Las más de 18 horas que la Convención Constitucional tardó en ponerse de acuerdo en un nombre para que sucediera en la presidencia a Elisa Loncón, es un antecedente que muchos consideran con miras al período de deliberación y votación de normas constitucionales.

Si eso costó llegar al nombre de la nueva presidenta María Elisa Quinteros, siendo que «las izquierdas» tienen 118 votos -necesitaba 78-, ¿se logrará llegar a un proyecto de nueva Constitución en los seis meses que restan?».

«No se puede extrapolar la dificultad que hubo para elegir a una persona para presidenta con las votaciones de las normas. El juego de poder y de egos dificultó el tema», señala la convencional Marcela Cubillos (Chile Vamos) en el Podcast Constituyente donde analiza la semana junto al constitucionalista Germán Concha.

Pero sí advierte, ante un posible «deseo» de un sector de extender el plazo de la Convención:  «Si se cambian las reglas del juego entonces analicemos todo».

 

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¿Por qué Cubillos no compara la elección de la mesa con la definición de normas? Por como ya ha funcionado la Convención. «En las aprobaciones de los reglamentos, en dos minutos conseguían mayorías para excluir temas como el derecho preferente de los padres del índice de la Comisión de Derechos Fundamentales, o cuando tuvieron la mayoría para sacar un reglamento de Ética que viola la libertad de expresión. Y sin deliberación».

Sobre este último punto, subraya: «Si el tema de aumentar el plazo fuera para tener una mayor deliberación, nadie podría estar en contra, pero no creo que esté asociada a plazos la deliberación… Cuando quieren pasar máquina en temas que a ellos les importan, lo hacen rápido», dice en relación a las alianzas que logra la izquierda.

El académico de la UC y abogado constitucionalista, Germán Concha, alerta sobre el respeto de las reglas: «La Convención tiene que hacerse cargo de que si les queda poco tiempo es porque perdieron mucho tiempo. Se dedicaron a hacer muchas cosas identitarias, entre otros asuntos».

«¿Qué pasa si se extiende por seis meses más su funcionamiento y la Convención se vuelve a gastar el tiempo, va a pedir otra prórroga?», plantea Concha. Y hace un paralelo: «Todos los poderes públicos tienen un ciclo de renovación, quienes ocupan esos cargos saben que no pueden actuar de cualquier manera porque hay elecciones y van a ser sometidos a testeo por la población y pueden perder el favor popular y los cargos. Pero no es el caso de la Convención, que se entiende como un órgano rígido, las prórrogas me parecen un riesgo grave».

Si se abre la puerta en el Congreso, se debería abrir completa y reconstruir el acuerdo», señala la convencional Marcela Cubillos.

En este punto la ex ministra agrega: «Como esto debiera pasar por el Congreso, si se abriera a un cambio en las reglas del juego en esta materia, entonces debiera estar abierto a cambiar las reglas del juego en muchas otras».

Explica: «Uno podría decir que si se aumenta el plazo, cambiemos la pregunta del plebiscito de salida». Señala la convencional que, por ejemplo, si se rechazara la propuesta de la Convención, en vez de decir que sigue rigiendo la actual, se podrían generar otras alternativas: «Uno podría decir que el Presidente mande al Congreso un proyecto de reforma y que tendrá un año para despacharlo y eso se plebiscita al año siguiente. O votar dos proyectos, uno de mayoría y uno de minoría».

«Si se abre el debate de cambiar las reglas del juego que fueron plebiscitadas, aprobadas y acordadas, entonces analicemos todo. Algunos podrán querer aumentar el tiempo, yo puedo querer cambiar la pregunta del plebiscito, por ejemplo».

Y subraya que sería bueno ver «hasta qué punto hay convencionales que están bastante enamorados de sus cargos. Esto lo tomaría con calma a ver qué pasa y si se abre la puerta en el Congreso, se debería abrir completa y reconstruir el acuerdo».

«Nuevamente el PC demuestra tener muchísima más habilidad política dentro de la Convención que sus socios del FA»

Sobre las jornadas para elegir la mesa directiva, la convencional de Chile Vamos señala que su sector estuvo dispuesto «a cruzar una barrera que es mucho mayor que la que tenían que cruzar ellos (las izquierdas). En la tercera ronda voté por Patricia Politzer que me parecía mucho mejor presidenta que Cristina Dorador, que era el nombre que estaba levantando la izquierda más radical».

«Después votamos por Patricio Fernández que es del Colectivo Socialista porque también nos parecía que podía ser mejor carta», dice y apunta: «Estuvieron cocinando, pero fue una mala cocina. No pueden vender eso como épica».

Se detiene en el actuar del Partido Comunista: «Nuevamente demostraron tener muchísima más habilidad política dentro de la Convención que sus socios del Frente Amplio».

Ahonda en el punto: «El PC primero baja, por iniciativa propia a su candidata Bárbara Sepúlveda y le ponen el peso al Frente Amplio diciendo ‘cuidemos al gobierno, no gobernemos las dos partes, ustedes deberían hacer lo mismo con Beatriz Sánchez’. Después, el PC levanta a Eric Chinga y luego generan la alternativa de María Elisa Quinteros. Mientras, el Frente Amplio pierde con todos los candidatos que propone».

Y destaca la habilidad política «que ha mostrado el PC dentro de la Convención. Logran elegir a alguien que no es de sus filas, pero empujado por ellos y el FA pierde todas las opciones que levanta».

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