«Quiero agradecer las palabras, en especial, del presidente de Irán (Hassan Rouhani), cuando nos dice que apoya el acceso al mar con soberanía para Bolivia«, dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien regresó este miércoles de Teherán, ciudad que visitó durante dos días para asistir a la III Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas.
El evento congregó a nueve jefes de Estado y de Gobierno y altos representantes de los 19 países de la organización, y culminó con la decisión de otorgar a Bolivia la sede de la próxima cumbre en 2017.
«Los dos presidentes manifestaron el deseo de que ambos países, Bolivia y Chile, alcancen una solución pacífica por la vía del diálogo«, dijo el mandatario boliviano, quien hizo sus declaraciones ad portas de que Chile reabra en diciembre su embajada en Teherán tras el cierre que gatilló la llegada al poder del actual régimen islámico ayatolá en 1979.
Con la nueva embajada, ambos países quedan en reciprocidad, ya que aunque en Santiago existe una delegación iraní, en Las Condes, Chile sólo tenía una embajada concurrente: la misión ante Naciones Unidas, con sede en Nueva York.
En la visita de Morales, quien se reunió con el mandatario iraní, Hassan Rouhani, y con el líder supremo del país, Alí Jamenei, Bolivia e Irán confirmaron su sintonía en asuntos internacionales y prometieron impulsar su cooperación y sus lazos bilaterales, particularmente en cuestiones económicas, área de la salud e hidrocarburos.
«En el plano bilateral se habló de varios proyectos que se pueden desarrollar. Se cruzaron ideas para trabajar en temas como la nanotecnología, en cuestiones de medicina y salud, en donde hay todo un campo para acordar y sacar cosas en común», afirmó Walter Yáñez, encargado de negocios de la embajada de Bolivia en Irán.
Las estrechas relaciones entre Irán y Bolivia, “dos países amigos y revolucionarios”
Según informó la presidencia iraní en un comunicado, durante la reunión con Morales el mandatario iraní se mostró dispuesto a «compartir todas nuestras experiencias y capacidades en áreas como la tecnología, la ingeniería y la agricultura» con Bolivia, además de «cooperar y expandir sus lazos» en áreas de interés para países «productores de energía».
«Irán y Bolivia tienen la necesidad y la suficiente voluntad política para desarrollar relaciones en todas las áreas, incluyendo la economía, la ciencia, el comercio, la cultura, así como la energía, la salud y las inversiones», añadió.
La estrecha relación de Evo Morales con Irán data desde 2007 cuando el entonces Presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, visitó Bolivia y prometió una cartera de inversiones en los sectores de hidrocarburos y la agroindustria.
Al año siguiente Evo Morales, -defensor del uso de energía nuclear de Irán-, vistió Teherán y destacó las relaciones diplomáticas y comerciales de “dos países amigos y revolucionarios” que “luchan contra el imperialismo y la hegemonía global”. En 2010 regresó a la capital persa y acordó la inversión por US$287 millones en Bolivia, lo que fue precedido de una línea de crédito por igual suma para la exploración minera y la industria textil.
Los cuestionamientos a la apertura de la embajada en Irán
La comunidad judía en nuestro país cuestiona duramente la sede diplomática en la república islámica, histórica enemiga de Israel, porque se aleja de los intereses políticos y comerciales de Chile, y respalda a agrupaciones terroristas.
El abogado Gabriel Zaliasnik y el diputado Gabriel Silber advierten sobre la participación de Irán en el atentado de la AMIA, que se habría planificado desde Santiago según la investigación del fiscal Alberto Nisman (muerto en extrañas circunstancias), y el apoyo a agrupaciones terroristas como Hesbollá, Hamas y la yijad.
Zaliasnik lamenta la “precipitación evidente” del gobierno de Michelle Bachelet en abrir una embajada en un país “que ha dado muestras de ser un sponsor del terrorismo. En este momento en que el mundo está preocupado por este renovado ímpetu del terrorismo islámico hacia occidente, no sé si es la señal correcta que Chille siga este camino. La política internacional exige consistencia y consecuencia y no quiero estar en el grupo de Venezuela, Bolivia, Irán y Corea del Norte”.
En la misma línea, al ex embajador y director ejecutivo del Centro de Estudios de Política Exterior y Relaciones Internacionales (CEPERI), Juan Salazar, le «llama poderosamente la atención el giro de la cautelosa política chilena frente a Irán, sobre todo cuando la República Islámica ha enfatizado el acercamiento hacia los países del ALBA (Venezuela, Nicaragua y Bolivia) y ha sido acusada de una infiltración religiosa, política y financiera en América Latina».
En cambio, Jorge Tarud, miembro de la comisión de relaciones exteriores de la Cámara de Diputados, sostiene que “es positivo que Chile participe con embajadas en todos los centros de importancia económica y política. Uno puede compartir o no lo que opine el gobierno de Irán, pero en términos comerciales y políticos es bueno para Chile”.
Pero el ex embajador en Arabia Saudita y conocedor del medio oriente, aclara que si no se reabre la embajada en dicho país, cerrada por el entonces canciller José Miguel Insulza -decisión que califica de “gravísimo error”- va a generar un conflicto innecesario. “No será bien visto por la rivalidad permanente que tienen”, afirma el parlamentario PPD.
Sobre el respaldo de Irán a la demanda marítima, Tarud dice que son “fantasías en la mente de Evo y de la prensa boliviana”, y que es importante tener presencia en Irán para neutralizar las posiciones que pueda tomar.
Una relación comercial de US$4,1 millones
El 25 de septiembre pasado, el canciller chileno, Heraldo Muñoz, se reunió en Nueva York -al margen de la 70ª Asamblea General de las Naciones Unidas- con su colega iraní, Mohamad Yavad Zarif, donde afinaron la reapertura diplomática en Teherán.
El comercio bilateral entre Chile e Irán apenas alcanzó los US$4,1 millones en 2013, el último año del que tiene información la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon) de la Cancillería.
Chile exportó al país asiático US$1,8 millones en manufacturas de hierro y acero, US$1,6 millones en lapa peinada, mientras a Irán se le compró US$70 mil en alfombras.
El PIB per cápita de Irán es de US$12 mil, inferior a los cerca de US$20 mil de nuestro país, y las principales exportaciones del país que tiene de líder supremo a Alí Jamenei son el petróleo, el plástico, productos químicos y orgánicos y minerales.