Un reservado informe de la Municipalidad de Santiago sobre la última oleada de paralizaciones en las escuelas y liceos públicos de esa comuna entre junio y julio, al que tuvo acceso “El Líbero”, arrojó pérdidas por más de $334 millones 691 mil.

El dossier de documentos, firmado el 18 de agosto por la directora de educación, María Luisa Rivera, detalla todos los daños y perjuicios provocados por las movilizaciones en cada uno de los 11 establecimientos educacionales que administra la comuna liderada por la alcaldesa Carolina Tohá.

El balance total muestra que en apenas dos meses se produjeron 33 tomas, 19 desalojos de los efectivos de Carabineros y 95 estudiantes detenidos.

El liceo Cervantes registró los mayores daños con $175 millones, producto de seis tomas y cuatro desalojos que dejaron 23 alumnos detenidos. El que más paralizaciones sufrió fue el liceo Darío Salas, donde las pérdidas en infraestructura superaron los $67 millones debido a nueve tomas y cuatro desalojos.

De los 11 establecimientos sólo en cuatro no hubo perjuicios económicos (Isaura Dinator, Barros Borgoño, José de San Martín y Amunátegui), pese a que se hicieron cinco tomas.

Detalle de los robos,  actos vandálicos y agresiones

En el liceo Javiera Carrera se cometió una larga lista de hechos vandálicos y robos, según detalla un acta del 9 de julio pasado.

Se perdieron tres proyectores digitales, un microondas en la cocina de los auxiliares, tres tablets, 14 e-books, parlantes ZukaBass, libros y tarjetas de transporte escolar de la biblioteca, así como instrumentos y equipos musicales.

También rompieron una puerta metálica de ingreso al patio central, puertas y cerraduras de la biblioteca, de la sala 2 de música, y de la cocina Junaeb; se robaron mercadería; desmontaron la puerta de la sala de Mayordomía, forzaron los casilleros de los auxiliares y rompieron vidrios de la puerta del laboratorio de inglés y extintores.

Al finalizar las paralizaciones, las autoridades del colegio encontraron excrementos en los pasillos, la biblioteca, el pasillo de acceso a la pinacoteca, entre otros lugares; y restos de envases de bebidas alcohólicas. Adicionalmente, los manifestantes rompieron las mesas y sillas de las aulas donde los propios alumnos estudian, paredes, puertas, ventanas y baños de las UTP y de los camarines de las alumnas del lado de la calle San Martín.

En una de las tomas, el subdirector del Carmela Carvajal, Juan Jauré, interceptó a una persona que se llevaba un extintor de la biblioteca y en un forcejeo detonó contra el directivo produciendo una nube química. Al retirarse Jauré, su auto tenía tres ruedas perforadas y estaba rayado.

Las movilizaciones llevaron a los apoderados de 380 alumnos a sacarlos de los establecimientos municipales de Santiago, aunque la cifra aún no es definitiva.

Tomas en colegios de Santiago jun-jul 2015

FRANCISCO CASTILLO D./AGENCIA UNO

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