat en Camp Davis con Clinton de Presidente, hasta Jerusalén oriental como capital? ¿Y qué hizo Arafat? Llego a Ramallah y abortó los acuerdos.
    Es muy curioso que se pretenda hacer creer que este es un problema de los dos estados, cuando no tiene nada que ver. Este es un problema religioso por parte del fundamentalismo islámico que no tolera la existencia de un estado judío. ¿Sabe que en las escuelas en Gaza le enseñan a los niños que Israel no existe, que la yihad es lo más relevante y que morir por deber religioso es lo más importante, porque serán Shahid (mártires)?
    Finalmente ¿No le llama la atención el cantito FROM THE RIVER TO THE SEA, PALESTINE WILL BE FREE? ¿No le dice nada? ¿No cree que eso demuestra claramente que le están negando a Israel la posibilidad de existir y que se está de acuerdo con Hamas para borrar su presencia del mapa?
    Israel no es un estado genocida. La guerra que lucha no la buscó, no la quiere, pero está obligada a combatirla porque de ella depende ni más ni menos que su existencia.

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