-¿Qué evaluación hace del primer año de gobierno del Presidente Gabriel Boric?

-Para evaluar un gobierno hay que preguntarse si el país está mejor o peor que hace un año. Chile está peor y eso te lleva a la conclusión de que no ha sido un buen gobierno. Desde el primer día ha dado señales equivocadas: cuando el país exige seguridad y orden, indulta a 13 delincuentes. Cuando el país necesita reactivar su economía y evitar que miles de chilenos pierdan su trabajo, empuja una mala reforma tributaria y, entre otras malas decisiones, retrasa en un año un acuerdo tan importante como el TPP11, al que finalmente se allanó porque la presión fue muy fuerte. Y cuando el norte clama por Estado de derecho y decisión para frenar la migración ilegal, el gobierno da señales de su debilidad teniendo a cargo del tema de migración a los mismos que defendían judicialmente a los inmigrantes ilegales para evitar su expulsión. 

-¿Considera que ha sido un Gobierno de extrema izquierda como temía un sector de la derecha durante la campaña, o se ha moderado?

-No hay moderación. Por cada decisión aparentemente moderada, como firmar el TPP11 o los estados de excepción, hay muchas otras para satisfacer al PC y al Frente Amplio, como los indultos o la “alfabetización sexual” que el ministro de Educación pretende imponer en nuestras escuelas, atropellando el derecho de la familia a orientar la formación de sus hijos.

-La ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo el fin de semana que se está ajustando el relato y que este gobierno lo ha hecho más rápido, por ejemplo, que el de Piñera. Incluso habla de la necesidad de una actualización ¿Es suficiente un ajuste o una actualización del relato?

Las palabras de la ministra Tohá evidencian que se entró con un diagnóstico y relato equivocado que tiene que ajustarse evidentemente a las expectativas de lo que requieren los chilenos hoy. Los cambios de opinión permanente en materias que afectan el crecimiento económico o la seguridad, o lo que significa el cambio de opinión en materia de estado de excepción constitucional y y participación de las FFAA lo demuestran y por eso es importante que el diagnóstico se ajuste a las necesidades que tienen los chilenos hoy día.

Macaya: «No estamos por la crítica fácil y el discurso que busca polarizar»

-¿Cómo calificaría el rol que ha cumplido Chile Vamos como oposición? En algunos sectores del oficialismo señalan que la oposición ha sido muy dura con el gobierno. ¿Lo ve así?

Nosotros hemos sido una oposición, ante todo, que respeta el Estado de derecho, que jamás va a pasar a llevar la Constitución y las leyes; y que piensa primero en el país y mucho después en nuestros intereses electorales.

-¿Le preocupa que la UDI y Chile Vamos pueda perder el electorado tradicional de derecha a manos del Partido Republicano? ¿Qué los diferencia?

-Las diferencias las tienen que evaluar los electores. Chile Vamos es una coalición que se está jugando para el presente y el futuro de Chile, que quiere un Chile moderno, en el que estén garantizadas las libertades, el Estado de derecho y con una base social con oportunidades para prosperar. Nos hemos sumado con fuerza al proceso constituyente porque sabemos que es un tema que Chile tiene que cerrar bien.

Es difícil creer lo mismo de Republicanos, cuando sus propios candidatos están apostando a votar Rechazo en diciembre antes de que el trabajo del Consejo comience. Nosotros no estamos por la crítica fácil y el discurso que busca polarizar. Somos oposición al gobierno pero estamos dispuestos a dialogar con él por el bien de Chile. Eso nos diferencia también del tipo de oposición que hace Republicanos, que básicamente le dice que no a todo y tiene nula disposición al diálogo por el solo hecho de que el interlocutor sea de izquierda.

Macaya: «No por el hecho de dialogar con el oficialismo estamos renunciando a nuestro rol opositor»

-Esta forma, sin embargo, ha generado algunas críticas en sectores de la derecha, frente a lo que creen es un gobierno de extrema izquierda. Eugenio Tironi, por ejemplo, valoró el rol que han tenido ¿Qué le diría a los sectores de derecha que creen han sido una oposición blanda?

-El trabajo como oposición que hemos tenido el año 2022 demuestra que hemos puesto a Chile por delante. Poner a Chile por delante implica poder dialogar con un gobierno que ha tenido actitudes equivocadas. Esa es la principal garantía de que podemos exigirle más al gobierno como oposición. No por el hecho de dialogar con el oficialismo estamos renunciando a nuestro rol opositor. Nosotros no decimos que no por decir que no. O por el solo hecho de tener un interlocutor de izquierda adelante. Nosotros tratamos de mejorar las iniciativas del gobierno y poner por delante las materias mas relevantes para los chilenos.

-¿Ve factible un acuerdo con los sectores de centro como Amarillos y Demócratas? ¿Se puede extender eso a la DC y el PPD? ¿O apuestan más por buscar la reconquista del electorado de derecha tradicional?

-Nosotros tenemos una responsabilidad histórica: el problema hoy más que entre izquierda y derecha, es entre la política seria, que ve el futuro y que integra a los chilenos, versus la política chica, que polariza, que tiene más vocación de espectáculo que de servicio público y que quiere retroceder en 30 años. Para mi, como dijo Andrés Larraín en un ensayo publicado en este mismo medio, Apruebo Dignidad y el Partido Republicano son dos caras de la misma moneda.

¿Se puede extender esa búsqueda a la DC y el PPD?

-Nosotros somos de centro derecha y desde este lugar vamos a seguir impulsando el entendimiento con sectores políticos que compartan valores de esa institucionalidad y seriedad a la que me refiero.

-En su rol de senador y uno de los líderes de la oposición ¿dónde espera que estén puesto los focos legislativos del gobierno para este segundo año?

-El gobierno tiene que ponerle urgencia ahora mismo a la agenda de reformas para la seguridad y el orden público.

-¿Y la reforma tributaria y previsional? ¿Hay espacio para llegar a acuerdos?

-Siempre hay espacio para acuerdos en esos temas y en todos. El problema del gobierno es que, más que acuerdos, busca imponer sus ideas equivocadas. Hay espacio para un acuerdo tributario, no para una reforma que va a frenar la economía y le va a pegar con mucha fuerza al bolsillo de la clase media. Lo mismo en pensiones: si el gobierno insiste en imponer una visión que en el mundo está en retroceso, para capturar los ahorros de los trabajadores y prohibir que las personas puedan elegir quien los administra, no hay opción de acuerdo.

Presidente de la UDI: «Nos preocupa la utilización de la conmemoración de los 50 años del 73»

-Usted pone énfasis en la seguridad. ¿Están dispuestos a volver a una mesa para un acuerdo en esta materia?

-El problema no lo tienen con la UDI, sino con sus propios partidos. Desde ya le aseguro todos nuestros votos si el gobierno se decide a ponerle urgencia a los proyectos que modernizan la ley antiterrorista, establece un sistema de inteligencia, persigue el lavado de dinero, moderniza y fortalece los recursos y las facultades de Carabineros, entre otros muchos que esperan en el Congreso a que el Presidente Boric se decida, como prometió, a perseguir a los delincuentes por cielo, mar y tierra.

¿Qué rol esperan jugar como oposición este segundo año de gobierno?

-Nuestra prioridad es desplegar todas las facultades para exigirle al gobierno que enfrente con sentido de urgencia las preocupaciones de los chilenos. Porque hasta hoy no lo ha hecho. Vamos a exigirle también antecedentes respecto de cómo se preparó para los incendios forestales; y que ejerza sus atribuciones para perseguir a los autores de incendios intencionales. Otro tema que nos preocupa es la utilización de la conmemoración de los 50 años del 73´. Estamos viendo ya señales equivocadas de utilización de una fecha sensible, para la imposición de una visión única, cuando el país lo que nos exige es cerrar heridas y mirar al futuro.

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