Una teleserie está resultando la elección de los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que ha sido salpicada por denuncias de fraudes e irregularidades, lleva más de una semana y aún se desconoce quién ganó, aunque el candidato socialista Arturo Martínez se declaró vencedor ante la actual presidenta comunista Bárbara Figueroa.

El vicepresidente Nolberto Díaz presentó ante el Colegio Electoral Nacional una lista con 16 irregularidades y se anuncia que el proceso se llevará a los tribunales electorales ya que el de la CUT no da confianza porque está en manos de Martínez, quien tiene la mayoría con ocho de los 15 votos. Los restantes siete están en manos de Figueroa. “Toda irregularidad tiene que ser investigada. El Colegio Electoral ha sido incapaz de llevar adelante un proceso ordenado”, dijo Díaz, quien se ha enfrentado al duopolio Figueroa-Martínez, que llevan una feroz lucha por la presidencia.

La CUT es la agrupación sindical más relevante del país, aunque apenas tiene 700 mil asociados, lo que representa el 8,8% del universo de trabajadores del país que asciende a 8 millones. El 68% de los empleados chilenos no está asociado a ningún sindicato.

Los vicios detectados por los propios participantes  se podrían agrupar en tres tipos: los sindicatos “Michelin”, las cotizaciones simuladas y las nóminas secretas.

Los sindicatos “michelín” que inflan el número de afiliados

En el  mundo sindical se denomina así a los sindicatos que inflan el número de asociados. Los que más utilizan esta práctica son los que están vinculados a los sectores portuario, agrícola, construcción y los trabajadores por cuenta propia en Santiago, principalmente.

Los temporeros y los obreros de la construcción tienen empleos temporales pero los inscriben en sindicatos en forma permanente. También se han detectado sindicatos que triplican o cuadruplican el número real de afiliados utilizando padrones o registros falsos, según denuncian líderes sindicales a este diario.

Por ejemplo, detallan que una confederación de trabajadores de puertos dice tener 6 mil trabajadores cuando en realidad son 1.200.

Otra confederación acusada de inflar el número de asociados apunta al propio padre de Bárbara Figueroa, José Figueroa, que se desempeña como tesorero de la Confederación Campesina Ranquil, y  a quien la prensa denomina “el Stalin de Ranquil”.

Como tesorero es responsable de pagar las cotizaciones a las organizaciones mayores y, por lo tanto, a la CUT. Según los datos del Sistema de Relaciones Laborales de la Dirección del Trabajo, hasta el 24 de agosto del año en curso esta confederación contaba con 6.773 afiliados y en el padrón entregado por el colegio electoral de la CUT es de 24.846. Es decir, pagando las cotizaciones, en un día aumentaron en 18.073 socios, según publicó el sitio web “La Izquierda diario”.

En su organización base, el Sindicato de Trabajadores Transitorios y Urbanos Pedro Díaz Martínez, el padrón era de 50, según la Dirección del Trabajo, y de 249 según la nómina de la CUT, cifra que es justo el límite con la cantidad de afiliados para 3 dirigentes.

Las cotizaciones simuladas

Esto nos lleva al segundo vicio de las elecciones de la CUT: las cotizaciones simuladas, ya que se pagan las cotizaciones de trabajadores independientes para hacer parecer que tienen más asociados.

Todos saben que en la CUT se vota por lo que se paga y no por lo que se tiene. El que tiene plata paga las cuotas sindicales de miles de trabajadores para ponerlos al día, y con eso basta para que se acrediten los votos”, confiesa un líder sindical a este diario.

Ello explica que el padrón electoral haya estado apenas dos días antes de la votación y no tres semanas antes como establecen los estatutos de la CUT, o que en nueve ciudades del país no se haya podido votar el jueves 25 porque aún no estaba la información disponible.

También ha habido denuncias que dicen relación con listas en que no estaban todos los candidatos, dirigentes que no podían votar y otros que son desconocidos, y padrones con nombres cambiados.

“Hay gente que presenta organizaciones de dos mil trabajadores que no existen en ningún lado. Vienen cuatro dirigentes y vota cada uno por 500 trabajadores”, denuncia otro dirigente sindical que participa en el proceso.

Las nóminas secretas

Las situaciones antes descritas se producen por el secretismo que afecta a la Central Unitaria de Trabajadores, que no entregan información pública sobre las nóminas de las personas sindicalizadas.

“Con la libertad sindical y la autonomía nadie puede revisar los padrones de la CUT. No puede ser, eso es irregular. Hasta los partidos políticos están fichados por ley. Los padrones de los partidos son públicos porque reciben financiamiento legal. No es lo mismo un partido que tiene 25 mil o 2 mil militantes. Por qué la CUT tiene que evitar que sus padrones sean públicos”, alega un dirigente sindical.

¿Cómo elige la CUT a su presidente?

Tema aparte es el cuestionado sistema de votación indirecta que tiene la multisindical para escoger a su máxima autoridad. En la CUT “no existe la elección directa de autoridades bajo la consabida fórmula una persona, un voto. En cambio, los sufragios tienen una ponderación distinta, que resulta de la división del número de asociados de una organización, por el número de dirigentes de la misma. Por ejemplo, si un sindicato de trabajadores tiene 450 socios y tres dirigentes, cada sufragio equivale a 151 votos”.

Si bien se ha tratado de cambiar el sistema por uno de sufragio universal, no se ha podido. Como muestra, en abril de 2011, en el 9º congreso del organismo, la idea fue rechazada por 715 votos contra 32.

Si se analizan los resultados del proceso electoral de 2012, salta a la vista una situación paradójica: La CUT, que históricamente exigió el fin al sistema binominal para elegir a los parlamentarios, escogió como presidenta a Bárbara Figueroa con 74.422 sufragios, casi 30 mil votos menos que Arturo Martínez (103.530 sufragios), que fue la primera mayoría nacional pero que iba en otra lista.

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