El Índice Global de Pensiones de Melbourne Mercer es el principal estudio del mundo que evalúa los sistemas previsionales de 30  países, y la semana pasada entregó su versión 2017, que ubicó a Chile en el lugar 10.

Este año se midieron más de 40 indicadores, con el fin de evaluar la adecuación, sustentabilidad e integridad de los sistemas previsionales, e incluyó a países de América, Europa y Asia-Pacífico. En esta oportunidad consideró por primera vez a Colombia, Nueva Zelanda y Noruega.

Dinamarca, Holanda y Australia ocuparon los primeros tres lugares, y en América Latina nuestro país es el líder, seguido por Colombia, Brasil, México y Argentina.

Para profundizar en dicho estudio y en el sistema previsional chileno, “El Líbero” conversó con Diego Guaita, gerente general de Mercer Chile.

– ¿Cuáles son las principales conclusiones del sistema previsional chileno que arroja el estudio?

– El estudio tiene por finalidad evaluar los sistemas de pensión de los distintos países en diferentes categorías y aspectos. En este sentido, el sistema de pensión chileno es robusto y cuenta con una buena legislación pero debe mejorar. En particular en el nivel de las pensiones, ya que pueden considerarse pensiones buenas para personas que han aportado durante toda su vida laboral al sistema y teniendo un sueldo medio. Tenemos que tener presente que no todas las personas cuentan con aportes durante toda su vida laboral existiendo lagunas que disminuyen su pensión. Por otro lado, todos los sistemas de pensión del mundo están siendo afectados por el aumento de la longevidad y la baja tasa de interés.

¿Cuáles son los aspectos que debe mejorar Chile y cuáles son sus fortalezas?

– Para empezar, mejorar la comunicación. Se ha hecho mucho al respecto pero sin embargo, y luego de más de 30 años de sistema, existe un profundo desconocimiento del funcionamiento del mismo. Es prioritario que se mejoren las pensiones para lo que es necesario aumentar la tasa de contribución, aunque este efecto se verá reflejado en algunos años en adelante. Entre las áreas de mejora para Chile, el índice propone elevar el nivel obligatorio de contribuciones para aumentar la tasa de reemplazo, el nivel de ahorro en los hogares, la edad de jubilación tanto para hombres como para mujeres y continuar revisando la pensión mínima que se otorga a los pensionados más pobres.

– ¿Qué indicadores mejores que Chile tienen los nueve países que encabezan el ranking?

– Otros países que salen mejor posicionados que Chile cuentan con mayor puntaje en la categoría “adecuación”, que es el nivel de beneficio que otorga el sistema para una persona de salario medio que aporta durante toda su vida laboral. Dado que el nivel de beneficio es el propósito fundamental de cualquier sistema, esta categoría posee una mayor ponderación que otras. Sin embargo, es importante mencionar que existen sistemas que otorgan mejores beneficios que el sistema chileno, pero que tienen una puntuación más baja en sostenibilidad.

– ¿Qué le responde Ud. a los que plantean eliminar el sistema de capitalización y volver al sistema de reparto?

– Que hay que entender el problema y sus causas, que no destruyan algo que le ha hecho muy bien a Chile como país y a su economía, que trabajen en mejorar el sistema y su entorno. Entiendo la decepción que existe en la sociedad, dado que las pensiones no están siendo las esperadas. Pero las causas de las bajas pensiones afectan tanto a un sistema de reparto como a uno de capitalización. Son causas mundiales. Las personas están siendo mucho más longevas y las tasas de interés son bajas. Desde que se puso en marcha el sistema en 1980, la expectativa de vida al nacer aumentó 15 años, aproximadamente, lo que provoca que haya que acumular el dinero necesario para financiar 180 meses más de pensión en promedio. Si a esto le agregamos que los rendimientos de los activos son mucho menores que hace treinta años, la conclusión es que el sistema debe aumentar su porcentaje de ahorro obligatorio determinado hace más de 30 años y nunca modificado.

– ¿Qué pasaría si se vuelve a un sistema de reparto?

– Si se vuelve a un sistema de reparto, agregaríamos un problema adicional que es la baja tasa de fertilidad que hoy es de 1,75 por mujer. Para el 2050, cerca del 30% de la población chilena tendrá más de 65 años desatando una lucha entre generaciones. Será muy difícil para un sistema de reparto funcionar bien, otorgar mejores pensiones y no aumentar el porcentaje de ahorro. Adicionalmente, ha cambiado el mundo laboral. Pocos pueden trabajar décadas en una organización o en el mismo emprendimiento. Los sistemas de reparto son más rígidos que un sistema de capitalización, no adecuándose a la nueva realidad laboral. Un sistema de reparto típico exige cierta cantidad de años de aporte (ejemplo 30 años de aporte), y estima la pensión como un porcentaje de la remuneración de los últimos años previo al retiro. En un sistema de reparto, los trabajadores pueden no logran el número necesario de años de aportes quedándose sin pensión o teniendo que recurrir al Estado. Por otro lado, se está dando que las personas los últimos años de trabajo cuentan con un salario o ingreso menor, producto de que fueron despedidas o tuvieron que adecuarse a un menor ritmo laboral. Para estos casos un sistema de reparto calculará el promedio de remuneraciones, teniendo en cuenta los años de menor salario perjudicando al trabajador. Ni el sistema de reparto ni el de capitalización resuelven la problemática de las lagunas previsionales.

– ¿Cuál es la tasa de reemplazo del sistema chileno y cómo se compara con los nueve países mejores que Chile?

– La tasa de reemplazo varía según la edad, sexo, grupo familiar del trabajador y tasa de interés del mercado. Las mujeres tienen menor pensión que los hombres porque la cobrarán durante más tiempo. Lo mismo ocurre con los solteros que cobrarán mayor pensión que los casados. Sin embargo, todos cobran el dinero acumulado en sus cuentas de capitalización a lo largo de la expectativa de vida del grupo familiar. Es decir, las mujeres cobrarán menor pensión durante más años. En promedio, las tasas de reemplazo para una persona que aportó durante 30 años pueden encontrarse alrededor del 40%.

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