En medio de un ambiente tenso entre el Partido Socialista, su directiva y el comando presidencial de Paula Narváez, la posibilidad de que la candidatura de la ex vocera de Michelle Bachelet despegue se hace cada vez más difícil.

Este sábado por primera vez se reunieron los parlamentarios del PS con la abanderada en lo que habría sido un «encuentro fallido». Según relata La Tercera en el ambiente predominó la tensión y las recriminaciones entre los presentes, así como también las críticas de los congresistas ante la «ausencia de un diseño político en su campaña y una falta de capacidad para instalar temas en la agenda».

La ratificación de Narváez como candidata por el Partido Socialista fue rápida y ostentosa, pero no así su crecimiento en las encuestas o su protagonismo en la opinión pública. Hay quienes apuntan al desconocimiento de la abanderada como una de las razones, pero las críticas más directas van hacia la poca experiencia en su comando de campaña que al contrario de fortalecerse, se ha ido derrumbando como castillo de naipes y que en medio de la «guerra civil» entre su equipo y el partido es difícil que se constituya.

El último hecho que demuestra los conflictos en la interna queda graficado en una filtración que surgió desde el interior del partido contra uno de los miembros del comando del área programática, Gabriel Alemparte. Específicamente se quiso revivir un lío judicial contra él que se resolvió a su favor. De hecho, Alemparte le habría dicho a su círculo cercano en los últimos días que estaría reflexionando sobre la opción de dejar el comando de Narváez.

Su salida no sería la primera baja que enfrentaría la ex vocera en cuanto a su equipo más cercano más bacheletista ya que desde su proclamación unánime, a fines de enero, ya hay dos miembros que han abandonado y los problemas con el partido se han acentuado por el difícil momento de su candidatura y por los conflictos en que se ha visto envuelto el PS, sobre todo la última semana con el cuestionado alcalde de Cerrillos acusado por acoso y abuso sexual.

El 22 de febrero, a poco más de un mes del inicio de su candidatura, Paula Narváez definió al equipo político que la acompañaría. Como jefa del comando ya no aparecía Paulina Vodanovic, presidenta de Horizonte Ciudadano (fundación de la ex Presidenta Michelle Bachelet), quien había asumido en enero como coordinadora de campaña, sino Nivia Palma, ex ministra de Bienes Nacionales de Bachelet II. Vodanovic fue la primera baja en su círculo cercano.

Aún cuando la versión oficial tras la sorpresiva salida de Vodanovic fue su intención de postular como abogada externa a la Corte Suprema, hubo voces socialistas que lo atribuyeron a diferencias internas sobre la estrategia comunicacional dentro del comando de Narváez, las que hasta la fecha, no han mostrado resultados.

Las dudas sobre el trasfondo del cambio de la líder del comando presidencial se mantuvieron. El intento de despegarse del «dedazo» de Bachelet fue una de las tesis, pero el nombramiento de Palma en el cargo demostró que no era eso, sino más bien un acercamiento al mundo más duro de la izquierda, ya que Nivia Palma es parte del mundo autoflagelante y «anticoncertacionista» en el sector.

Su llegada no tuvo mayor repercusión hasta hace unos días, cuando Ciper reveló la denuncia de cinco mujeres por acoso y abuso sexual contra el alcalde socialista, Arturo Aguirre, que generó una serie de coletazos en el PS que alcanzaron al equipo más cercano de la candidata presidencial y que volvieron a afectar su campaña, en uno de los momentos más difíciles para la instalación de su nombre entre los favoritos.

Según investigaciones de El Líbero, Nivia Palma trabaja en la municipalidad de Cerrillos desde agosto del 2018 cuando llegó como asesora jurídica para conformar la Asociación Cultural Municipal. Esta iniciativa logró concretarse el 7 de junio del 2019 en una ceremonia encabezada por el alcalde Aguirre, quien de hecho, fue el presidente temporal de la asociación.

Desde ese momento la abogada habría pasado a tener contrato indefinido como asesora del ente cultural de Cerrillos y quienes trabajan en la municipalidad cuentan que fue ella misma quien hizo su contrato y aseguran que sería cercana a Aguirre . “Ella está al tanto de todo, de eso y más”, dicen funcionarios de Cerrillos. Consultada por Ciper al respecto, la ex ministra confirmó su cargo y sobre el alcalde, dijo que antes de su asesoría en 2018 «no lo tenía en mi radar».

Otro de los afectados por el caso Cerrillos, que ha involucrado a casi todo el Partido Socialista, fue Gonzalo Tapia, jefe de comunicaciones del comando de Paula Narváez, quien dejó su cargo el mismo día que la abanderada condenó a Aguirre por las acusaciones y lanzó una petición para expulsarlo.

En el equipo de Narváez comenzó a generar ruido la investigación de una supuesta denuncia de acoso de una alumna en contra de Tapia cuando era profesor de Opinión Pública en la Universidad Diego Portales, por lo que habría tomado la decisión de abandonar su labor de coordinador de comunicaciones estratégicas para no perjudicar la candidatura de Narváez, declarada ampliamente como feminista.

Según relata La Tercera, no existirían registros formales sobre la denuncia, ya que no habría habido protocolos para este tipo de casos antes del 2012, cuando se desempeñaba como académico, pero una alumna lo habría acusado ante la secretaría de estudios de esa universidad. Tras la denuncia -por enviarle mensajes a horas inadecuadas y con contenido inapropiado- el ex asesor de Narváez fue alejado de sus funciones en la UDP.

Tapia era de los pocos miembros del comando que tenía experiencia en campañas de Gobierno. Fue asesor estratégico de Narváez cuando era ministra de la Secretaría General de Gobierno y también de Máximo Pacheco (PS) en la cartera de Energía. También fue parte del equipo de colaboradores de la campaña del ex Presidente Ricardo Lagos en dos ocasiones.

Precisamente la comunicación estratégica se le ha cuestionado a Narváez durante su período de campaña. Analistas y quienes conocen las filas socialistas señalan que la ex vocera no ha sido capaz de impulsar una agenda que haga olvidar el gobierno de Bachelet o que instale sus propios temas en la pauta.

Los dardos los dirigen hacia su comando pues mencionan que fueron electos en base a confianzas y no por méritos profesionales, lo que le habría jugado malas pasadas…. algo muy del bacheletismo, y que molesta al PS. Narváez ha cometido errores al referirse a distintos temas «que ningún candidato que trabaje con un buen equipo los cometería», dicen, y sobre los cuales el PS no se ha hecho cargo ni la ha respaldado.

De hecho, la última participación de la candidata fue más perjudicial que favorable para ella. Este domingo en Tolerancia Cero, la abanderada socialista fue consultada por sus declaraciones como vocera de Bachelet por imposibilitar las denuncias de Impuestos Internos en casos de financiamiento irregular el 2017. Según un analista político cercano al PS, su falta de respuesta la «enterró», ya que ese sería uno de los temas más juzgados del gobierno de Bachelet y de hecho, Narváez se ganó varias críticas en redes sociales por sus respuestas. También causó críticas su dubitativa respuesta sobre si el frentistas Hernández Norambuena era o no un preso político

Quien salió a apoyarla fue Paulina Astroza, parte de los asesores programáticos de la candidata quien, frente al mal momento, señaló: «Sigo creyendo en ti».

«Matrimonio sin amor» entre el PS y su candidata presidencial

Bastantes teorías se manejan sobre el ambiente interno del Partido Socialista desde que Narváez fue proclamada unánimemente como su carta presidencial. Según cercanos al socialismo, a la mesa del partido, liderada por el senador Álvaro Elizalde, no le habría gustado la forma en que irrumpió la ex vocera porque afectó directamente al presidente de la colectividad, quien había sido proclamado por un grupo de diputados días antes del «dedazo» de Bachelet.

Fue una operación política que no solo provocó conflictos en el ámbito presidencial, sino también sobre la permanencia de Elizalde comandando el partido. El apoyo del bacheletismo, encarnado en Ana Lya Uriarte, ex jefa de gabinete de Bachelet, y Paulina Vodanovic, encendió las alarmas en los mandamases del PS, pues un empoderamiento del bacheletismo podría tener como objetivo hacerse del poder de la nueva mesa socialista que se iba a elegir en mayo de este año.

“Las mujeres que apoyamos a Paula, entre otras la Presidenta, quien firmó la carta, lo que decimos es que es increíble, insostenible y hoy día inaceptable que las dirigencias partidarias no hagan visibles a mujeres que tienen carismas, liderazgos, que probadamente son capaces”, dijo en ese entonces Ana Lya Uriarte a CNN.

El senador por el Maule está a cargo del PS desde abril de 2017 y el intento de «golpe blanco» del bacheletismo no tuvo más efectos que generar roces entre él y quienes apoyan a Narváez. La fuerza interna de Elizalde se impuso y la semana pasada el Comité Central del Partido Socialista decidió extender en un año más su mandato.

Esta decisión no ayudó a aliviar las tensiones que en los últimos días fueron creciendo por la polémica de Cerrillos. Los parlamentarios socialistas habrían cuestionado que Narváez se involucrara directamente en las denuncias contra el alcalde Arturo Aguirre, pidiendo su expulsión públicamente.

Narváez habría dicho que no ha habido un apoyo suficiente de parte de su partido, a lo que Elizalde la habría desmentido diciendo que su mesa había hecho todo lo que ha pedido.

Entre las razones para explicar el quiebre entre el comando de Narváez y la colectividad que la representa hay analistas que señalan que su equipo destaca por tener miembros de la disidencia lo que generaría un quiebre con la oficialidad del partido. Esto podría cambiar en los próximos meses ya que el Comité Central decidió incorporar al diputado Manuel Monsalve como vicepresidente del PS, actual coordinador político en la campaña de Narváez.

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