Entre el Wallmapu y el Consejo de Seguridad Nacional (Cosena) ha pasado mucha agua bajo el puente. Querían devolver a los militares a sus cuarteles para sólo sacarlos cuando llegaran a La Moneda y alegaban que el Cosena sería únicamente una píldora para luego convocarlo a una reunión que asesore sobre el despliegue de militares bajo el proyecto de infraestructura crítica. Idas y venidas que sólo han contribuido a que los chilenos pierdan la credibilidad y confianza en que nuestros líderes podrán avanzar en solucionar la inseguridad en el país.

En ese contexto, la convocatoria del Cosena tiene un efecto comunicacional que no es más que eso y que esconde la verdadera discusión: el desarrollo de una arquitectura de seguridad que sirva de paraguas donde se integren las distintas iniciativas legales que se discuten hoy en el Parlamento.

Infraestructura, Inteligencia, Ministerio de Seguridad Pública y Antiterrorismo han sido los proyectos priorizados para el regreso del receso legislativo. Si bien hoy es la infraestructura crítica la que llama al Cosena, la verdad es que el Ministerio de Seguridad Pública y la inteligencia son prioritarios, pues, de los 31 proyectos propuestos en abril de 2023, estos dos son los que permiten construir esa arquitectura de seguridad tan necesaria.

Militarizar el territorio nacional con la excusa de la infraestructura evidencia que el problema ya no es de seguridad pública, sino que de seguridad nacional y esto, no porque las instituciones a cargo no puedan trabajar en ello, sino que, más bien, porque la conducción política no ha sido capaz de elaborar una estrategia real que dé resultados positivos.

Estas deficiencias no serán solucionadas por militares desplegados a lo largo de Chile. Su misión no es esa y los riesgos que conlleva son diversos. Además, la crisis de seguridad pública debe responderse con las instituciones a cargo de ella, fortalecerlas y modernizarlas es fundamental.

Hoy, Chile requiere de un ente coordinador dotado de poder para ello, que permita integrar el trabajo de todas las instituciones, servicios y unidades relacionadas con la seguridad, que se nutra de un sistema de inteligencia que provea información relevante para la toma de decisiones y que conduzca políticamente la seguridad. De ahí que la discusión sobre el nuevo ministerio y el sistema de inteligencia sea tan relevante.

Sin embargo, debe incorporar aspectos técnicos que definan muy bien el rol y misión de cada uno con el fin de disminuir al máximo los errores en los proyectos. Además, en el caso del Ministerio de Seguridad la pregunta que cabe plantear tiene relación con el nivel que ostentará entre sus parece. Esta institución debe estar sobre ellos para contar con el poder real de coordinarlos.

Sin una agencia con poder real de coordinación y un sistema de inteligencia del más alto nivel, será muy difícil construir la arquitectura de seguridad que tanto necesitamos y las convocatorias a consejos, comités y mesas de trabajo no será exitosas.

Investigadora Athenalab. Experta en seguridad, narcotráfico y defensa

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1 comentario

  1. Los miembros del Cosena que se reunirán el lunes 8 (cuyo objetivo es —según el presidente Boric— “recibir aportes y comentarios acerca de la mejor forma de implementación del proyecto de infraestructura crítica”) deberían tener en consideración el hecho de que los militares no podrán resguardar eficazmente instalaciones de la infraestructura crítica si quedaren restringidos para usar sus armas letales solo en casos de legítima defensa, cuando esté en riesgo la vida de personas. En tal caso quedarían sin capacidades disuasivas o represivas y solo podrían actuar como meros espectadores de los terroristas que se apresten a cometer o que estén cometiendo ataques contra tales instalaciones.
    Adolfo Paúl Latorre
    Abogado
    Magíster en ciencia política

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