«Compañeros del Partido Comunista alguno podría… ¿por qué si en su comité central deciden valorar acuerdo y deciden empujar 3/5, en la mayoría de las organizaciones donde participan, empujan -al punto de tensionar internas- porque salga un rechazo tajante al acuerdo? ¿Cuál es la idea?». Con estas palabras la vicepresidenta de Comunes y ex presidenta de la Fech, Valentina Saavedra, cuestionó a través de redes sociales el actuar que ha tenido la tienda encabezada por el diputado Guillermo Teillier durante las últimas semanas.

El reclamo de la dirigente frenteamplista representa a muchas voces al interior del conglomerado que se han mostrado molestas con la posición que ha tomado el PC en los últimos días, diferencias que se acrecentaron luego de que Revolución Democrática, Comunes, el Partido Liberal y el diputado Gabriel Boric (Convergencia Social) firmaran el Acuerdo por la Paz y una Nueva Constitución.

Según explican desde el interior del FA, los roces comenzaron durante el jueves 14 de noviembre. Ese día el Partido Comunista señaló que no iba a participar de las reuniones entre la oposición y el oficialismo para encontrar una salida democrática a la crisis que vive el país, pese a que el PC sí había estado presente en las citas que se dieron durante el día anterior en el Congreso Nacional.

«Sobre acuerdo: No fuimos convocados/informados actual acuerdo; valoramos que voluntad popular sea escuchada: plebiscito opción AC; Quórum 1/3 puede vetar a 2/3 vulnera democracia», publicó la cuenta de Twitter  del Partido Comunista durante la noche del jueves 14. Una afirmación que fue respondida, a través de la misma red social, por el diputado Gonzalo Winter. «Compañeros, en la mañana dieron declaraciones de por qué no asistirían y no era por falta de convocatoria», señalaba el legislador de Convergencia Social en su mensaje, el cual borró horas después.

No fue el único dirigente del FA que tuvo palabras para el PC durante esa jornada, un par de horas antes de firmar el acuerdo la presidenta de RD, Catalina Pérez, señaló a CNN Chile que se había estado comunicando con la tienda comunista para sumarlos a la discusión del documento. «Yo lamento mucho que se estén perdiendo este momento histórico, de perder la posibilidad de poner ideas sobre la mesa y entender que este momento no va a volver a repetirse», sostuvo la diputada a las 00:21 horas del viernes.

La respuesta no tardó en llegar. A las 00:39, el presidente de las Juventudes Comunistas, Camilo Sánchez, escribió en su cuenta de Twitter que «no asistimos a negociación que no nos convocó, la cual es de tipo gatopardista (cambiar todo para que 1/3 impida cambios) y que utiliza como base la Constitución de Pinochet. Celebramos que movilización imponga plebiscito y opción de Asamblea Constituyente. ¡La calle puede más!».

La postura del PC ha sido analizada al interior del Frente Amplio como un intento de ese partido de tener una mayor validación de la «calle» y ponerse al frente de los diferentes grupos que han salido a protestar durante estos más de 30 días de movilizaciones. No son pocos los que remarcan que durante los últimos días «la Jota» ha iniciado una campaña para captar nuevos militantes.

La campaña iniciada por las Juventudes Comunistas se llama «Lucha como Gladys», que consiste en reivindicar la figura de la histórica dirigenta. Algo que han realizado a través de afiches que han pegado en diferentes puntos del país y a través de redes sociales. «Los jóvenes comunistas somos herederos de las luchas de Gladys contra el neoliberalismo y por una Constitución para la gente. Al calor de las movilizaciones, invitamos a todos quienes se sientan convocados a engrosar las filas de las gloriosas JJ.CC.», se puede leer en las redes sociales.

Aunque este giro no solo se ha dado a nivel de las juventudes comunistas, sino que también en el propio partido. Si bien con el paso de los días, el PC se mostró disponible para participar del proceso constituyente, las críticas hacia quienes suscribieron el documento continuaron. El lunes pasado, Teillier concedió una entrevista a El Siglo -medio de comunicación oficial del Partido Comunista-, donde señaló: «Hay muchos que estaban legítimamente ahí (en la mesa), tampoco les vamos a achacar nada, creen que este es el camino para hacer el cambio de Constitución. Pero es evidente que el camino debió ser distinto, se debió ser más consecuente con el discurso y con la acción, porque en el discurso muchas veces se dijo que tiene que haber participación del pueblo, tiene que estar el movimiento social, hay que escuchar y conversar con la gente, y eso no pasó».

Las cuentas pendientes del PC con el FA

Según cuentan desde el Frente Amplio, el PC  ha tensionado los espacios sociales que comparten, algo que hizo público la vicepresidenta de Comunes la semana pasada a través de Twitter. Uno de ellos es la Mesa de Unidad Social, un espacio que, si bien es encabezado por dirigentes sindicales, la mayoría de ellos tiene una militancia política.

De hecho, la organización rechaza públicamente el acuerdo por la paz y una nueva Constitución. «El acuerdo de madrugada entre partidos políticos, sin la participación y legitimidad de quienes hemos participado de las movilizaciones, fue construido literalmente mientras se reprimía y violaba sistemáticamente los Derechos humanos, se hizo entre cuatro paredes y a espaldas de los movimientos sociales».

En la misma línea, la Central Unitaria de Trabajadores -una de las organizaciones más importantes de Unidad Social- a manos del PC, emitió una declaración en la que sostenía que «la ausencia de diálogo con los actores sociales organizados no solo le resta legitimidad al acuerdo alcanzado es, además, una preocupante señal de defensa corporativa de la institucionalidad que los cobija».

Según explican dirigentes del FA, las disputas se habrían producido al interior de la mesa Unidad Social debido a la injerencia que tendrían dirigentes del Partido Comunista en ella. En particular las críticas apuntan a la forma en que Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT y miembro de la comisión política y el comité del PC, a quien acusan de tensionar el espacio y tomar una visión más dura.

Una postura que ha sido validada por el PC, partido que públicamente ha respaldado las demandas y posiciones de la CUT y Unidad Social. Así lo señaló el secretario general de la tienda, Lautaro Carmona, quien el 2 de noviembre señaló en su cuenta de Twitter: «En conocimiento de la Propuesta de CUT y Unidad Social, tres Partidos sacan propuesta alternativa que en la práctica debilita la propuesta de los movilizados. Espero que no se camine a una versión de las repudiadas ‘cocinas'».

Desde la mesa nacional del FA plantean que el PC «busca obtener los beneficios políticos del acuerdo sin asumir los costos por sentarse a negociar», algo que la tienda comunista estaría logrando al tener una postura más extrema en los sectores sindicales y estudiantiles, mientras que la colectividad comienza a preparar candidatos para postularse a la Convención Constituyente.

No obstante, esta no sería una rencilla de ahora entre ambas fuerzas políticas, sino que se remontaría a 2011.

Si bien la figura de mayor proyección durante las movilizaciones estudiantiles de ese año fue la entonces presidenta de la Fech Camila Vallejo, el movimiento escolar y universitario fue el puntapié inicial para que varias fuerzas de izquierda externas al PC tomaran fuerza. Algunas de ellas fueron el Frente de Estudiantes Libertarios, la Unión Nacional Estudiantil e Izquierda Autónoma, quienes en un par de años conformaron el Frente Amplio.

El auge de estas fuerzas políticas a la izquierda del PC significó un duro golpe en el ámbito social para la colectividad liderada por Guillermo Teillier. Algo que se vio ejemplificado en la pérdida de liderazgos a nivel de federaciones estudiantiles y sindical. Por ejemplo, en la Fech durante las elecciones de 2012, Camila Vallejo perdió la reelección frente a un estudiante de la Facultad de Derecho: Gabriel Boric. Desde entonces ninguna carta comunista pudo retomar la presidencia del máximo órgano estudiantil de la Universidad de Chile. Una historia que se repitió en otras federaciones como en la de la Universidad de Santiago.

A nivel sindical, el mayor golpe que recibió el Partido Comunista fue en el Colegio de Profesores. El año 2016 el histórico dirigente del gremio Jaime Gajardo perdió la conducción de los profesores a manos del militante del Partido Humanista, Mario Aguilar. La derrota no fue menor, Aguilar fue electo como nuevo presidente del organismo con más del 60% de los votos y de esa forma puso fin a los nueve años de liderazgos continuado de Gajardo. Incluso dirigentes cercanos al FA han tenido triunfos en gremios en los que el PC ha tenido poca injerencia, es el caso de la victoria de Izkia Siches en el Colegio Médico.

Otro factor que influye en este giro en la línea del Partido Comunista para quedar a la izquierda del FA fue haber formado parte de la Nueva Mayoría y del segundo gobierno de Michelle Bachelet. Según explican desde el Frente Amplio este hecho ha pesado mucho en el PC y les ha quitado fuerza y credibilidad en los movimientos sociales, pese a que los dirigentes comunistas impulsaron una política de «un pie en el gobierno y otro en la calle». Un costo político que en el caso de Revolución Democrática que colaboró con el gobierno en materia educacional no fue tan alto.

Algo que se vio reflejado en las elecciones parlamentarias de 2017. A nivel de la Cámara Baja mientras el Partido Comunista obtuvo 274.935 votos (4,58%) y 8 diputados electos, el Frente Amplió obtuvo el respaldo de 989.353 personas (16,5%), logrando 20 escaños. La diferencia fue mayor en la elección de senadores en las que el PC logró apenas 20.209 preferencias (1,21%) sin obtener representación en la Cámara Alta en tanto el FA obtuvo 184.333 (11,06%), logrando instalar a un candidato en el Hemiciclo.

Aunque las recriminaciones entre dirigentes del PC y el FA no solo ha sido a nivel estudiantil y sindical, sino que incluso entre diputados. El jueves pasado el diputado Hugo Gutiérrez, a raíz de la interpretación que realizó el senador RN Andrés Allamand sobre si no había un consenso de 2/3 en el proceso constituyente escribió en Twitter: «¡La historia nos dio la razón! Fue correcta la decisión política del Partido Comunista de no firmar ‘Gran Acuerdo por la Paz Social y Nueva Constitución’. ¿Era o no era una estafa? Allamand lo deja claro».

Algo que fue refutado por Boric, quien señaló reprochó los dichos del abogado comunista. «Pareciera que tienes más ganas de estar de acuerdo con Allamand que de trabajar por hacer los complementos necesarios para que proceso constituyente sea lo más democrático posible. Ojalá en vez de ironizar contribuyeras a que postura de Allamand sea derrotada en vez de reforzarla», respondió el diputado de Convergencia Social.

Estas situaciones han dejado en punto muerto los acercamientos entre el Partido Comunista y el Frente Amplio de cara a las elecciones municipales del próximo año. En esa línea, desde el interior del bloque explican sería difícil recuperar las confianzas luego de estas tensiones. En tanto, el presidente del PC al ser consultado por El Siglo sobre posibles acuerdos electorales con otras fuerzas políticas afirmó que » sé cómo serán ahora las conversaciones, porque si hubo un grado de exclusión en esto (el acuerdo para el plebiscito), estaba todo acordado cuando se nos llamó, a lo mejor nos van a llamar cuando tengan todo acordado respecto a la elección de alcaldes y gobernadores y nos van a decir ‘vengan para acá, pongan su firma aquí’. Espero que no sea de esa manera, si es que hay conversaciones no sea de esa manera, que sean muy transparentes, directas, francas, y que sean sin exclusiones».

Otro factor que podría influir sería la renuncia del vicepresidente de Convergencia Social y ex militante del Partido Comunista, Cristián Cuevas, quien el sábado oficializó su retiro del partido fundado por Gabriel Boric junto a otras 112 personas. «Nos unimos a Convergencia Social con la convicción de estar conformando un partido interesado en aliarse y trabajar en conjunto con los movimientos sociales para la construcción de un nuevo Chile; sin embargo, nos encontramos con la actuación de compañeros que, bajo el pretexto de asumir supuestas responsabilidades de Estado, no han hecho otra cosa que ayudar a conservar un orden político en decadente y desprestigiado. Consideramos que se trata de actuaciones ilegítimas, pero, en tanto toleradas por las instancias directivas del partido, nos obligan a replantearnos la pertenencia a este espacio común», señala el líder sindical en la misiva en la que firma la salida de la tienda.