La pobreza por ingresos se estancó en Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo. En todas esas regiones del norte del país hubo una disminución de los ingresos del trabajo asalariado, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Casen 2017. El bajo precio del cobre, proyectos mineros paralizados, caída del número de puestos de trabajo y una “disminución brutal” de la inversión privada serían las razones que explican tales guarismos.
“Basta leer los diarios de los últimos tres años para entender por qué esto ocurre al norte del país. La inversión minera va muy de la mano con la demanda internacional del cobre, y la caída de su valor fue retrasando grandes inversiones mineras”, explica el senador independiente por la región de Antofagasta, Pedro Araya. Varias cadenas mineras cerraron y otras no hicieron las inversiones anunciadas.
Daniel Llorente, presidente de la Corporación para el Desarrollo de Atacama (Coproa), describe una combinación de elementos que dieron origen a la “tormenta perfecta” que desencadenó este estancamiento: “Hubo problemas estructurales de tipo nacional. Las fuertes reformas que se implementaron desde 2014, conflictos con las comunidades ambientales, problemas de los mismos inversionistas y la sensación de incertidumbre”, son los factores que enumera.
Quienes conoce del tema cuentan que, a partir del año 2014, en Atacama disminuyeron “brutalmente” las inversiones en mega proyectos privados. Hace cuatro años esa región tenía un horizonte de inversión de casi 36 mil millones de dólares hasta el año 2019 y eso se redujo a poco más de 2.400 millones. Lo que trajo como consecuencia que haya bajado el empleo formal y crecido el informal. Las cifras de desempleo entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) para el trimestre de mayo a julio, dicen que Tarapacá (8%), Antofagasta (8.6%) y Atacama (8.8%) son las regiones que tienen mayor número de desocupados; y en Coquimbo, por ejemplo, habría más de 124 mil personas en empleos informales.
En Atacama, por ejemplo, no se pudo retomar el volumen de inversión que hubo entre 2010 y 2014. El senador por esa región, Rafael Prohens (RN), subraya que luego de ese año solamente se pudo ejecutar el proyecto minero de Caserones. “Unos estaban en vías de construcción, otros en desarrollo como Agrosuper o el proyecto Pascua Lama en la provincia del Huasco. Fueron iniciativas emblemáticas que se paralizaron y obviamente eso contrajo la región; si además le sumamos los dos grandes aluviones que tuvimos en 2015 y 2017 que devastaron la zona y que ocasionaron que 40.000 personas se fueran, obviamente nos hemos visto perjudicados”. Subraya Prohens que sus esperanzas estaban en la Empresa Nacional de Minería como un motor de despegue para Atacama, pero esa empresa tampoco cumplió sus expectativas.
Una situación similar es la que describe desde Coquimbo, el diputado Sergio Gahona (UDI). Y ejemplifica con los retrasos en la tramitación del proyecto minero El Espino y con la ampliación minera Los Pelambres. Subraya que las políticas públicas implementadas en los últimos tres años ocasionaron aumento del desempleo, trabas en la generación de inversiones y de nuevos proyectos. Afirma que una forma de volver a atraer inversiones es que se acabe la arbitrariedad en cuanto a la aplicación de estándares medioambientales, pues «los prejuicios políticos e ideológicos causan daños en las inversiones”.
“No hay razón por la cual no debieran partir algunos proyectos que estaban congelados”
Los ingresos por trabajo han disminuido y eso es lo que estaría haciendo que la pobreza se haya estancado. Otros indicadores como el índice de formalidad, el número de ocupados por hogar y los jefes de hogar ocupados también muestran retrocesos en la zona norte del país. “El grado de formalidad disminuyó en Tarapacá, Atacama, Antofagasta y Coquimbo”, dice el investigador de Libertad y Desarrollo Guillermo Irarrázaval, y aclara que la magnitud es distinta según la región: “eso también explica por qué ha disminuido el ingreso por trabajo con respecto al 2015”.
En Atacama y Coquimbo también cayó el número de jefes del hogar ocupados y el número de ocupados por hogar. “El acceso a la vivienda, a la salud y educación son factores importantes que se pueden ver en la pobreza multidimensional. En general, en Chile aumentó la carencia de servicios básicos, así como también aumentó la carencia de apoyo y participación social y empeoró la seguridad social”, agrega el investigador.
El freno a la inversión minera además paraliza a todas las empresas intermedias que hacen las veces de proveedores o contratistas. “En este minuto no hay mucha razón por la cual no debieran partir algunos proyectos que estaban congelados. La ciudadanía tiene fe en que empiecen los proyectos estructurales de Codelco, con lo cual algo podría mejorar la situación en Calama, pero está todo atrasado”, dice la diputada por Antofagasta Marcela Hernando (PR).
La legisladora explica que tienen propuestas que van de la mano con la descentralización y que confían que sean incluidas dentro de las reformas que está haciendo el gobierno, tanto en la modernización tributarias como en el impulso y fomento de la mediana y pequeña industria.
“La pobreza en la comunidad migrante ocurre por la irregularidad migratoria, no por su condición de extranjero”
Los resultados de Casen muestran que Tarapacá es la región que presenta mayor porcentaje de migrantes, con 13% de su población, lo que representa un aumento de cuatro puntos porcentuales con respecto a 2015. Arica es la segunda región en que más aumenta el porcentaje de la población nacida fuera de Chile, con cifras que pasaron de 5% en 2015 a 8% en 2017. En Atacama y Coquimbo se mantuvo el porcentaje de población extranjera en 2% y 1%, respectivamente.
Rita Lages, especialista en migración de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, indica que con los datos disponibles no es posible establecer de forma cabal una causa directa entre migración y pobreza: “Esto sería ver a la comunidad migratoria como un todo homogéneo desde el punto de vista social y económico, lo que para nada es así. Tarapacá y Antofagasta, Arica y Parinacota son las principales puertas de entrada por vía terrestre, lo que explica una fuerte presencia de inmigración irregular”.
Lages explica que este es el colectivo más vulnerable, pues su condición administrativa irregular los excluye de los mercados legales de trabajo y vivienda, condenándoles a la precariedad social. Además, esa falta de regularidad dificulta y limita su acceso al sistema de salud u otros servicios básicos. “A mi juicio, una de las causas que puede justificar la pobreza en la comunidad migrante es la irregularidad migratoria y no su condición de extranjero”, resume.
En este sentido, el senador Prohens afirma que en su región solo se regularizó un 12% de la población migrante. Situación que esperan normalizar, pues hay coincidencia en que cuando se activa la minería y la construcción, los extranjeros permiten suplir las necesidades de mano de obra que no logran abarcar los 300.000 habitantes, por ejemplo, de Atacama.
“Nosotros creemos que el aporte de la migración en nuestra región es positivo. Los problemas nuestros son mayores que eso. Se reducen a la caída de la inversión privada. Cuando la mega inversión privada funciona en Atacama, tenemos trabajos para todos, incluso se generan problemas por falta de personas que puedan servir estos trabajos”, afirma Daniel Llorente, presidente de Coproa.
Agrega que la corporación que preside está participando en mesas de trabajo con el gobierno e inversores que permitan destrabar la puesta en marcha de los proyectos. “Hace unos días tuvimos una reunión con el ministro de Minería, Baldo Prokurica. Logramos sentar en una misma mesa a la autoridad y el inversor y ver caso a caso qué problemas los tienen detenidos. Principalmente son permisos sectoriales que tienen unos atrasos muy grandes e impiden el arranque de los proyectos. La intención de invertir existe, las condiciones son buenas y esperamos que eso ocurra pronto”
“Una cantidad importante de migrantes están viviendo en campamentos”
El déficit habitacional en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama ha aumentado 3,4% en los últimos 15 años, alcanzando casi las 50 mil viviendas, mientras en el país ese indicador ha disminuido un 25% en el mismo período. En agosto los ministerios de Vivienda y Urbanismo y el de Bienes Nacionales anunciaron la entrega de 40.781 subsidios, para familias vulnerables, de sectores medios y arriendo. Se espera que así disminuya en 60% el déficit habitacional en tres años. La estrategia también pretende generar 69.000 puestos de trabajo en la zona norte, al reactivar las construcciones.
“Una cantidad importante de migrantes están viviendo en campamentos y esto se replica con gente que se vino desde el sur de chile y la zona central al buscar trabajo y se encontró con que no había empleo o había empleos mal remunerados”, afirma el sendor Pedro Araya.
El caso de Arica, explica el diputado por esa zona, Luis Rocafull (PS), es particular: “Hay tres fuentes importantes de trabajo. La agricultura, que no tiene tan altos sueldos y que es estacionaria; la pesca que también está sujeta a la temporalidad, y la construcción que tampoco es un empleo constante. Al resto de los trabajadores los absorbe el sector público, y eso también cambia según el gobierno que esté y se ha instaurado la práctica de pagar por honorarios”.
Dice, además, que el desarrollo de Arica también se estanca por las dificultades para competir que le impone estar en medio de dos zonas francas, la de Iquique y la de Tacna. Para que haya crecimiento económico insta a incentivar el turismo, desarrollar el borde costero y mejorar la conectividad.