El pasado 30 de septiembre, el directorio de la Universidad Arcis lanzó el “plan de recuperación institucional” para intentar salir de la grave crisis financiera que “compromete su estabilidad” y que la tiene en paro de trabajadores por el no pago de sueldos, pero la información que tuvo a la vista “El Líbero” muestra las rojas cifras de la casa de estudios que la tienen al borde de la bancarrota o de la inviabilidad económica.
Las irregularidades en la universidad están siendo investigadas por una comisión de la Cámara de Diputados, que tendrá su segunda sesión hoy a partir de las 15 horas con la continuación de la declaración del ex rector entre 2006 y 2013, Carlos Margotta, y de Francisco Martínez, jefe de la División de Educación Superior del Ministerio de Educación.
La casa de estudios estuvo controlada durante varios años por los integrantes del comité político del Partido Comunista, Juan Andrés Lagos, Daniel Núñez (hoy diputado), Jorge Insunza y Patricio Palma, hasta que en diciembre pasado se desprendieron de la propiedad para ingresar al gobierno de la President Michelle Bachelet.
Millonario déficit
La Arcis tiene 3 mil alumnos en pregrado y posgrado, y un arancel anual de $2 millones, en promedio, por cada estudiante. Por lo que, en teoría, los ingresos por matrícula serían de $6 mil millones al año, pero lo cierto es que registra una morosidad en el pago de los aranceles del 30%, que les cuesta $800 millones anuales, entrega becas por $400 millones y pierde otros $400 millones por los estudiantes que desertan.
Adicionalmente, como el ex rector René Leal decidió no cobrar matrícula este año, la casa de estudios dejó de recibir $270 millones, lo que fue duramente criticado en la universidad porque ese dinero permitía pagar parte de los sueldos adeudados. Hay que sumar que el 15% de los ingresos se pierde porque adelantan los cobros futuros para hacer caja por concepto del Crédito con Aval del Estado.
La universidad necesita $7.200 millones al año para poder funcionar y pagar los sueldos de 320 trabajadores, el pago de un préstamo del banco BBVA y el leasingback de la empresa Tanner, cancelar los servicios de los diferentes proveedores y la mantención de los edificios.
Sin embargo, sus ingresos son de alrededor de $4.600 millones, generando un déficit de $2.600 millones, según explican fuentes de la casa de estudios. Los sueldos impagos de julio, agosto y septiembre tienen paralizada a la universidad, y las empresas de los servicios de aseo y seguridad se retiraron por deudas impagas de $60 millones y $40 millones, respectivamente.
La situación se agravará para 2015 porque el próximo mes vencerá la acreditación, que le significan a la universidad ingresos por $2.600 millones al año por concepto de Crédito con Aval del Estado.
Exceso de trabajadores
La Arcis destina el 75% de sus ingresos a pagar los sueldos de 320 trabajadores, que es una cifra muy por encima del promedio del 30% que destinan las empresas en general, y el resto de las universidades.
Fuentes cercanas a la universidad admiten que las autoridades nunca han querido reducir el personal, alegando que el Partido Comunista sería muy criticado por ello. Por el contrario, a algunos académicos emblemáticos les han sobre pagado indemnizaciones, como el caso de Andrés Pascal Allende, quien debió recibir legalmente $28 millones por sus años de servicio, pero el ex rector Leal decidió entregarle $40 millones, lo que le generó una pérdida patrimonial de $12 millones, denunciaron algunos profesores.
Rechazo de créditos bancarios
El “plan de recuperación institucional” que lanzó el directorio considera una serie de medidas de emergencia, y la primera es conseguir créditos bancarios a mediano y largo plazo. Otras son disminuir en 30% la carga remunerativa mensual, rebajar en 12,5% los sueldos más altos, renegociar los pagos a los proveedores para restablecer los servicios y reducir la morosidad del 30% al 8%.
Pero el ex rector Carlos Margotta admite que la universidad “no aguanta una morosidad del 30%, no puede pagar sueldos. Puedes salir de la crisis con un préstamo bancario pero qué banco le prestará”.
La imposibilidad de acceder a financiamiento también está dado porque la universidad está en Dicom comercial y en el previsional por no pagar las indemnizaciones y cotizaciones previsionales, de salud y cesantía a una treintena de trabajadores que suman casi $600 millones. Además, sin la acreditación es prácticamente imposible que los bancos le presten dinero.
La salida que le ve el ex rector Margotta a la Arcis es que se fusione a una universidad estatal, o que el Ministerio de Educación nombre un administrador provisional que “pudiera ordenar la casa y tomar las medidas que permitan sacar adelante el proyecto, con mirada de gestión económica que está ausente lamentablemente”.
Sindicato denuncia prácticas antisindicales y acoso
Hace una semana, el sindicato histórico de trabajadores de la U. Arcis emitió una declaración pública para admitir que le «preocupa e inquieta la violencia sistémica que se vive en nuestra Universidad manifestada en el enfrentamiento entre alumnos y carabineros, siendo el hecho más grave el ingreso de Fuerzas Especiales a nuestra sede de calle Libertad, golpeando, disparando, deteniendo y dejando gravemente heridos a estudiantes de Universidad ARCIS. Solidarizamos con los alumnos golpeados y heridos: Camilo Torres de Psicología y Cristian Contreras de Arte y Cultura Visual».
También denunciaron «la violencia sistémica de parte de las autoridades políticas, económicas y administrativas de Universidad ARCIS expresada en el reiterado atraso del pago de sueldos y cotizaciones legales a los trabajadores y trabajadoras, así como los maltratos, despidos arbitrarios y la persecución sindical que sufren nuestros asociados y dirigentes sindicales».
«Denunciamos a la dirección de Universidad ARCIS por prácticas anti sindicales reiteradas y acoso a sus trabajadores y trabajadoras. Despidieron a dos académicos e integrantes de nuestro Sindicato Histórico. La Jefa de la Carrera de Pedagogía en Lengua Castellana y al Director de las Carreras de Educación; Leslie Maxwell y Miguel Caro, respectivamente. Según la institución: pérdida de confianza. La razón real: persecución política e ideológica puesto que han sido profesores sindicalizados comprometidos con decir y encarar la verdad de lo que sucede en nuestra institución y participar activamente en la democratización de Universidad ARCIS a través de la Coordinadora Triestamental», señalaron.
El documento agrega que «la demanda por Derechos Fundamentales interpuesta por nuestro Sindicato en los Tribunales Laborales fue aceptada en su totalidad y sigue su curso siendo fallada próximamente. Estamos confiamos en que la justicia dará la razón a nuestra exigencia de respeto a los Derechos Laborales que también son Derechos Humanos».
FOTO: FRANCISCO CASTILLO D./AGENCIA UNO