“El magma de compulsiones identitarias confluyó en el diseño de una estructura que nunca fue ni podía ser una Constitución para convivir en democracia, sino una plataforma de poder de raíz autoritaria, destinada a reproducir, en escala nacional, el modelo de la Convención y, por supuesto, con un liderazgo semejante. Era algo así como la vía constitucional a la revolución”. Con estas palabras el analista político Sergio Muñoz Riveros caracteriza el anterior proceso constituyente.

Por su parte, el exministro Gerardo Varela, en una misma línea, plantea: “El proyecto que rechazamos les devolvía el protagonismo a los políticos y los transformaba en los árbitros de todas las discusiones importantes del país. El Estado crece a costa de la sociedad civil. Eso lo hace extrayendo recursos de todos y devolviéndolos a algunos. Eso se llama poder y el objetivo de esta nueva Constitución debe ser limitar el poder, no ampliarlo, porque el Estado para darnos todo primero nos tiene que quitar todo, incluyendo nuestra libertad”.

Esto es parte de la presentación que hicieron del libro “4/9 El Rechazo de Chile” (Ediciones USS), de los autores Marcela Cubillos, Gonzalo Arenas, Jaime Abedrapo, Ana Luz Durán, Cecilia Morán y Eugenio Yáñez.

Sergio Muñoz y la “transición impura”

Parte del análisis de Muñoz es repasar lo acontecido en el estallido, cómo la democracia estuvo en peligro  y los desafíos que se vienen en el nuevo proceso. “Lo decisivo es recuperar la decencia y el civismo, erradicar las malas prácticas, combatir la corrupción y poner las instituciones al servicio del bien común. Sobran las evidencias de que la democracia puede ser socavada desde dentro”.

Además, defiende las bondades de la “transición impura” al explicar cómo la Constitución del 80 fue reformada desde el 89 tras el plebiscito del 88 y de qué forma, tras el retorno de la democracia, los distintos Presidentes la siguieron perfeccionando.

“¿Quiere decir, entonces, que en Chile hubo una transición que podría calificarse de impura? Efectivamente, y es probable, que allí radique su cualidad, no su defecto. Transición impura, sin duda, o sea realista, terrenal, fuera de norma, y gracias a ella, el país evitó nuevos enconos y nuevos desgarramientos. Fue la vía de la paz interna y del compromiso de las FF.AA. con la reconstrucción del régimen de libertades. En el camino, el texto de 1980 cambió sustancialmente y se convirtió en el soporte de la institucionalidad democrática y del progreso económico y social”.

Pincha acá para leer la presentación completa de Sergio Muñoz Riveros.

Gerardo Varela y la Revolución en Chile

El exministro y columnista Gerardo Varela repasa los “peligros” del texto ampliamente rechazado en el plebiscito del 4 de septiembre del año pasado y, tal como Muñoz, entrega luces para el nuevo proceso constitucional.

Con esta palabras comienza su presentación: “Neruda decía que los chilenos éramos tan legalistas que en Chile no habría revolución hasta que no se publicara en el Diario Oficial. Y creo que mucha razón tenía el poeta. Por eso en Chile vivimos una revolución que pretendió terminar publicada en el Diario Oficial a través de la promulgación por el Presidente de la República de una Constitución revolucionaria”.

Sobre el texto rechazado, subraya: “Todos los derechos quedaban condicionados y subordinados a conceptos ambiguos, vagos e imprecisos que serían interpretados por el poderoso de turno, que no estaría sujeto al control de tribunales independientes, porque los jueces quedaban sometidos al poder político. Todo lo cual tenía una gran excepción, que eran los pueblos indígenas que básicamente podían hacer lo que quisieran en lo de ellos e intervenir o derechamente vetar lo que quisiéramos hacer el resto de los chilenos con lo nuestro”.

Y ante el nuevo proceso, advierte: “El dilema ahora estará dado sobre si construiremos una Constitución que fortalezca el Estado y la política o una que restrinja su poder y le asigne la responsabilidad a la sociedad civil. Esta, entonces no es una discusión entre derecha e izquierda necesariamente, sino que entre la política y la civilidad”.

Pincha acá para leer la presentación completa de Gerardo Varela

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