El miércoles el ambiente del Consejo Constitucional se enturbió. Unidad para Chile (PS, RD, CS, PC y pueblos originarios) emitió un duro comunicado de prensa al mediodía, donde llamaba al Partido Republicano y a Chile Vamos a bajar “la totalidad de las enmiendas presentadas”. Este balde de agua fría derivó en una mesa de negociación que duró hasta la madrugada y que terminó con otro baldazo aún más congelado, pues el oficialismo insistió en retirar 15 artículos ya aprobados para comenzar a negociar otros 26 y la mesa se quebró. Según cercanos al proceso, este desencuentro revelaría lo que para una parte de la derecha es un secreto a voces: que la izquierda quiere desconocer y “deslegitimar” el proceso.
Esto, dicen dentro del organismo, porque esa madrugada la derecha estuvo dispuesta a ceder tanto en esos 15 puntos, que incluso provocó escozor y críticas dentro de las propias filas del sector. Sin embargo, ni siquiera esa voluntad fue suficiente y la izquierda exigió aún más sacrificios «sin dar nada a cambio», criticaron.
“Si uno revisa todas las declaraciones de prensa de gente izquierda entre enero y mayo, todo el mundo decía que el Consejo debía tener la última palabra, que tenía que ser un órgano electo hasta que les empezó a ir mal en las encuestas y ayer resulta que los propios consejeros electos de izquierda llaman a bajar las enmiendas. O sea, dijeron ‘desentendámonos del mandato que nos dio el Congreso y el mandato que nos dio la ciudadanía’ (al quedarnos sólo con el texto de los expertos)”, dijo una de las personas cercanas a las negociaciones, agregando que “aquí no hay disposición a hablar, sino a imponer”.
Para otros asesores del sector, esto no es novedad y dicen que la izquierda “siempre dijo que iba a rechazar el ‘mamarracho republicano’” y que su “estrategia es decir que el texto está muerto y hay que casarse con el Rechazo”. Otro de los consultados opinó que los consejeros oficialistas realmente se sienten «excluidos» del texto, por lo que ahora ven que ponerle la firma a la propuesta «es un error político, una complicación para la izquierda», por lo que intentarán hacer lo mismo que la derecha en el proceso anterior: comenzar a comunicar masivamente todos los errores plausibles para que el texto se rechace.
Radicalización de comisionados y asesores
Donde hay coincidencia es en una diferencia de actitud entre los consejeros de Unidad para Chile y sus asesores y comisionados expertos. Personas que han estado presentes en las negociaciones de estos días afirman que los primeros son dialogantes, mientras que los segundos son “intransigentes”.
“Es muy llamativo porque yo pienso que aquí pasa algo un poquito más aguas arriba. No sé influido por quién. No sé si son los expertos acá los que están influyendo en sus presidentes de partidos o es al revés, pero a me parece que aquí no se quería mostrar mucha voluntad de acuerdo de cara al 11. Creo que ellos formalmente siguen aquí, pero yo sí creo que el gesto de ayer es directamente un ánimo de desconocer el rol del Consejo y no solo desconocerlo, sino que de torpedearlo y eventualmente deslegitimarlo, al punto que llaman a renunciar a todas las enmiendas, o sea, a que el Consejo no va a superar. Y eso es impresentable en un colectivo”, dijo uno de los consultados por El Líbero.
Mientras, otro sostuvo que pareciera que asesores y expertos van por una línea y los consejeros oficialistas por otro: “Da la impresión de que no están en la misma sintonía”.
Como sea, eso es lo que habría generado que entre los acuerdos y el voto exista un espacio insalvable de último minuto.
Consultada al respecto la integrante de la Comisión de Expertos por la UDI, Natalia González, en Mirada Líbero, sostuvo que “me parece que hay un ánimo diferente entre unos y otros para aproximarse a esta discusión, cuestión que me resulta inexplicable y lamentable”.
«La derecha estuvo dispuesta a corregir»
Natalia González aseguró que la derecha estuvo dispuesta a corregir y ceder en todo lo que les pidieron en la mesa del miércoles, por lo que el nivel de “desconfianza” que ha mostrado la izquierda no se justifica. Además, recordó que “los consejeros de derecha no sólo tienen tres quintos, sino dos tercios de los votos, por lo que si hubiésemos querido ‘pasar máquina’ lo podríamos haber hecho”, sin embargo existen “lecciones aprendidas” del proceso anterior que no buscan repetir para poder consensuar un texto que sea aprobado, manifestó ayer en Mirada Líbero, donde afirmó que “había un muy buen ambiente, muy buena disposición. Entonces a mí me sorprende y me decepciona, me entristece un poco la verdad, lo que ocurrió porque me parece una señal compleja, de intransigencia, que no tiene mucha explicación de cara al tremendo desafío que tenemos por delante”.
El vicepresidente del Consejo Constitucional y consejero del PS, Aldo Valle fue medianamente optimista tras el impase. «Yo creo que en Unidad para Chile tenemos el acuerdo muy claro de perseverar en el proceso en el sentido de que el día 7 de noviembre nosotros vamos a decir ‘lo logramos o hicimos el esfuerzo y no lo logramos, esta es nuestra opinión sobre el texto’, pero en ningún caso hay aquí una situación terminal, algo así como un quiebre que significa que el proceso queda paralizado, porque eso no va a ocurrir», dijo en Emol TV.
Mientras, el consejero UDI Arturo Phillips, afirmó a El Líbero que la izquierda “tiene la oportunidad de reconsiderar el veto arbitrario que impusieron los comisionados expertos ayer en la madrugada para entrar a conversar y entender que ahora en estos momentos de votaciones, los temas que más aquejan la ciudadanía como la propiedad del fondo de pensiones, salud y educación, son temas en los que no nos podíamos encontrar y para eso dos personas son las que deben sentarse a conversar y no sólo una parte y esperamos que ellos el Pleno reconsideren el requisito que admisibilidad que pusieron ayer (miércoles)”.
Las votaciones en las comisiones terminarán el sábado en la madrugada. Luego irán a revisión y pasará al Pleno a fines de la próxima semana.