Antes del receso legislativo de febrero, la Comisión de Hacienda despachó a la Sala de la Cámara de Diputados el proyecto de reforma tributaria que se votará los primeros días de este mes. Esta iniciativa, junto a la previsional, avanzaron con votos en contra de la oposición y ahora Chile Vamos endureció el debate y las criticas. El jefe de bancada de la UDI, Guillermo Ramírez, dijo en entrevista con El Mercurio que “las reformas no podían ser más malas», lo que provocó respuestas de los ministros de Interior y Hacienda.

Para analizar y evaluar la reforma tributaria estuvo en un nuevo Especial Mirada Líbero la destacada economista Cecilia Cifuentes, quien también es Directora del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School de la Universidad de Los Andes.

Cifuentes señala que -al igual que los parlamentarios de Chile Vamos- también tiene una evaluación negativa de la reforma tributaria. “Tengo la percepción de que esta reforma es aún más negativa que la del ministro Arenas en el segundo gobierno de Bachelet, por esta idea de poner impuestos al patrimonio y además, directamente ponerle impuestos al ahorro de las empresas, de gravar las utilidades retenidas de la empresas. La filosofía del sistema tributario chileno, hasta antes de la reforma de Bachelet, era buscar formas para que las personas pagaran impuestos cuando gastan. Pero cuando ahorran significa que ponen recursos a disposición de nuevos proyectos, a que se creen empleos, mejoras en los salarios, y siempre se planteó que a eso había que darle incentivos. Aquí lo que se hace es ir directamente en la dirección contraria”, asegura.

La economista explica que “en la última década hemos hecho 5 reformas tributarias, todas con un foco en los impuestos al capital, con esta idea de que si ponemos impuesto al capital lo van a pagar las grandes fortunas, y eso no es así, claramente no es así. Los impuestos, y eso ocurre en una economía abierta, los terminan pagando principalmente los trabajadores y en algún grado los consumidores. Y está este mito de que si subimos la tasa de impuestos al capital van a pagar unos pocos, no va a tener efectos, pero el principal efecto negativo lo hemos visto claro y es el castigo al crecimiento económico. El crecimiento económico recauda mucho más que las reformas tributarias”.

Y añade que “esta mirada de decirte ‘nosotros vamos a hacer que paguen’, como el slogan de la reforma tributaria de Bachelet, de que pagan los poderosos de siempre, es falso. Entonces, uno tendría que preguntarse qué impacto tiene esta reforma en el crecimiento, y la verdad es que es muy negativo, porque hace más atractivo que los flujos de inversión se destinen a otros países. Y cuando un inversionista dice que su planta de celulosa en vez de hacerla en Chile la hará en Brasil, ¿qué ganancia tiene el Fisco? Ninguna, ¿y los trabajadores? Ninguna, se crean empleos en otras zonas. Entonces, en vez de recaudar más puedo terminar recaudando nada. Y eso es lo más complejo. Cuando hay menos inversión y menos ahorro es una cuenta que la pagamos todos, incluido el Fisco, porque como se crece menos también se recauda menos. La reforma tributaria de Bachelet recaudó la mitad de lo que se esperaba y por qué fue eso, porque el país dejó de crecer.”.

En este sentido, y respecto a la meta de recaudación que tiene este proyecto de reforma tributaria de 4 o 3,5 puntos del PIB, Cifuentes plantea que “sigue siendo bastante ambiciosa. Yo creo que recaudará menos”.

“La reforma previsional del gobierno no hace nada por atacar la informalidad laboral”

Respecto a la reforma previsional, Cifuentes es enfática en decir que también es negativa. “Me parece incluso peor que la reforma tributaria, porque modificar los impuestos es algo que se hace habitualmente, o por lo menos no es lo ideal hacerlo cada dos años, pero cada 5 años u 8 años es normal que se modifique la política tributaria. La política de seguridad social, en cambio, es mucho más permanente y eso lo vemos si analizamos todo lo que nos ha costado tratar de hacer una reforma de pensiones, llevamos más de 10 años. En ese sentido, una mala reforma puede generar un daño mucho mayor que una mala reforma tributaria. Creo que aquí es más relevante que el gobierno se abra a buscar acuerdos y consensos, y la verdad es que hasta ahora esa apertura no se ha visto”.

Agrega que “lo principal en esta reforma es básicamente la idea de estatizar el sistema y esto no va al centro del problema. El centro del problema de pensiones es que necesitamos ahorrar más, y eso significa no solo subir la tasa de cotización, sino que también disminuir la informalidad, y lo que vemos es que la informalidad está aumentando. La reforma del gobierno no hace prácticamente nada por atacar la informalidad laboral”.

Sobre las perspectivas de crecimiento de este año para nuestro país, la directora del Centro de Estudios Financieros del ESE Business School de la Universidad de Los Andes, señala que “al parecer hay indicios de que finalmente la economía, si es que tiene una recesión este año, será más bien moderada. Pero uno no podría estarse alegrando de que Chile fuera de los cinco países del mundo que va a tener un crecimiento negativo en 2023, sigue siendo un resultado malo, y conformarse con un crecimiento de cero o levemente negativo no es para nada algo razonable. Nosotros necesitamos que el país siga creciendo para mejorar las condiciones de vida de la población”.

En esa línea, añade que «se viene ahora una discusión constitucional con mayores derechos sociales, mayores beneficios del Estado a las personas, y hay que decir que si el país no vuelva a crecer no se van a satisfacer las demandas sociales. Esto no se logrará pasando plata de un bolsillo a otro, que es un poco donde están basadas las reformas del gobierno, es insuficiente”.

Finalmente, Cifuentes manifiesta que “ninguna de las reformas tiene los votos, sobre todo en el Senado para ser aprobadas, y necesitamos seguir trabajándolas y mejorándolas, y falta mayor disposición del gobierno a buscar acuerdos».

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1 comentario

  1. Es de esperar que no haya disidentes en la oposición y estas malas reformas no se aprueben, por el bien del país. Pero parece que doña Ana Lía Uriarte posee poderes mágicos, con los que logra convencer a algunos indecisos de convicciones a cambiar de opinión, cómo se ha visto en el Congreso, así es que todo está por verse.

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