Si hubiera que definir en una palabra la jornada electoral en Colombia de este domingo, esta sería “sorpresa”. Esto, porque con dos candidatos instalados en segunda vuelta, las encuestas no acertaron… o al menos solo parcialmente.

En la previa los resultados daban un 35-40% para Gustavo Petro, 27% para Federico Gutiérrez y un 20% para Rodolfo Hernández. Y si bien es cierto el candidato de izquierda (Pacto Histórico) mantuvo el primer lugar y alcanzó un 40% de los sufragios, su contendor será el independiente apoyado por la Liga de Gobernantes Anticorrupción Rodolfo Hernández, quien obtuvo un 28%, y no el candidato derechista de Equipo por Colombia, que sacó un 24% de las preferencias.

Quienes se enfrentarán en el balotaje este 19 de junio llegan con historias de vidas opuestas. Mientras Petro tiene décadas en política en distintos cargos (actualmente es senador) y un pasado como guerrillero en M-19, su contendor es un empresario de la construcción, con un discurso “antipolítica” y que se negó a participar en los debates electorales. Ganó reconocimiento por sus excéntricos videos en las redes sociales, en los que aparece cantando y montando en patineta eléctrica.

Para Petro esta es una nueva aventura presidencial. En 2018 se enfrentó en segunda vuelta a Iván Duque. En esta oportunidad, su 40% es la mejor votación de la izquierda en la historia de Colombia.

Sí coinciden en que ambos fueron alcaldes. Petro estuvo a cargo de Bogotá y Hernández de Bucaramanga. Justamente por esta experiencia, enfrenta una investigación por supuestamente haber intervenido como alcalde en la adjudicación de un contrato de manejo de basuras que buscaba beneficiar a una empresa y a uno de sus hijos, quien habría hecho lobby a favor de la compañía.

Caídas y alegrías

«El llamado es a salir a votar de manera masiva. Queremos una victoria contundente y que sea imposible que unos cuantos puedan hacer fraude». Con estas palabras comenzaba el día el candidato Gutiérrez; su derrota significa un duro golpe al “uribismo”, sector que dejará el poder tras 20 años.

Para el investigador del Centro de Estudios Estratégicos ANEPE (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos), Iván Witker, la derrota del “uribismo” se explica en que es parte de la renovación total del sistema de partidos que se avecina en Colombia. Aunque esto no quita que pueda tener incidencia en una posible administración de Hernández, ya que éste carece de partido y estructuras. “El uribismo es organización, ideas, planes. Hernández es un sentimiento”, recalca el investigador.

Witker dice que el resultado de estas elecciones representan una pequeña sorpresa, pero matiza: “Esto, visto en función de lo que ocurre en el mundo en general y América Latina en particular, no lo es tanto”.

Y agrega: “Es verdad que Colombia es el segundo país más populoso de América Latina y vive la democracia más antigua con 150 años de partidos, o sea tendencias muy sólidas, turnándose en el gobierno”.

Pero hace un punto con respecto los candidatos: “Mientras Hernández representa la oposición al establishment, Petro es parte del establishment. Ex guerrillero y convertido en político profesional hace décadas. Representa una novedad sólo al interior de la izquierda, pero no para la sociedad colombiana”.

En dicho contexto, Witker se aventura y da su vaticinio de cara al 20 de junio: “Es muy probable que triunfe Hernández en segunda vuelta, no sólo porque representa el discurso anticorrupción, aunque a él mismo lo acusen de corrupto, pero él representa la anticorrupción y la política está hecha de símbolos. Dado que Federico Gutiérrez lo apoyará, debería ganar”.

No obstante, de darse este escenario piensa que “se avecinan tiempos complejos porque Hernández será muy parecido a Trump en el ejercicio del poder. Algo impredecible, fuera de los cánones tradicionales. Será difícil la convivencia con el “uribismo”, pero ambos se necesitan”.

“El proceso no da indicios de ningún tipo de fraude”

Los días previos a las elecciones en Colombia estuvieron marcados por las denuncias de posibles fraudes y la desconfianza con el trabajo de las instituciones electorales: CNE (Consejo Nacional Electoral) y la Registraduría. Ello, tras lo ocurrido en las legislativas de marzo, cuando se publicó un preconteo de votos cuyo resultado fue distinto al definitivo, levantando suspicacias.

Uno de los grupos de observadores internacionales del proceso fue Foro Madrid, iniciativa de la fundación española Disenso, que trasladó a 14 parlamentarios y expertos de 10 países a constatar la jornada. Entre ellos, el diputado chileno, Luis Fernando Sánchez.

Desde Colombia, Sánchez habla de su experiencia: “Como observadores fuimos a supervisar el proceso. Yo recorrí 6 locales electorales y vimos cómo funciona el sistema electoral”.

En este aspecto, dice que le llamó la atención la poca seguridad del voto y también la forma de conteo. Explica: “La Cámara Secreta donde se guarda el voto es una caja de cartón abierta de tal manera que forma una mesa, pero cualquier persona que se instala a votar puede ver a dos o tres metros de distancia por quién se está votando”.

A su juicio, otro tema complejo es la papeleta que es como una hoja de diario y que tiene el nombre, foto y pacto de los candidatos. “Es todo tan grande, visible y colorido que se puede ver por quién está votando cualquier persona. Y eso produce riesgo en cuanto a manipulación de votos”.  

Pese a esto, relata que “había un sistema para controlar la identidad de la gente con un tablet que tenía un huellero. Ahí está el registro de las huellas digitales de todos los votantes, entonces uno va muestra el carnet de identidad, pones el dedo y la máquina confirma tu identidad. El colombiano puede estar tranquilo que el proceso no da indicios de ningún tipo de fraude”, concluye.

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