“Un nuevo Estado democrático debe surgir de un Plebiscito que derogue la Constitución de 1980 y convoque a una Asamblea Constituyente que elabore otra Constitución. El Proyecto de allí surgido deberá ser, a su vez, sometido a Plebiscito”.
Este texto no es el que se elaboró tras el estallido del 18-O, en el Acuerdo por la Paz y una nueva Constitución. Su parecido es evidente, pero su origen se remonta 23 años atrás. Es parte del programa de gobierno de quien fuera la candidata presidencial del Partido Comunista el año 1999, Gladys Marín (1937-2005).
Aquella elección marcó, al menos, tres hitos: tras el retorno de la democracia era primera vez que el PC llevaba como aspirante a La Moneda a un militante y no cualquiera: su secretaria general; las cartas de la derecha y de la Concertación prácticamente empataron y se estrenó la segunda vuelta en Chile. Y, tercero, quien se alzó como ganador fue Ricardo Lagos, primer socialista en llegar a la presidencia tras Salvador Allende.
Pero quizás, el punto de inflexión que se vivió ese diciembre de 1999 no se vio en aquel momento: el Partido Comunista cimentaba su camino para poner en marcha su programa.
A pesar de que en esa oportunidad Gladys Marín obtuvo solo 3,19% de los votos, hoy, dos décadas después, el PC empieza a recoger sus frutos.
Y mientras avanzan, ya sea con el contenido de la propuesta de nueva Constitución o con las políticas del gobierno de Gabriel Boric, es el expresidente Ricardo Lagos quien surge de nuevo con protagonismo. Optó por no definirse por el Apruebo, criticó el trabajo de la Convención y marcó qué debería cambiarse ganara cualquiera de las opciones. Su postura ha permitido que desde la centroizquierda se atrevieran a decir que iban por el Rechazo.
“Producir rupturas democráticas constituye un combate social continuo y permanente”
En aquel entonces, la Concertación no solo enfrentaba a un fuerte rival en la oposición. Tanto así que Joaquín Lavín estuvo prácticamente a 30 mil votos de ganarle a Ricardo Lagos. Pero el otro flanco que tenía la centroizquierda era el Partido Comunista. Con la figura fuerte de Gladys Marín, realizaron una campaña que apuntaba más al mismo Lagos que a la derecha. “La Concertación no es otra cosa que la administración y profundización del modelo impuesto por la dictadura. Eso seguirá haciendo Lagos”, decía Marín a pocos días de las elecciones del 99.
Viendo en perspectiva, comenzaba así el “ninguneo” a la Concertación que tuvo su máxima expresión 20 años después, en el estallido del 18 de octubre de 2019, que el PC apoyó con fuerza.
Al leer el “Proyecto de Izquierda. Chile de Verdad”, texto programático de Marín ya hay atisbos de “la revuelta”. En el capítulo sobre “Un proceso de rupturas democráticas” se establece: “Una transformación profunda de la sociedad chilena sumida ahora en el capitalismo globalizado, por tanto sin Estado nacional y social, esclavizado por el gran capital nacional y extranjero, requiere poner en marcha procesos de rupturas democráticas. Esos quiebres deberán ser el producto de la lucha social y política, la cual en ciertas coyunturas alcanza la capacidad de proponer medidas que sobrepasan al modelo neoliberal y que al hacerlo lo ponen en jaque en algunas de sus dimensiones y niveles”.
Más adelante, se lee: “Producir rupturas democráticas constituye un combate social continuo y permanente, cuyo objetivo es ir imponiendo medidas que desestabilicen el modelo neoliberal y vayan armando un nuevo orden a través de las luchas sociales, de las movilizaciones populares”.
El programa de Gladys Marín ya proponía un Estado plurinacional y autonomía política de los pueblos naciones originarios
En el proyecto de Constitución de la Convención la plurinacionalidad, y los pueblos originarios en general, han marcado gran parte del debate.
El artículo 1 del texto que se plebiscitará el 4 de septiembre establece: “Chile es un Estado social y democrático de derecho. Es plurinacional, intercultural, regional y ecológico”.
Además, el Congreso debe ser plurinacional, la Cámara de las Regiones debe ser plurinacional, el Consejo de la Justicia debe ser plurinacional y la mayoría de las entidades.
No solo eso, el artículo 43 establece: “Los pueblos y naciones indígenas y sus integrantes, en virtud de su libre determinación, tienen derecho al pleno ejercicio de sus derechos colectivos e individuales. En especial, tienen derecho a la autonomía; al autogobierno; a su propia cultura; a la identidad y cosmovisión; al patrimonio; a la lengua; al reconocimiento y protección de sus tierras (…)”.
23 años atrás, la candidatura del Partido Comunista, representada por Gladys Marín, planteó en su programa de gobierno el “reconocimiento del carácter plurinacional del Estado chileno”.
Y como una “premonición” de lo que dos décadas después estaría en el debate público, planteaban: “Aceptar la autonomía política de los pueblos naciones de carácter originario”. No solo eso, también buscaban la “aceptación de las demandas de autonomía política del pueblo mapuche en sus comunidades y territorios. (…). Protección de la identidad de los pueblos originarios, materializada en la educación bilingüe y en el respeto de las interpretaciones de los pueblos originarios sobre su cultura y su historia, por tanto de sus criterios morales y de verdad”.
El “derecho a arriendo” de la vivienda: postura del PC en el 99 y en el gobierno de Boric
“Vamos a aumentar la oferta de viviendas en arriendo a un precio justo”, anunció el Presidente Boric en su Cuenta Pública el pasado 1 de junio. Y hace un par de días comenzó el plan “arriendo a precio justo” para las familias más vulnerables. Los detalles los entregó el ministro de Vivienda, Carlos Montes, en un condominio de la Inmobiliaria Popular de Recoleta, programa que lidera el alcalde del PC, Daniel Jadue.
El tema no ha estado ajeno de polémicas pues hay expertos que han planteado alertas como el urbanista Iván Poduje. “El problema es que las familias que postulan a los programas habitacionales siguen privilegiando la casa propia, ya que es el principal patrimonio que dejarán a sus familias y una garantía ante una vejez llena de riesgos e incertidumbres”, escribió en su columna en La Tercera.
A esto se suma una frase del Mandatario: “Tenemos que pasar de los sueños de la casa propia al derecho a la vivienda digna”.
En paralelo, la propuesta de la Convención aborda este tema. En el artículo 51 se lee: “Toda persona tiene el derecho a una vivienda digna y adecuada, que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria”. La postura de convencionales de Chile Vamos de poder incluir la palabra “propia”, abrió el debate sobre qué se está asegurando. Y las opiniones van de lado y lado entre los expertos. Mientras algunos constitucionalistas dicen que se entiende que incluye propiedad, otros apuntan a que no es explícito que se entregue esa garantía.
¿Y qué postulaba Gladys Marín y el PC hace 23 años? “Diversificación de las alternativas actualmente existentes para adquirir una vivienda. Esto significa fortalecer el sistema de arriendo privado con derecho a compra e incorporar el sistema de arriendo al Estado, lo cual crea la posibilidad de otra solución no mercantilizada, válida, por ejemplo, para sectores medios que no tienen prioridad para acceder al sistema de subsidios”.
«Proyecto para una lucha de largo plazo», no solo el programa de Gladys Marín
Salud y Educación muestran también similitudes tanto con lo que establece el proyecto de Constitución como con las políticas del gobierno. «Establecer un Sistema Único de Educación, administrado por el Estado, que permite la participaci6n de terceros», estableció el Partido Comunista el 99. Y en salud: «Crear un Fondo Único de Salud, de carácter solidario». ¿Y el proyecto de la Convención? «El Sistema Nacional de Salud es de carácter universal, público e integrado».
En el tema laboral, el programa de Gobierno de Gladys Marín proponía ampliar el derecho a huelga e «instaurar la negociación por ramas». El texto de la Convención apunta a un sentido similar en relación a las huelgas. Además, en el inciso 5 del artículo 47, se lee: «Se asegura el derecho a la negociación colectiva. Corresponde a las trabajadoras y los trabajadores elegir el nivel en que se desarrollará dicha negociación, incluyendo la negociación ramal, sectorial y territorial».
Hace 23 años, el Partido Comunista delineó más que un programa de gobierno. Lo dicen explícitamente en el documento «Proyecto de Izquierda. Chile de Verdad».
«Este no es un Proyecto para una candidatura ni para un partido. Es un Proyecto para una lucha de largo plazo». Y agregan: «Es un proyecto abierto, en permanente proceso de construcción. Debemos seguir puliendo y elaborando. Pero nuestro objetivo no es hacerlo más ‘realista’, más fácil de poner desde ya en práctica. Nuestro objetivo es ir aguzando sus aspectos rupturistas, ir perfilando las profundas diferencias que existen entre los fines que valoramos y los que proporciona esta sociedad neoliberal».
Extraordinario artículo, que demuestra como el convencional Barraza, del PC, logró manejar la CC. Queda claro adonde se conduciría el país de ganar el Apruebo.